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8. Bajo mis encantos

Voy saliendo de la universidad luego de terminar la clase de física cuántica, me debio haber ido super mal en el parcial soy muy mala, noto que hay una camioneta estacionada  muy lujosa me siento confundida ya había visto una igual, recuerdo que era la de Jeronimo la que habia visto, que bueno la suerte al parecer esta a mi favor, me acerco caminando muy rápidamente y toco la ventana del auto el espejo comienza a bajar y se asoma Jeronimo, hago cara de asombro.

—Sara, me alegra verte y que estes tan bien no tardaste mucho recuperandote, y estudias aquí —él me habla muy nervioso y mira hacia todos lados, como queriendo esconderse de alguien.

—Si,  aquí estudio, pero estas bien te pasa algo te noto muy nervioso, si quieres podemos hablar en otro sitio. —Muevo mi cabello muy vanidosa.

—Claro si puedes me encantaría tener tu compañía mucho más cerca. —El baja de la camioneta me  abre la puerta y me sujeta  de la mano para que me suba.

Me subo y Jeronimo empieza a manejar, lo analizo muy disimuladamente y noto algo que es muy difícil de esconder viste muy bien demasiado sofisticado, muy elegante poco a poco lo voy a volver adicto a mi hasta que llegue el dia que me entregue toda su jugosa fortuna, ese día lo votaré con mucho desprecio después de eso ya no me será util para nada mientras tanto le haré  creer que me estoy enamorando perdidamente de él y que es tan guapo, sensual e irresistible, bueno lo mejor esque soy una gran actriz y lo haré muy bien  conseguiré absolutamente todo solo espero no tardar mucho, se como seducir a un hombre hasta volverlo loco.

—¿De quién te escondías? excusame por ser tan entrometida, pero me produce un poco de inquietud tu comportamiento tan intranquilo. —Lo analizo.

—No quiero incomodarte con mis problemas, los que a veces ni yo mismo sé cómo darles una solución. —Su mirada refleja desilusión.

—Me encantaría escucharte —le habló con mucho interés 

—Me estaba escondiendo de mi hija, estoy discutiendo con ella por las diferencias que tengo con su madre, a ella le afecta mucho sentir que sus padres están distantes. —Él coloca su mano en su cabeza, cierra los ojos queriendo ocultar su dolor

—Siento que fui atrevida al preguntar sobre tu  incómoda situación.—Finjo sentir compasión y tristeza.

Pasan unos minutos en silencio, mientras él maneja, se estaciona y llega a un lugar despojado de personas donde se alcanza  admirar por completo el resplandor del atardecer, me quedo observando e inesperadamente recuerdo a Sebastian es como si sintiera culpa por las decisiones que en mi vida estoy tomando, y traerlo  a la memoria en este momento me trae sensaciones extrañas, pero no me puedo dejar guiar de mis sentimientos porque mi corazón me puede traicionar, tengo que ser muy inteligente y estratega para obtener  todos mis objetivos.

—Estás muy callada, bueno no quiero ser para nada entrometido ni parecer un loco acosador de mujeres encantadoras, como tu,  aunque no sería de esa manera me esforzaría más hasta enamorarte, y tratarte como lo que eres una reina eso es lo que merece una mujer como tu no realizar el mínimo esfuerzo para nada y tener todo a sus pies. —Me coquetea directamente. 

—No me molestaría para nada ser acosada por un hombre tan irresistible como tu, seria un placer y una dicha total además es muy interesante vivir al extremo y hacer cosas prohibidas, experiencias inimaginables hacer volar la imaginación para así satisfacer por completo toda la pasión. —Muerdo mi labio

—Si para mí también lo sería, pero en otro momento de mi vida desafortunadamente la mayoría de las veces las personas llegan tarde a nuestra vida y en este momento estoy sintiendo esa sensación muy agradable y eso me asusta demasiado. —Agacha la mirada, desviandola.

