Eleanor y Calvin estuvieron en la ciudad a mediodía, ella en la noche había informado a Merritt de su llegada al otro día y él muy tranquilo, solo había dicho,”¿Ya tan pronto?".Llegaron directamente al consorcio, Merritt los estaba esperando, ella entró en la oficina y después de saludar dijo:— ¿Cómo estás hoy?— La voz de Eleanor era algo tímida.— ¡He estado peor otros días!— respondió sonriente— ¿Dónde me mandaste a Calvin?— preguntó estirando el cuello como si estuviera detrás de ella.— Está en su oficina— dijo Eleanor— ¿Quieres que lo llame?— preguntó.— No, yo voy por él— dijo saliendo de la oficina— espérame acá.Unos minutos después entraba con Calvin Foster en la oficina, palmeando amistosamente su espalda.— A ver, cuéntame; ¿Cómo va todo?— empezó diciendo Merritt al tenerlos a los dos en las oficinas.— Todo está bien— Eleanor habló primero— ¿Me enviaste a la sucursal a limar asperezas con el señor Foster Merritt?— ¡Debiste decírmelo sin exponerme de esa manera.— ¡Amor,
Los días fueron muy interesantes para todos los que vivían alrededor de Merritt y conocían su vitalidad, parecía que todos sus males se habían alejado por completo. Aún le faltaba por vivir, tenía mucho que hacer todavía, en el consorcio trabajaba más que cualquier otro, Eleanor se sentía algo contrariada, tenía que atender la empresa y además estar pendiente de la salud de Merritt. Aunque él trataba de mantener una buena actitud, ella sabía que ese mal estaba dentro de él, aunque ya no quería pasar más tiempo en casa y no estaba siempre descansando.Eleanor se dijo que esa mañana hablaría con Calvin, le pediría que se estuviera al frente de todo, mientras ella se ocupaba por completo de su esposo. Cuando llegó no era tan temprano, pasaban las diez de la mañana; se dirigió a la oficina de él, "ojalá ya esté allí" se dijo ella, había escuchado que tenía una reunión.Tocó suavemente, pero con firmeza la puerta, Calvin abrió y al verla le ofreció una tímida sonrisa, invitando a qué e
— Son muchos años juntos Merritt— dijo Calvin— ella es una dama.— Si mi amigo, una mujer, una dama, la mejor compañera que me tocó— dijo Merrit— mi amigo, me gustaría que puedas conocerla y enseñarle a ella cuánto vale,para que la lleves de la mano y así ella empiece a conocerse.— ¡Haré mi mejor esfuerzo Merritt, aunque no te lo prometo!— dijo Calvin muy conmovido— todo depende de la actitud que tenga ella, eso sí, es todo un carácter.— ¿Puedes acompañarme hoy a cenar? — le preguntó Merritt— estoy cansado de comer solo cuando estoy en casa,mi amigo.— ¿Eleanor no cenará hoy contigo?— preguntó Calvin.— Tiene una cena de negocios, hoy llegará tarde— explicó Merritt.Calvin y Merritt se dirigieron hasta el comedor; después de la cena le preguntó.— ¿Por qué no llamas al doctor? Te veo algo pálido,— dijo Calvin preocupado— vamos un rato hacia la terraza.— ¡No, no quiero a ese señor cerca de mi por hoy!— exclamó Merritt— si vamos hasta la terraza, quiero quedarme allá un buen r
En ese preciso momento entró Douglas Morgan, ya le habían limpiado el rostro, y atendido las heridas de su labios rotos y nariz partida, su mirada estaba llena de rencor al mirar al ejecutivo que le había golpeado. El otro ejecutivo, le ofreció una mirada asesina y se quedó calmado, fue entonces que se dió cuenta quien estaba de pie ante la gran mesa presidencial.Su rostro se puso lívido por el temor y la sorpresa, no se esperaba la presencia de él allí, su frente se perló de sudor, y deseó no haber entrado de nuevo a aquel salónMerritt Downey al verlo le dió paso y hasta no verlo sentado no habló.—¡Muy buenos días señores!— saludando con una amplia sonrisa— sé que no esperaban mi visita acá,— dijo Merritt Downey— pero tengo algo sumamente importante y trascendental que aportar a ésta reunión extraordinaria.Colocaron tres asientos adicionales ya que el esposo de Eleanor venía con dos caballeros, todos estaban extrañados de que Merritt entrara con éstas personas y que estuviera
