Capitulo 102: El apartamento.
He caído en la tentación de venir a su apartamento, es sucumbido ante la tentación de estar con él, de escucharle, de hacerle entender que estoy dispuesta a todo por el, que no me importa lo que suceda a nuestro alrededor. Que puede confiar en mí y que yo confiaré en él a ciegas.
En lo que Ernest buscaba una taza de té caliente para mí me recuesto en el sofá, subo los pies en el reposabrazos y dejo que mi cabeza descanse un poco. Necesito dejar descansar los ojos unos minutos. Hoy me he levantado terriblemente temprano y casi no he logrado conciliar el sueño en la madrugada.
Pero aquí, por alguna razón, sabiendo que el está cerca, me siento segura.
Pero al parecer, mis ojos no fueron los únicos que descansaron.
Al abrir los ojos me doy cuenta de que Ernest
Capitulo 103: Nos amamos. —Nadie más va a amarte así. Nadie va a tomarte, ningún otro. Eres mía, Vicky Román. Te haré ver las estrellas. —Sus dedos comienzan a acariciar mi sexo. Sus palabras me llenan, me dan tanta paz que me siento enferma de amor.Mi clítoris erecto y grueso, está elevado, hambriento y feliz de la atención que los dedos conocedores de Ernest le prestan.—Uhmm, esto…Ernest… —murmuro. Casi no reconozco mi propia voz.—Eso es, siénteme preciosa…Su voz es como un estimulante. Me cerca y me cautiva.Lo rodeo con mis brazos y lo aprieto contra mí. Separo mis labios aún más y suavemente atraigo su boca, al igual que su lengua para que se adentre más y el placer sea aún más intenso. Él se mueve como me encantaría que
Capítulo 104: Rueda de prensaEl sonido del celular me despierta. Un incesante e irritante sonido que hace que gire la cabeza y me retire del aroma exquisito del cabello rubio de Vicky.—Maldita sea. — farfullo.—Uhmm…—murmura Vicky en sueños.Tomo aún con sueño, con los ojos casi cerrados el celular y el brillo de la pantalla me deja casi ciego.Veo el nombre de mi primo en la pantalla y sé que es importante, pero el sueño me impide darle la importancia que merece, la que amerita.Parpadeo un par de veces intentando que mis ojos se acostumbren al brillo molesto del celular.—Demonios.Poco a poco mi cerebro va despertándose y mis ojos abriéndose un poco más acostumbrados al brillo del celular, descubro que la llamada se ha caído, dejo el celular sobre la mesita de noche y con lentitud, saco de mi br
¿Qué se supone que haga ahora?¿Como hago para que se vaya el dolor de mi pecho?como dejo de hiperventilar?¿cómo me mantengo en pie firme cuando todo se está derrumbando en mi alrededor?¿Cómo hago para evitar que las lágrimas bajen de mis ojos mientras la vida que siempre he tenido y la que he deseado se desvanece frente a mí?Rodrigo, ese chico tranquilo de mí misma edad, ese que ha estado a mi alrededor desde que tengo uso de razón. Ese chico con el cual me sonreía a escondidas de mis padres cada vez que tenía la oportunidad de verle. Ese que de adolescente soñaba con que me pidiera ser su novia; Ese que ahora me muestra su verdadero rostro, sin careta, sin bajar la mirada, observo como me mira, como si él se hubiese ganado la lotería, como si me estuviera arrebatando lo que me pert
Capitulo 106: La otra mitad. Pena y tristeza. Eso es lo que siento por ella. Quizás tengo un inicio, no fue así, es muy probable que le hubiese deseado todo el mal posible después de saber cómo se comportaba con los demás empleados, principalmente con Vicky, una mujer embarazada sin que esta le hubiese ocasionado ningún tipo de inconveniente. Pero, ella si las arreglaba para estar en el momento preciso para ofender a los demás. Era una niña rica, mimada, acostumbrada a que todo se hiciera a su forma, aunque ahora comienzo a darme cuenta de que solo es una mujer que está rota por dentro, que la vida le ha dado un golpe tras otro y de repente, todo se derrumba frente a ella. Es por esto que no puedo dejarla sola, que no puedo permitir que este desgraciado arruine todo a su paso. —¿De qué estás hablando? —Susurra ella. La pregunta vuelve a salir de los labios de Priscila, y siento pena por ella, es más que
Capítulo 107: Limar las asperezas. No tuvieron que hacer más que dejarme marchar. No iba a quedarme allá de brazos cruzados mientras esa mujer se moría sola en su habitación, trancada, alejada de todas las personas que querían hacerle mal. Pero también de aquellas que habían dejado todo para ayudarles.Ella no era santa de mi devoción, no era la mejor persona que había conocido y a lo largo de este mes que he estado en Seattle puedo decir que es una de las personas más desagradables qué conocido en mi vida. Afanada siempre en molestar, en hacerse sentir, en que todos noten el poderío que ella tiene. No me imagino lo difícil que debe de ser darse cuenta de que no tiene ningún poder.Pero de igual forma, el voto que hice al graduarme de Psicología es como el voto hipocrático de los doctores, n
Capítulo 108: Una mirada distinta. Era cierto.No lo merecía.Pero no iba a decírselo.No cuando acababa de destruir su habitación y ahora estaba en el suelo con la cabeza en apoyada en las rodillas. Merecía cinco minutos de amor y comprensión.No cuando me parecía mas humana que nunca.—No importa. —le digo sonriéndole. — No te odio.Era la verdad.Me doy cuenta de que no puedo odiarle. No cuando ha sufrido tanto.Se lo que es sufrir por amor, quizá, un amor diferente pues mi padre si me quiso, quizá no lo suficiente, pero me amó los años que estuvo con nosotras, aunque al final se fuera sin importarle lo que sentía.Lo que sentíamos sus hijas y su mujer ante su partida.—Eres demasiado buena, Vicky Román. Y yo no lo merezco. — ella suelta mi
Capitulo 109: Sintiendo el dolor. Fue su madre. Las palabras de Timotheo en mi oído aún se repite en mi mente, como si estas estuvieran siendo escuchadas una y otra vez, reproducidas por un toca discos.Fue ella quien avisó a la policía de que yo era el único sospechoso si a mi padre llegaba a sucederle algo en la cárcel, ahora las preguntas eran las siguientes, las preguntas eran las que me estaban torturando mientras observaba a ambos mirarme.¿Qué demonios le hice?¿Qué demonios hice para merecer que ellos decidieran intentar acabar con mi carrera, con mi vida, con mi libertad?¿Qué les hice para merecer su odio?Absolutamente nada, porque jamás en mi vida los había visto.Según Timotheo, Priscila les escuchó hablando antes de salir al funeral de mi padre. Su madre, E
Capítulo 110: No hay perdón para los egoístas. —Ernest, vamos a hablar esto. No somos igual que ellos, somos mejores suéltala para que podamos hablar esto con calma. — El quiere razonar conmigo pero no pretendo escucharlo. No pretendo dejarme convencer por el alma piadosa de mi primo.—No vamos a hablar nada, esta vez no vas a poder intervenir porque estos no son inocentes, son los que han intentado arruinar mi vida y la tuya. ¡Todo por lo que hemos luchado! ¿Crees que voy a dejar que me arruinen la vida sin luchar? ¡Te están jodiendo a ti también! s—No tengo nada que ver con este hombre. —Dice Rodrigo mirando a mi primo y después mirando a su madre. —Suelta a mi madre, por favor, puede ser todo lo desgraciado y abusivo que seas igual que tu padre, pero a mi madre no le tocas. —Nuestras narices casi se tocab