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2. Tocando fondo

Tengo que buscar la manera de conseguir lo que quiero de una manera más fácil tal vez  esa manera no puede ser estudiando, y si busco en las redes hay siempre aparece todo, siempre solucionan todos los problemas  y me podrían ayudar a conseguir un empleo algo que esté a mi nivel y por supuesto que gane dinero ya que mi mamá no me dará lo suficiente ¡Ay sí, por fin! hay empleos para modelos,  está puede ser mi oportunidad, mejor le daré aplicar antes de que alguien se me adelante, tengo que dirigirme a esa dirección así que ya mismo me voy a ir para allá; tengo que asegurar el trabajo aunque espero que no tenga mucho esfuerzo,  es algo cerca de la casa,  me puedo ir caminando hasta allá  y así no gastar el dinero que tengo,  que por cierto no es mucho, ya voy saliendo de la casa estoy muy animada espero me valla bien,  voy llegando a la agencia de modelaje, aunque por fuera se ve muy extraña no sé ve  para nada agradable todo lo contrario se ve muy desagradable,  es una casa vieja  se nota que ha pasado mucho tiempo y ni la pintan espero esa apariencia solo sea por fuera y que por dentro de la de la agencia luzca muy bien, mejor tocó la puerta de una vez.

—Buenas tardes vengo para la oferta de trabajo de modelo,  «que desagradable es este lugar por dentro».

—Siga por favor,  suba las escaleras y diríjase hasta el segundo piso,  espere por favor sentada en las sillas qué se encuentran allí hasta que sea llamada por la dueña, para que pase a la entrevista de trabajo.

—Sí señor gracias permiso. —Subo mi ceja y sigo.

Este lugar está muy feo, está sucio y viejo esto no parece una agencia de modelaje  y si mejor me voy aunque no  tengo que ser valiente además para conseguir lo que quiero tengo que hacer sacrificios, este no es el  sitio más presentado pero  obviamente sería para tener experiencia así que mejor espero igual lo que necesito es dinero sea como sea tengo que conseguirlo.

—Siga señorita cierre la puerta y siéntese —me habla con una voz fuerte e imponente.

«Esta señora parece qué hubiera salido de un circo qué manera de maquillarse tan repugnante, se nota qué no tiene ni un poco de estilo no puedo creer que sea la dueña de una agencia de modelaje,  lo mejor será que me vaya,  no tengo nada que hacer acá estoy en el lugar equivocado obviamente un sitio como estos no es un lugar para mí».

—Permiso señora, yo mejor me voy está oferta no es para mí, mejor me retiro —le  habló de una manera muy nerviosa y con mucho miedo.

—Sara espere, no le he dicho de qué  trata  el empleo quiero decirle o más bien  quiero preguntarle ¿A usted le gusta el dinero?,  porque por su apariencia puedo deducir qué le gusta por eso lleva una vida de apariencia, se le nota  Sara,  viste muy bien,  estoy segura que este  trabajo le va a interesar porque va a ganar mucho dinero y a las mujeres como usted y yo lo que nos importa es el dinero así  tengamos que hacer cualquier cosa contal de conseguir lo que quiere queremos.

—Está bien, le voy a escuchar  la propuesta de  trabajo porque usted tiene razón en todo lo que dice, hay que hacer sacrificios para conseguir lo que quiero —le hablo a ella mirándola fijamente a sus ojos y diciendo cada palabra con mucha precisión y claramente.

—Qué bueno escuchar eso Sara estoy segura que usted aceptará, cómo usted se ha dado cuenta esta  no es una agencia de modelaje se ve que es usted  una mujer muy inteligente,  no creo  que sea tan ingenua para no haberse dado cuenta, me presento no he sido para nada amable con usted Sara,  mi nombre es Débora Gutiérrez la dueña de esta agencia que aunque no sea de modelaje  tiene mujeres muy hermosas qué presumen de su belleza y ganan dinero por hacer distintas tareas que son basadas en satisfacer muy bien a nuestros clientes, además  es un trabajo muy fácil yo sé que le gustará Sara.

