Es mi segundo día de clases en la universidad espero me vaya muy bien, voy con la mejor actitud, hay está sentado afuera Sebastián, la verdad es que es muy guapo y se nota que inteligente lástima sea pobre, lo miró con una sonrisa en mi rostro.
—Sebastian, ¿Hola cómo estás? que alegría me da verte. —Me siento al lado de él y cruzó mi pierna despacio y sensual.
—Hola Sara, estoy bien, a mí también me alegra mucho verte. —Él me sonríe y se le sonrojan sus mejillas.
—Te encuentras bien, pareces preocupado, sabes que me puedes contar cualquier cosa yo te comprenderé y si está en mis manos te ayudaré—Lo abrazo fuerte para brindarle mi apoyo.
—Si, la verdad si estoy muy mal estoy peleando con mi novia, eso me tiene así —su tono de voz transmite nostalgia.
—No me habías dicho que tenías novia, pensé que eras soltero, pero bueno no importa ¿Qué fue lo que pasó? —Siento rabia al saber que él sale con alguien, me comienzo a irritar.
—Ella tiene unas conversaciones muy extrañas con otros chicos, le reclamé por ello, yo preferí acabar con todo lo que hemos construido por años, Sara no sabes cuánto me duele ella lo es todo para mí, teníamos muchos planes y ahora todo se acabó por mi culpa — él me mira con sus ojos llenos de lágrimas y murmura suavemente.
—No es tu culpa, ella no te merece, además es probable que saliera con esos chicos —lo abrazo fuerte y le digo mi opinión.
—Sara yo la quiero —él me expresa lo que siente hacia ella, pero no parece una relación resistente y eso me gusta.
—Oye, no creo que hoy se haga algo importante en clase, debe ser seguir presentándose y la verdad eso me aburre, que tal si faltamos y vamos a tomar una o unas cervezas para ahogar las penas que dices. —Le hago gestos de coquetería para que el acepte.
—Difícil decir no con esa mirada tan encantadora, vamos. —Él me mira con un brillo excepcional en su ojos.
—-Sebas tú estás enamorado de ella —lo cuestiono para escuchar una respuesta.
—El amor es un sentimiento muy fuerte, debe sentirse muy bien, pero no yo la quiero mucho, Cristina ha estado conmigo en momentos muy difíciles de mi vida y eso lo valoro mucho —él me muestra una sonrisa cuando habla de ella.
Nos dirigimos hacia un bar cercano para hablar de todo lo que estaba pasando.
—Dos cervezas por favor, te puedo preguntar algo ¿La deseas como mujer aún, ella te atrae, te hace sentir cosas, te dan ganas de desnudarla y hacerla tuya, en tu mente pasan pensamientos obscenos con ella, o simplemente la quieres y ya? porque esas son cosas importantes. —Aprecio lo guapo que es.
—Creo que solo la quiero pero, como amiga —me responde bajando lentamente la mirada.
—Sara has tomado mucho, es mejor que nos vayamos ya, gracias por escucharme y ser tan comprensiva. —Me da un abrazo fuerte y me besa la frente.
—No me voy a ir Sebastián no seas aburrido la estamos pasando muy bien. —Me acerco lentamente y lo miró fijamente a los ojos alcanzó a sentir su respiración sobre mí, se siente algo nervioso, y la verdad yo también lo estoy, colocó mi mano sobre su mano que la sostiene su pierna y la empiezo acariciar de una manera muy tierna, agachó mi mirada, no sé qué me está pasando con Sebastián es algo diferente nunca había sentido esto, levantó nuevamente mi mirada y sin dudarlo dos veces, me acerco a su boca y junto sus labios con los míos dándole un beso apasionado y dulce a la vez hago un suspiro después de besarlo y siento su nerviosismo combinado con el mio.
—Sebastián me gustas mucho me haces sentir cosas que jamás había sentido es algo diferente no puedo expresar con palabras lo que estoy sintiendo, me haces creer en el amor. —Lo miró a los ojos y mis mejillas se me sonrojan.
—Sara eres una mujer muy hermosa perfecta, para cualquier hombre, la mujer que siempre tuve en mis sueños, tal vez estás confundida y pasada de tragos no sabes lo que haces, ni lo que dices es mejor esperar que descanses y estés sobria, porque tú sabes que yo no soy el tipo de hombre que a ti te gusta y no quiero que te arrepientas de nada, tú sabes Sara que yo siempre te voy a respetar, al igual que respetaré tus decisiones porque somos amigos —me habla con un tono de voz suave.
