Capítulo 16Damián MaxwellLas mejillas sonrojadas de Amelia, se intensifican por cada uno de mis toques. Mis labios se pegan descaradamente de la piel sensible de su cuello logrando que la chiquilla delante de mí, se estremezca rápidamente.Sus ojos me miran expectantes en el instante en que se da cuenta que me arrodillo ante ella. Mis labios saborean los dedos de sus pies, y es que de cierta manera para muchas personas esto podría significar una humillación, pero para mí no lo era. Quería venerarla, adorar como lo que era. La reina de mi vida.Mis labios subieron hasta su tobillo, los dedos de mis manos acariciaban sus piernas suavemente haciendo que la castaña gimiera por lo bajo; sus muslos se tensaron en el justo momento en que mi lengua trazó un camino cristalino hasta su entrepierna.El sabor de su intimidad era indescriptible, los pliegues apretados de su coño me emocionaron demasiado; mi polla endurecida comenzó a doler intensamente al no poder controlarme por más tiempo. Mis
Capítulo 17Mi tía Isabel, habla con mamá en el patio trasero de su casa, mientras que mis primos y yo, preparamos la cena de hoy. Mis dedos sujetan con vehemencia la zanahoria que estoy a punto de cortar para el guiso que tengo pensado cocinar. Una canción de Jhonny Cash, resuena con fuerza en todo el lugar.Mis primos se divierten un poco, arrojando sobre ellos restos de comida, Paulina, la hija de la tía Isabel y que por ende toda la vida le he caído mal, me observa mientras dibuja una sonrisa maquiavélica sobre sus labios. La vi murmurándole algo a su hermana menor y es allí donde la pequeña golpea su brazo un par de veces con su codo como si la estuviese instando a algo.—… Amelia…—La voz de Paula llenó la cocina, obligando que el resto de nuestros primos nos miraran expectantes,—¿es verdad lo que dicen de ti?Elevé las cejas porque sabía en donde iba a parar todo esto. Mis manos dejaron reposando el cuchillo con el que cortaba las zanahorias sobre la isleta de la cocina y me dis
Capítulo 18Un violento espasmo atravesó mi estómago al ver a la heredera Bekker pegar sus carnosos labios a los de Damián. Las pequeñas manos de la chiquilla acariciaron el rostro del empresario y pude ver con claridad como sus ojos buscaron rápidamente los míos. Un escalofrío recorrió mis piernas y tuve que tambalearme un par de veces intentando regular mi respiración.Mis manos apretaron contra mi pecho el IPad que sostenía con vehemencia para que las personas que nos rodeaban no se dieran cuenta de mi penosa escena.Bajé la cabeza al escuchar un par de murmullos en donde claramente decían mi nombre; eché detrás de mi oreja un mechón de mi cabello cuando el calor envolvió mi cuerpo. Mi corazón latía con violencia y tuve que respirar un par de veces al sentir como empezaba a colapsar.Cerré los ojos porque siendo honesta no comprendía mis sentimientos, estaba segura que no sentía nada por Damián Maxwell, pero, ¿entonces por qué sentía que me estaba traicionando?, mi bilis subió hast
Capítulo 19Un golpe en seco sobre el rostro de la heredera Bekker logró que su cuerpo cayera a medio metro de donde yo me encontraba de pie.Damián retrocedió al ver a Handrika tirada en el suelo, pero cuando menos me lo esperé, la lunática mujer se arrastró hacia mí cuan serpiente buscando morder el tobillo de su víctima. Sus uñas largas y afiladas se enterraron en la piel sensible de mis piernas y tuve que patearla para desprenderla de mi cuerpo.Un sonido agudo se apoderó de mi cabeza al sentir como mis manos comenzaron a arderme con cada golpe que le propinaba a la heredera sobre su rostro palidecido.Algo de sangre salpicó sobre mis brazos, sin embargo, eso me motivó para subirme en cuclillas encima de ella y tirar de su cabello con tanta fuerza que algunas hebras quedaron enredadas sobre mis delgados dedos.Sus manos jalaron mi cabello y chillé con fuerza al sentir sus dientes clavarse sobre mi antebrazo con tanta agresividad que el dolor se volvió intenso a medida que pasaba e
Capítulo 20Un silbido fuerte me dejó medio aturdida al escuchar las palabras de Damián. Los ojos del magnate se encontraban cristalinos, quizás porque a él le dolía esta situación tanto como a mí. Las palmas de mis manos se hallaban heladas, entre tanto mis ojos recorrieron toda la habitación buscando la forma de escapar de mis propios sentimientosEl señor Maxwell dio un paso agigantado hacia mí, mis piernas se tambalearon al sentir sus manos apretar con insistencia mis mejillas. El suelo comenzó a darme vueltas al recibir sus labios sobre los míos.—¿De verdad quieres que me case con Handrika?—, deseaba decirle que no, que solo la idea de verlo con ella me quemaba, pero ya había tomado una decisión y era lo mejor para todos.—Dime que quieres que me case con ella y lo haré…Apreté con violencia mi labio i
Capítulo 21Damián MaxwellYo he sido abandonado…Flexiono mis rodillas al sentir un dolor intenso en la mitad de mi pecho al ver como la silueta de Amelia desaparece delante de mí. Las lágrimas que salen de mis ojos, empapan mi camisa y parte de mi cuerpo.Mis manos temblorosas palpan mis rodillas al darme cuenta que lo más probable es que ella jamás logre perdonarme. Golpeo una y otra vez mi cabeza al no querer resignarme a perderla.Fui un completo estúpido al creer que ocultarle cosas me harían un mejor hombre para ella. Fui un imbécil al pensar que si jugaba un poco a mi favor, las cosas serían mejores.Me dolía pensar que Mauricio y ella harían un buena pareja; me moría de celos y por eso hice cosas que no debía y me arrepiento de todo.Si tan solo hubiese sido honesto con mis sentimientos desde un principio, quizás Am
Capítulo 22Dios, ¿Por qué Damián se ve tan jodidamente sexy hoy?Su voz masculina llenó por completo el lugar, Handrika se le iluminó el rostro apenas el magnate tomó su mano para besarla, el pelinegro recorrió con sus ojos todo mi cuerpo y debí retroceder al verle llegar a un punto especifico de mí.Algunas empleadas entraron al salón para entregarle al empresario varios tipos de trajes. Su prometida se apartó para dejarle escoger el conjunto que usaría el gran día de su boda, pero sorpresivamente, él solo me miraba a mí.—¿Cuál debería de elegir para la ceremonia, Amelia?La pregunta del magnate me provocó un fuerte dolor de estómago, ¿Cómo puede ser tan frío con algo como esto?, caminé hacia él, azotando con fuerza mis zapatos contra el suelo y estiré l
Capítulo 23Me arde demasiado mi pecho que siento que voy a morir ahora mismo. Los ojos azul zafiro de Damián carcome mi alma, mientras se acerca una vez más para besarme de nuevo en la entrada de su apartamento en Manhattan.La piel de mi cuerpo se hallaba fría al recordar mi confesión delante de mi jefe, sus labios devoraron los míos, apenas ambos logramos entrar a su residencia, la oscuridad del lugar nos cobijó a ambos apenas mi cuerpo cayó de espalda contra un sofá que se hallaba en la sala.Sus manos agarraron con posesividad mis mejillas,—¿Me amas?—, el empresario preguntó, pero sentía demasiada vergüenza para responder a su pregunta. Había intentado deshacerme de mis sentimientos por tanto tiempo, que al final terminé seducida por el señor Maxwell. Mi corazón comenzó a latir con locura dentro de mi cuerpo, mis manos sudo