Me despierto con el cuerpo adolorido, los ojos engarrotados y las manos sin poder moverlas con facilidad. Abro los ojos lentamente, todo está en penumbra. Lo único que tengo a mi alrededor es pura oscuridad y soledad. No hay sonido, no hay nadie conmigo.
La cabeza me duele y me pesa como los mil infiernos.
A puras tientas me levanto de la cama, pero mi cabeza al dar tantas vueltas, me hace volver a recostarme.
—Rayos. —Mascullo al darme cuenta de que estoy adormilada aún.
La cama es cómoda y al extender los brazos me doy cuenta que es mucho más grande de lo que regularmente es mi cama.
A menos que no sea mi cama.
El pensamiento llega de repente y me doy cuenta de que, efectivamente, esta no parece mi cama. Tengo demasiados años usando la misma desde que mi madre me la regaló para mi cumpleaños número 15. Fue lo único que pudo comprarme porque la m
Terminamos de desayunar en silencio. Ninguno de los dos dijo nada mientras comía el revoltillo de huevos ni tampoco cuando Vicky nos sirvió jugo en los vasos que ella misma buscó en uno de los gabinetes de la cocina. No hablamos. Era como si estuviésemos viviendo en un mundo donde no viviéramos separados. Como si todo fuera parte de algo distinto, superior, magnifico. Ella se comportaba con soltura, como si perteneciera al lugar y lo curioso es que no me resulta invasión a mi espacio. Su presencia allí me resulta tranquilizadora.Me gustaba verla allí.Su cabello estaba desarreglado. La trenza que supongo tenia se había desecho casi por completo y me estaba volviendo loco del deseo por tocarle los rizos dorados y terminar de deshacerla.Pero ella no lo notaba. Estaba concentrada en algo más.Aunque no fue un desayuno con incomodo silencio, yo sabía que
No sé lo que va a pasar hoy. No sé qué diablos estoy haciendo ni por qué, pero lo necesito, necesito mas de ella. Vicky me observa, está en la cama, sus ojos grises, llenos de deseo, brillan hermosos. Repasó cada bella parte de su cuerpo con mis ojos desde su sonrisa, Esa que me hace creer que estamos lucrados de la misma forma que estamos los dos en el mismo barco, uno lleno de sentimientos y emociones, uno lleno de cosas desconocidas. Poso mis ojos en sus labios, esos tan ricos y sensuales que me han vuelto adicto a ellos. Pienso en como su vena en el cuello palpita acelerada, indicándome que está tan nerviosa y ansiosa como lo estoy yo. Quiero hacerle entender que no solamente ella está nerviosa por esto, tenemos muchos días sin estar juntos, pero parecen años las cosas que hemos vivido en el transcurso del tiempo desde que ella aceptó el trabajo en la inmobiliaria, desde que se mudó de Vancouver, todo cambio entre nosotros.