—Yo sé lo que digo, porque lo estoy sintiendo créeme estoy diciendo la verdad —le hablo con un tono de voz suave y dulce —Sebastián dime ¿sigues enamorado de Cristina?.
—No se estoy confundido, y estoy seguro que tu también lo estás, te llevaré ya mismo a tu apartamento y es mejor que descanses, después no te vas ni acordar de lo de hoy te lo aseguro. —Me sonríe mientras me mira a los ojos.
—Está bien como tú quieras, gracias por todo Sebastián. —Me acerco a él, le tocó su mejilla con mis manos suaves, lo observó fijamente y le doy un beso en su mejilla. —Eres el mejor amigo y hombre del mundo qué afortunada es Cristina y lo peor es que no te valora.
Me voy caminando hasta la puerta de mi apartamento muy triste, tomo mis llaves y entro a el caminando muy despacio y sin mirar hacia atrás, tomó la puerta y la cierro, no quiero ver la cara de Sebastián me siento tan humillada, nunca había sentido el desprecio de un hombre, todos obviamente dicen que sí a lo que yo digo, no se pueden resistir a mi belleza y a lo sensual que soy todos caen, qué le pasa a Sebastián no se da cuenta, pero de lo que estoy segura es que no me va a rechazar siempre, sé cómo seducirlo, él es un hombre con un corazón débil, hace todo lo que yo le digo eso me gusta así voy a lograr tenerlo a mis pies, lo primero que debo hacer es desenmascarar a esa estúpida tengo que hacerle creer a Sebastián que ella no es lo que parece, qué no es una Santa Paloma y que lo engaña. No creo qué esa idiota sea mejor que yo nadie lo es, ahora tengo que buscar una forma de contactarla inmediatamente, claro en las redes hay siempre aparece todo, reviso y ¡No puedo ser más afortunada con lo que me encontré!, sabía que no me iba a equivocar además más fácil no pudo haber sido, hasta la dirección la puso en su perfil, ahora a ir a colocar en su lugar a Cristina y de una vez por todas que deje a Sebastián, y me deje el camino libre porque aunque Sebastián no tenga dinero, é me sirve mucho, al menos para distraerme por momentos de igual manera nunca me enamoraría de una persona pobre.
Me voy caminando buscando la dirección, llegué aquí vive ella no está nada mal la casa, se nota que viene de una familia adinerada, entonces porque está con Sebastián sí él no tiene nada de dinero claro debe ser para distraerse y jugar con él, es hora de hablar con ella tocó la puerta.
—Sí, ¿a quién necesita?— «la señora del servicio será fácil engañarla».
—Buenas es que necesito a Cristina —le habló sonriendo muy cortez.
—¿Y quién la solicita? —ella pregunta y su rostro refleja estar aturdido.
—Soy una amiga de ella desde hace muchos años, ella no me recuerda por mi nombre pero yo le aseguro que si ella me ve se va acordar de mí inmediatamente déjame pasar por favor —hablo gentil.
—Está bien señorita la voy a dejar seguir porque la señorita Cristina necesita ver a personas que la quieran, ella tiene una depresión muy grande, no sé si usted se enteró pero terminó con su novio Sebastián y usted debe saber cómo amiga de ella qué él es el amor de su vida. —Ella muestra en su rostro tristeza.
—Sí señora, yo sé todo eso no tiene que decírmelo, obviamente lo sé ella y yo somos muy buenas amigas, entonces déjeme seguir por favor señora , ya mismo, pero ya señora no me entiende cómo se lo tengo que explicar además quién es usted, solamente un empleada, así que quítese de mi camino ya —subo mi ceja y muevo mi cabeza tratandole de decir que yo soy la que mandó muy imponente.
—Está bien señorita siga y disculpe, no sabía que usted era una persona muy importante para esta familia la señorita Cristina se encuentra sentada en la sala —ella habla intranquila.
Me voy caminando hasta llegar a la sala, es una casa muy hermosa y grande nunca había estado en un lugar tan lujoso se nota que todo lo que está aquí es carísimo esos cuadros bañados en oro, muy pronto mi vida va a cambiar yo voy a tener mucho más de todo lo que hay acá miro hacia todo lado y veo a Cristina, está sentada con esa carita de niña buena aunque es linda, en belleza no me supera, soy más sensual y seguramente más inteligente que está insignificante, yo me voy a encargar de que Sebastián la odie cada día más y caiga a mis pies él se va a enamorar de mí no se resistirá a mis encantos, me voltea a mirar Cristina.