—Usted me está queriendo decir  Débora, que esto es un prostíbulo y  que tengo que vender mi cuerpo para ganar dinero —le habló con una voz de enojo.

—Qué bueno Sara aparte de ser muy bella también es inteligente,  además no hay que llamarle prostíbulo le podríamos llamar de una manera más sofisticada dama de compañía,  lo único que tienes que hacer es satisfacer los deseos de un hombre y  nada más, y sabes qué es lo bueno de todo esto qué vas a ganar mucho dinero yo te puedo ayudar como tú nueva amiga, dinero el cual ni trabajando día y noche vas a ganar y mucho menos estudiando y siendo profesional ganarías,  es una manera muy fácil de hacerlo y entonces qué dices aceptas puedes comenzar hoy mismo.

—Está bien acepto pero con una condición Débora —le hablo fuerte, firme y  bruscamente.

—Claro que sí Sara dime cuál es la condición, todos  los deseos de la princesa serán cumplidos y por supuesto concedidos —me habla con sarcasmo.

—Que si no quiero trabajar más no me vas a obligar y sí llegó a aceptar  yo misma organizo  mis horarios para trabajar cuando yo quiera, de acuerdo Débora  —impongo mis propias reglas.

—Está bien, acepto pero estoy segura que  te va gustar porque  eres de las mujeres ambiciosas qué se quieren llenar de poder y a mí eso me gusta, pero como tú tienes tus condiciones y yo las acepto con el mayor de los gustos, tienes que aceptar las mías no son muchas por el momento te voy a dar la primera y más que una condición es una orden,  porque desde este momento soy tu jefe —Ella exige. 

—Entonces habla de una vez Débora, no le des tanta vuelta a  algo que solamente son palabras. —Volteo mis ojos en señal de desagrado.

—Tienes que comenzar desde hoy mismo, bienvenida,  Sara en el cuarto 505 te espera el primer cliente no lo vayas a decepcionar,  él es un hombre adinerado muy importante por cierto uno de nuestros clientes consentidos espero no me decepciones, Sara ve ya  mismo. —Ella se impone con sus órdenes.

Me voy caminando hasta llegar al cuarto 505,  no sé si estoy haciendo las cosas bien pero  lo que sí sé es que necesito mucho dinero tal vez uno de estos sacrificios valga la pena y me encuentre con un hombre adinerado que me cambie mi vida por completo,  bueno es hora de entrar solamente tengo que pensar que son sacrificios que van a valer la pena y este momento pasará, solamente será eso un muy mal momento acabo de entrar al cuarto y veo un hombre acostado sobre la cama mirándome con deseo y cara de pervertido, trato de pensar en otra cosa para no escuchar las cochinadas que me dice.

—Hola hermosa,  eres nueva que bueno que esta vez me haya tocado con una mujer tan  sensual no te vas  arrepentir porque yo soy todo lo que tu cuerpo está pidiendo te lo aseguro. —Él me observa y me hace sentir mucho asco.

«Sara, son sacrificios qué hay que hacer, pero es asqueroso  esa  manera tan repugnante y con el morbo que me mira me hace sentir más asco ojalá esto valga la pena».

—Te vas a quedar ahí mirándome, ven  a cumplir con tus deberes, para eso te voy a pagar mucho dinero así que comienza. —Él me mira de una manera que me hace sentir miedo.

Nunca había sentido tanto asco al sentir las manos de  un hombre sobre mi cuerpo, escuchar esas palabras qué me decía él, me hacían sentir una mujer  insignificante y sucia,  la manera en que me miraba y me trataba cómo una mujer  sin amor propio, como si yo no valiera nada y únicamente fuera un objeto,  diciéndome qué tengo que ganarme el dinero satisfaciendo todos sus más bajos deseos. —Siento que estoy haciendo algo muy desvergonzado e indecente.

Me voy dirigiendo a la oficina de Débora, espero tener el dinero en mis manos, eso  me hará sentir mejor y estoy segura. —Camino con incertidumbre. 

—Hola Débora, vine a reclamar mi dinero —le hablo con un tono de voz fuerte,  me encuentro muy molesta conmigo misma por lo que acabo de hacer.