—Entonces te arrepientes de la vida que llevas, te es difícil disimular Jeronimo se te nota que no eres feliz —le hablo amable queriendo mostrar que lo entiendo para así alejarlo de su esposa cada vez más.

—No, para nada tengo una hija maravillosa, sabes es una artista completa mi orgullo entero y principal motivación estoy seguro que si se conocieran serían muy  buenas amigas, las dos son chicas preciosas e inteligentes eso es lo que más me gusta  —Sonríe y siente orgullo con cada palabra que pronuncia al nombrar a Cristina.

—Claro que si me encantaria conocer a tu hija,  se que debemos tener muchas cosas en común ¿Y tu esposa? ¿Por qué no la nombraste? —pregunto esperando escuchar lo que yo deseo, y siento una satisfacción muy placentera al saber que le estoy acabando la vida por completo a Cristina.

—Mi esposa es muy importante para mí, la quiero demasiado —él habla muy dudoso e inseguro.

—Difícil creerte, lo dudas tanto al parecer esa llama de amor ya está super apagada y estoy segura que no hay nada que hacer, debes tomar nuevos rumbos y si no sientes ese anhelo impulsivo lleno de provocación hacia ella simplemente se acabó. —Le coqueteo moviendo suavemente mis piernas.

—Tienes mucha habilidad para notar las cosas, es muy difícil engañarte. —Me mira a los ojos y sonríe intimidado.

—Yo no le llamaría habilidad, por el contrario no eres bueno disimulando y se nota que llevas una vida demasiado aburrida, yo te ayudaría  a darle emoción me encantaría ser una persona muy importante en tu vida. —Le presumo mis encantos.

—Estoy entrando en  una crisis muy mala con mi esposa siento que no hay salida eso me produce mucha preocupación muy grande, ella no me entiende es como si le faltara empatía hacia mi,  y me duele la cabeza de pensar en soluciones y darme cuenta que ella no se esfuerza para nada ni un poco en salvar nuestro matrimonio estamos viviendo solo monotonía es lo mismo siempre, no tiene voluntad de verse sensual para mi —él habla con mucho dolor, y yo saco provecho.

—Jeronimo como amiga, te puedo dar un consejo aunque para ser franca quiero más que una amistad. —Lo miro y noto que no me será para nada difícil hacerlo caer porque su querida esposa está haciendo todo el trabajo por mi.

—Lo tomaría como lo más valioso y significativo para mí, las palabras de aliento son las que más hacen falta en mi vida fracasada, porque estoy seguro que tus palabras son muy sinceras, además  de una mujer esplendorosa no deben haber malas intenciones. —Él me coquetea con su mirada y gestos.

—Deberías pedirle a tu esposa el divorcio, no veo porqué seguir llevando una vida infeliz si puedes tener la oportunidad en un parpadear de ojos de aspirar a una mujer que esté a tu mismo nivel y sea suficiente —coloco mi voz muy suave.

—No es tan fácil, son muchos años entregados a ella, los más maravillosos de mi vida los hemos vivido juntos pensé que éramos  indestructibles,  pero no somos algo muy débil  que se destruye al mínimo descuido —sus palabras tienen mucho sin sabor.

—Pero eso ya lo viviste, mereces algo mejor. —Soy muy amable.

—No se puede cambiar el destino en un parpadear de ojos —él habla muy seguro.

—El destino uno mismo lo hace, tu lo eliges eres el que tiene el poder de tomar todas las decisiones y porque camino ir, no me parece para nada justo que te atormentes y tengas una vida de martirio al lado de alguien que no quieres, mereces alguien que te trate como lo que eres un rey. —Acarició la palma de su mano con la mía.

—Creo que todo se está pasando al camino equivocado, y la verdad no quiero confundirte ni yo tampoco, lo mejor será que te lleve a tu apartamento y hablemos después. —Él se pone serio.

—Siempre huyes de tus sentimientos, no te parece que eso es cobardia de tu parte. —Demuestro enojo con mis expresiones.