Intensifico el beso, volviéndolo más fuerte y apasionado, dejándola sedienta de más entre mis brazos. Busco su lengua para bailar una danza de placer ante el preludio de una mágica noche de fervor.Ella me devuelve el beso con la misma intensidad con la cual yo la beso. Siento sus dedos en mi cabello oscuro que me acerca a la cabeza más a su boca, reclamándome como suyo, advierto que sus pechos se endurecen y sus pezones se tornan rígidos.Con una velocidad asombrosa, ella me quita la camiseta y la tira con brusquedad al suelo.—¿Estorba? —Le pregunto sonriéndole mientras ella suelta una carcajada y vuelve a besarme.—Necesito sentirte piel contra piel. —Ella mueve un poco las caderas y su sexo roza por encima de la tela a mi miembro duro.Ahogo un gemido cargado de deseo.Jamás creí que pudiera sentir algo
Supongo que así de feliz debería de ser una mujer que está embarazada. Creo que así de emocionada, colmada, inmensamente dichosa, debería de ser la vida de alguien que está esperando un bebé.Llevamos todo el día acostados. No sé qué hora es, tampoco tengo interés en saberlo. Lo único que quiero es quedarme en cama con Ernest por el resto de mis días.Así de felices y saciados. Así de en paz. Como si no hubiera ninguna mujer esperando a casarse con Ernest. Como si su madre y padre no odiaran a su propio hijo y lo estuviesen obligando a casarse.Como si su ama de llaves no hubiese muerto en un altercado con el abusivo de su padre.Como si yo no tuviese ninguna complicación por llegar a fin de mes y alargar mi salario al máximo.Si, definitivamente creo que así se siente la felicidad.Sin embargo, hay algo
Otra vez esa sombra cruza por sus ojos.—El no va a molestarte. — me dice. — ya no más.—¿Qué le hiciste?—La policía se está encargando. Yo quise hacerle mas de lo que hice. — Aseveró y noto en sus ojos que es así. —él quiso aprovecharse de ti. No merece estar respirando. De no haber sido porque la policía llegó, te juro que…—¿La policía? — siento que mis pies casi no me sostienen. —¿La policía está involucrada en esto?El se acerca a mí y sacudiendo mi cabeza le detengo. Necesito espacio, cuando el está tan cerca de mi, no puedo coordinar mis ideas. Su perfume me envuelve, el olor del aftershave mesclado con su aroma natural, me hace perder el control y pensar solo en meterme en la cama con él.Pero ahora
Llamé desde que iba en el carro con el chófer. Aunque quería creerle a lo que él me había dicho de que él había hablado con mi madre la noche anterior antes de llevarme a su departamento, la verdad es que era incertidumbre. Estaba pudiendo con mi sistema nervioso. Y por eso decidí llamarla y preguntarle, avisarle que iba de camino y que me disculpara, pero todas mis palabras murieron cuando ella respondió tranquila.Ahora solamente esperaba que esa tranquilidad no fuera solo por teléfono, sino también personal. Mientras tuvo las escaleras hasta el tercer piso. Lo único que puedo pensar es que aquí era tan cerrado. Hay algo que está sucediendo. Mi madre no es una inocente corderito. Ella no va a confiar en Ernest, no así como así de un día para otro. No después de que lo maldijo una y mil veces cuando supo que su madre había i
El vestido que traigo puesto me llega hasta los tobillos. Es un vestido un poco flojo que me queda amplio pero cómodo. Me coloque uno zarcillos de color rojo y combinados con los zapatos del mismo tono, le dan un poco de realce al opaco del color gris del vestido. Recogí el cabello en una cola alta con un par de horquillas de color dorado que se confunden con el rubio de mi cabello.Observo a mi madre mientras la preocupación va en aumento, me siento a su lado en el borde de la cama y veo que. Está cabizbaja mirando los zapatos que lleva puesto.Mi madre se ha esforzado hoy luciendo un pantalón negro largo estilo Palazzo y una blusa de mangas largas de color verde, que hacen buen contraste con sus ojos.—Dilo de una vez. —Si sigo esperando por ella terminaré tirándome de los cabellos y caminando por el techo. —¿Qué es lo que tanto te tortura? &iq
Desde el día anterior que le pedí que se fuera de la oficina, no veía a Vicky. Por su bien era mejor mantenerla al margen de todo. Que ella no se viese involucrada en nada mas profundo de lo necesario.La familia Hossen y la Domert están teniendo inconvenientes que ninguna persona externa le conviene estar presente para no verse embarrada de sus mierdas.Yo mismo temo por mi padre y mi madre.Aunque ellos se han mantenido al margen de todo con este aprestamiento de Crisstoff Hossen, mi padre me ha dejado clara su posición.—Procura no mezclarte mas de lo necesario. — Me dijo mi padre esa misma noche cuando le llamé desde el hospital. Entendía que debía saber por mi que su hermano estaba bajo custodia policial.—Lo sé, papá. —No. No tienes idea de lo que mi hermano es capaz. —¿De que