—Hola Sara, pero no me tienes que hablar así bájale el tono además, somos buenas amigas desde este momento lo seremos,  mira ese  es el dinero qué te corresponde por el duro trabajo que hiciste, el cliente quedó muy satisfecho por tus servicios hasta dejó más dinero de lo que siempre deja, hiciste un buen trabajo, Sara yo quiero que te des cuenta qué vas a ganar mucho dinero y créeme ya te acostumbrarás a todo lo que tienes que hacer todo vale la pena. —Ella se burla.

—¡Todo eso es mío!,  Débora no lo puedo creer. —Miro todo ese dinero con cara de asombro y una sonrisa en mi rostro.

—Esto es una parte  de todo lo que puedes ganar,  es tu decisión sí continuas,  aunque para ser sincera  estoy segura qué vas a volver porque las mujeres como tú no pueden vivir sin dinero —me habla con ironía.

—Mejor me voy, Débora permiso. —Me asombro  al ver tanto dinero en mis manos.

Me voy caminando de regreso al apartamento  feliz por todo el dinero que tengo en mis manos, jamás había tenido tanto dinero tengo que comprarle algunas cosas a mi mamá, un vestido, unos zapatos algo que la haga sentir bella  y por supuesto llevarle algo de cenar.  Luego de comprar todo,  es hora de llevarle todo a mi mamá, estoy muy cansada , estoy entrando a la casa y comienzo a gritar,  ¡mamá estás aquí, contéstame te necesito es urgente!

—Te paso algo estás bien, contesta Sara  te pasó algo dime contéstame,  ¿por qué gritas de esa manera?, me tienes muy preocupada mira la hora que es y hasta ahora apareces dónde estabas metida, te he dicho muchas veces que me avises por favor yo sé que tú ya eres una adulta cómo vives diciendo para que no te diga nada,  pero yo soy tu mama y me preocupo por ti,  porque te quiero, dónde estabas dime la verdad por favor no me vayas a mentir,  te escucho Sara. —Ella mueve su pie de una forma rápida.

—Mamá conseguí un trabajo, qué lástima que tú no confías en mí… Te compré estas cosas porque me hicieron un adelanto de mi pago y no es un trabajo cómo tú te imaginas, siempre desconfías muchísimo de mí. —La miró fijamente  haciéndole una expresión de tristeza para convencerla.

—Entonces dime de qué se trata el trabajo. —Mi mamá cruza sus brazos mientras me mira fijamente.

—Es un trabajo en  la universidad,  como ayudante en psicología, tú sabes que a mí siempre me ha gustado ayudar a los demás. —La miró y sonrió.

—Qué bueno hija, lo que más me importa es tu bienestar, me alegro mucho qué te estés dando cuenta qué las cosas se ganan con mucho esfuerzo y no es fácil, siéntate y te sirvo la comida.

—Gracias mamá pero no tengo hambre me voy a acostar mejor estoy muy cansada. —Me dirijo hacia mi cuarto nerviosa.

Entró a mi cuarto y me desvisto completamente hasta quedar desnuda, observo  mi cuerpo y me doy cuenta qué tengo morados en mi espalda,  no puedo evitar ver las lágrimas bajando sobre mis mejillas, no paro de llorar me voy  hacia el baño y me ducho una y otra vez me  siento sucia, salgo de la ducha y  me comenzó a secar con la toalla todo mi cuerpo,  empiezo a pensar todo esto está valiendo la pena, porque así voy a conseguir todo lo que siempre he soñado el dolor no se puede apoderar de mí,  porque en  mi vida lo más importante siempre debe ser el dinero,  así me toque hacer lo que sea no me importa lo que tenga que hacer para conseguir mis metas de ahora en adelante voy a ser una nueva Sara,  la cual tiene que despegarse de todo tipo  de sentimientos qué no sirven para nada, si no traen un beneficio porque el amor y el dinero nunca van de la mano,  tienen que desprenderse porque yo por mi parte tengo que ser muy inteligente para no dejarme afectar por cosas insignificantes.

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