—En qué le puedo ayudar, necesita algo quién la dejó entrar señorita. —Ella me analiza muy confundida.
—Cristina mucho gusto mi nombre es Sara, y vengo a dejarle unas cosas bien claras, deje en paz a Sebastián ahora es mío y estoy dispuesta a cualquier cosa para alejar a estúpidas como usted. —La miro a los ojos reflejando odio en mi mirada.
—Sara es su nombre verdad, no sé quién es usted y tampoco entiendo porque se está metiendo en la relación qué tengo con Sebastián, él y yo nos amamos y no nos vamos a separar por mujerzuelas como usted, por encima se le nota que únicamente le gusta el dinero seguro y jugar con las personas, Sebastián no tiene nada de dinero así que es mejor que mire para otro lado —ella me habla con mucha antipatía.
—No me haga reír Cristina. —La miró de pies a cabeza —no me importa que Sebastián no tenga nada de dinero, es el hombre que quiero tener a mi lado y le aseguro que así va a ser, además usted puede tener dinero, pero yo sé cómo atrapar un hombre.
—Váyase ya mismo o si no le llamo a seguridad —me habla con indignación.
—No se preocupe ya me voy y yo conozco perfectamente la salida —le respondo de una forma arrogante y con burla.
Voy saliendo llena de rabia, tengo que buscar la manera de que Sebastián se aleje de ella, esto ya se está convirtiendo en un reto para mí, aunque no puedo descuidar mi objetivo, hay un hombre saliendo de la casa de Cristina debe ser su papá, hasta aquí se alcanza a notar la clase que tiene, pero al parecer Cristina no heredó eso, el debe tener mucho dinero es obvio que es el dueño de la fortuna, pero debo buscar la manera de llamar su atención, pero como hago eso, está subiendo a su auto «ya se que voy hacer». Me lanzó encima de su auto y me tropiezo sobre el, estoy tirada sobre el suelo en la calle, él abre la puerta sale de su auto y me lleva sobre sus brazos, me sube al auto y me lleva hacia un hospital, me deja ahí, los médicos me realizan muchos exámenes pero todo sale bien, escucho cuando ellos hablan y dicen que yo estoy en perfectas condiciones, ¿Pero cuando vendrá él a visitarme?, miro a un lado, hay viene entrando, tengo que hacerme la adolorida.
Lo mire fijamente a los ojos. Nuestras miradas se conectaron.—¿Señorita se encuentra bien? —Él me sonríe.—Me duele mucho la cabeza y mi cuerpo. —Le sonrió y parpadeo lentamente.—Sara qué gusto me da que estés bien, me preocupa mucho.—Como sabes mi nombre. —Me sonrojo.—Me tomé el atrevimiento de leer tus documentos disculpa.—No te preocupes gracias por salvar mi vida, no tengo palabras de agradecimiento. —Lo miró coqueta. Salgo de la universidad y voy por la calle caminando buscando está dirección, por fin llegue, será que me perdí, esto es una pocilga y es la dirección que me dio Manuel, me debe estar engañando, la puerta está abierta voy a entrar ya mismo; estoy caminando por un pasillo oscuro y largo qué hay voy muy asustada este lugar se ve muy aterrador, llegué al primer piso de la casa y no hay nadie por ningún lado hay unas escaleras, voy subiendo por ellas temblando del miedo, la verdad no tengo nada para defenderme ya se utilizaré el portátil, veo que hay una mesa centrada con unas velas rojas, dos copas de vino y pétalos de rosas, qué es esto miro hacia todos lado y no veo a nadie por ningún lugar parece una broma lo mejor es que me vaya.—Sara no te vayas, no seas paranoic5. Siendo realista
SEBASTIÁNEs un día lluvioso tengo que solucionar todo con Cristina, no la puedo perder por mis impulsos ella ha sido una buena mujer conmigo y son tres años que llevamos saliendo aunque para ser sincero todo a sido apariencias y nada mas es dificil estar con alguien al que en verdad nose si amo realmente, me levantó de la cama con mucho cansancio estoy muy agotado por la universidad, me desvisto lentamente y voy a la ducha, tomo un baño muy rápido de 5 minutos, salgo con mucho frío el agua estaba helada, me seco y me visto muy rápidamente, no puedo dejar de pensar en Sara la verdad esque ella es muy hermosa, nunca había visto a una mujer tan sensual como ella, ni Cristiana que vive haciéndose retoques con todo el dinero que tiene, mejor me voy a la casa de Cristina, para que mi mente no