—Precisamente huyó  a sentir cosas de nuevo, me da miedo ser lastimado y hacer sufrir a mi familia. —Él baja su cabeza desviando la mirada.

—Me gustas, no puedo resistir sentir tanta atracción hacia ti eres él hombre que siempre soñé en mi vida. —Me acerco y beso su mejilla.

—Me sonrojas  mucho, pero tengo esposa y la base fundamental de todo siempre es el respeto y hablar con la verdad —él me habla distante.

—Pensé que al menos era atractiva para ti, pero lamentablemente estoy muy equivocada con la percepción que tuve  entendí otra cosa. —Me sale una lágrima de los ojos.

—No te coloques triste, odio ver a una mujer llorar, el problema es que eres completamente perfecta y también me gustas. —Sonríe.

 —Entonces, eso no es para nada un problema debemos luchar por lo que sentimos es algo muy mágico y fascinante, no te cohibas a sentir. —Me acercó y  respiro muy cerca de él.

—Eso no es posible por ahora, mira no quiero que te ilusiones conmigo por mi familia ellas no aceptarían que yo tenga alguna relación amorosa con alguien. —Balancea su pierna de lado a lado. 

—Entonces quieres decir que es mejor que nos alejemos —murmuró

—Si, no puedo acabar mi matrimonio por un capricho eres muy joven tienes la edad de mi hija si te involucras conmigo demasiado pronto te vas a cansar de salir con un viejo, vas a querer estar con alguien joven como tu —muestra tristeza en sus palabras.  

—Has escuchado que para el amor no hay edad, este es el caso que puede dejar en claro que ese dicho no es cierto, porque lo que estamos sintiendo recorre cada espacio de nuestro cuerpo renovandonos a los dos por igual para asi sentir que es nuestro primer y más valioso amor tan puro. —Me lanzo sobre él y lo beso muy impulsiva, levanto mi pierna derecha y la subo sobre las piernas de él quedando sentada, no paramos de besarnos, él pasa sus manos suaves y resecas a la vez por mis piernas acariciándome, lo miró a su rostro jalo con mis monos su camisa llevándolo con fuerza hacia mi y comienzo a desabotonar cada botón de su camisa uno por uno, el jala mi cabello hacia él con fuerza admirandome me empuja y suena la bocina de la camioneta, de inmediato Jerónimo para de besarme y me empuja hasta sentarme en la otra silla e inmediatamente se coloca serio.

—Sara, no es lo correcto lo mejor es que te vayas a tu apartamento y descanses —él habla sensato e intransigente.

—Como lo desees, me podrías llevar por favor —le habló con voz melancólica.

—Es lo mejor, gracias por tu compañía, la disfrute  mucho —él se expresa desanimado.

Jeronimo maneja hacia mi apartamento muy rápido y no se demora mucho en llegar se baja y me abre la puerta,  me bajo y me coloco frente a él y le doy un beso corto y tierno, doy la vuelta y sin decir nada mas camino hacia la puerta haciéndolo creer con la expresión de mi rostro que me duele su desprecio, repentinamente siento que me abrazan fuerte doy media vuelta y veo a Jeronimo con su cara de adolescente ilusionado que lastima que no sepa que le espera. Él me besa  la frente y coloca su cabeza sobre mi pecho.

—Pensé que no querías saber mas nada de mi, eso me diste a entender y no quiero dañar tu vida, porque lo que más me interesa es tu felicidad. —Acarició delicada su cabello y bajo mi mano rozando su cuello.

—Me interesas mucho Sara, pero te quiero pedir tiempo para solucionar las cosas y hacerle saber a ella que todo está perdido. —Él suspira.

Levantó suavemente su cabeza y tomo su cara y le doy un beso sobre su mejilla, el jala fuerte y besa mi boca, me voy caminando hacia mi apartamento lo él se queda atrás lo volteo a mirar le sonrío y entro ala apartamento subo a mi habitación y me acuesto sobre la cama mirando hacia el techo y sintiéndome feliz por lo que he logrado sin hacer el mínimo esfuerzo.

  

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