Unos días después Eleanor recibió una visita en su casa. — Hola, ¿cómo estás?— saludó ella a su visita. ¿A qué debo el honor de tu presencia?— ¡Como si no supieras!— fue la respuesta de Mila— No, no lo sé— respondió ella — y no tengo tiempo para perder contigo, muchachita, así que al grano, o llamo a seguridad.— Sólo vine a cerciorarme de lo gran hipócrita que es usted como mujer— dijo Mila — cree que no sé, que anda revolcándose con mi novio.— ¡Mira, yo no voy a caer en tu juego, sal de mi casa!— exclamó Eleanor — ¡Ya aprende a ser una dama, pareces sacada de un antro, hay que aprender a comportarse; ¿Sabes?— ¡Usted, es una quita novios!— exclamó la chica— ¡No se da cuenta que es mayor que Calvin, que él, podría ser su hijo!— ¿Mi hijo? No lo creo, imagínate a mi teniendo un bebé a los doce años,— dijo Eleanor— para mí tú eres una malcriada, y que si fueras mi hija, te hubiera dado, una muy buena tunda y así no te comportarías de ésta manera tan patética. — ¡Calvin, es muc
Dió media vuelta y salió de la mansión sintiendo más tranquilidad al dejarla calmada, no entendía qué había pasado para que cambiara de dirección y viniera hasta la casa de ella, pero ese impulso fue lo mejor que había pasado. Ella estaba tan vulnerable, fue demasiado tierno para él poder tenerla unos instantes pegada a él, aunque las razones no hayan sido románticas. Vió por un momento un cambio tan radical en pocas horas, sabía que había sido producto de todo lo que estaba viviendo, Calvin no se hacía ilusiones ni mucho menos se creaba planes de felicidad en su cabeza. Sabía que ella no lo amaba y no esperaba más nada, que sólo la amara él, era suficiente felicidad, Eleanor se sorprendió de que Calvin viniera hasta su casa, poder descargar en él su desesperación fue un aliciente para sus emociones alteradas en ese momento tan crítico, se sintió bien ser confortada por Calvin Foster, por un momento quiso imaginar lo bonito que sería si de verdad pudieran amarse. Sabía que eso era
Pasaron algunos días, ya Merritt podía ir hasta su casa, allí continuaría con su recuperación, después de unos días en casa, en su habitación Eleanor, se atrevió a contarle sobre el accidente de su madre y esposo.Ya habían pasado dos semanas y ella aún tenía cierta preocupación por el estado de salud de ellos, el sonrió comprensivo y le dijo:— Sabía que había algo más que te tenía preocupada, ve con ellos amor, pasa una semana con tu madre, se que eso te hará sentir más tranquila.— Es que no deseo dejarte solo, te estás recuperando— dijo ella— no me parece justo para ti.— Voy a estar bien, ya estoy más cómodo acá y seré atendido por el personal doméstico, una enfermera, así te extrañaré con más ansias— dijo él sonriendo, ve mi amor.Ella sintió mucho alivio por las palabras de su esposo, aprovecharía que lo veía más recuperado para compartir un poco con su madre, que desde la muerte de su padre, muy poco pasaban tiempo juntas.Al llegar a casa de su mamá se sintió tan feliz de es
Eleanor meditó sobre todo lo que ahora le tocaba vivir, pensó que lo mejor por los momentos era ir con Alexia y relajarse, se sentía muy triste y sola. Necesitaba una amiga en éstos momentos y pensó en su madre, ella era lo único que tenía en éstos momentos, esa tarde recibió una agradable visita, el abuelo Foster estaba pidiendo ser recibido. Ella se sintió agradecida por verlo en su casa.— Disculpa por el atrevimiento de venir sin ser invitado,— dijo él abuelo Foster— pero quería saber cómo te sientes.— Tu siempre eres bienvenido en mi casa, abuelo, aún estoy triste, pero debo seguir, la vida continúa — dijo ella con ánimo.— Así es, la vida continúa, usted es una mujer muy joven y tiene mucho por vivir, rehaga su vida— aconsejó — Merritt querría que fueras feliz.— Si, siempre me lo decía— convino ella— pero no estoy preparada para una nueva relación, sé que Merritt lo aconsejaba. — Le amaba Eleanor, además de admirarla, jamás ví a un hombre que sintiera tanta devoción por s