Tengo que dejarle todo claro a Debora no puedo permitir que se valla aprovechar de lo que yo hice, ademas no la necesito a ella mi vida está tomando un rumbo el cual me gusta mucho, esta colocando todo en su lugar sobre todo el lugar que yo me merezco siendo la esposa de Jeronimo Vargas y teniendo el control de absolutamente todo, mi futuro se está arreglando, voy caminando hacia el burdel para confrontar a Debora camino rápidamente y noto que Manuel toca la puerta de ese lugar tan asqueroso, me escondo atrás de un árbol para que no noten mi presencia y poder vigilar de una manera muy cautelosa, Debora abre la puerta y le sonríe muy coquetamente a Manuel, el estira y levanta sus brazos hacia ella tomándola de la cintura y alzandola hasta quedar en el aire por unos cortos minutos, luego la baja rozando el cuerpo de ella sobre el suyo y le besa su boca muy apasionadamente, él la
Voy saliendo de la universidad luego de terminar la clase de física cuántica, me debio haber ido super mal en el parcial soy muy mala, noto que hay una camioneta estacionada muy lujosa me siento confundida ya había visto una igual, recuerdo que era la de Jeronimo la que habia visto, que bueno la suerte al parecer esta a mi favor, me acerco caminando muy rápidamente y toco la ventana del auto el espejo comienza a bajar y se asoma Jeronimo, hago cara de asombro.—Sara, me alegra verte y que estes tan bien no tardaste mucho recuperandote, y estudias aquí —él me habla muy nervioso y mira hacia todos lados, como queriendo esconderse de alguien.—Si, aquí estudio, pero estas bien te pasa algo te noto muy nervioso, si quieres podemos hablar en otro
Escucho gritos a lo lejos, estoy aun medio dormida, siento como si estuviera en una pesadilla, me levanto asustada tomo mi bata me dirijo donde mi mamá necesito saber que está sucediendo, salgo del cuarto y bajó las escaleras, mis pasos se escuchan fuertes y muy consistentes, me quedo observando y percibo que mis papás están en medio de una discusión muy tensa, gritan de una forma muy fuerte, me quedo de pie guardando distancia y escuchando atentamente, la manera en que mi papá le reprocha a mi mamá todo lo que ha hecho por mi, no puedo evitar sentir sensación de culpa, no he sido la mejor hija del mundo, trato de esforzarme por no defraudarlos, pero al parecer de nada ha servido aparentar ser diferente a como en realidad soy, en el fondo se que las palabras de mi papa no solo la lastiman a ella, a mi me están creando un hueco muy grande en mi corazón lleno
Fue una noche muy larga y difícil, espero todo se oriente a una solución, ojalá eso suceda pronto, me desnudo completamente y voy a la ducha, abro el grifo del agua y dejó caer sobre mi cuerpo, el agua cae acariciando tibiamente mi torso, salgo del baño con mi piel húmeda tomó una toalla y la pasó por mi cuerpo suavemente, como una rosa, me coloco mi ropa interior color beige y un vestido negro señido al cuerpo, corto, con una abertura en forma obalada a la latura de mi pecho, suelto mi cabello largo y ondulado, aplico rimel en mis pestañas y labial rojo deliniando cada curva de mis labios, dando a mostrar que ellos son el paraiso y la perdición, coloco sobre mis pies unos tacones negros y altos, tomo mi bolso y salgo de la habitación.Voy bajando las escaleras y siento un silencio profundo, las luces es
Mi cuerpo está congelado, se paralizó totalmente al escuchar el interrogatorio de Manuel, me hace sentir muy nerviosa e intrigada por lo que él pueda saber, sé que él no tiene ni un pelo de estupido, al contrario tiene mucha astucia, la verdad me da desconfianza que utilice sus chantajes para valerse y realizar sus tantas artimañas, no sé qué esperar de él, me aterra verlo de pie enfrente mio, diciendo todo con la mirada hasta intimidarme por completo.—No entiendo, ¿Qué te pasa Manuel? No entiendo en que puedo contribuir contigo. —Comienzo a reír en modo de burla.—Aparte eres simpática, no me creas tan idiota, se lo que pretendes, nunca haces nada si no obtienes un beneficio, tu ambición te mantiene cegada y pue