Eleanor se quedó meditando en las palabras de Merritt, ¿Realmente no había vivido? Ella siempre pensó que todo lo que había soñado, era vivir.Ser una gran empresaria, manejar el mundo de los negocios a la perfección, pero ahora su esposo le decía que eso, no era vivir.Aunque él tenía razón, sentía un gran vacío dentro de ella, aún Merritt estaba a su lado y la soledad que sentía empezó a abrumar su mente, no podía dar rienda suelta a éste sentimiento que tenía por Calvin Foster.Tenía que sacar cualquier cosa que estuviera desarrollándose dentro de su cabeza, entonces, empezó a sentir el aroma que despedía su cálida presencia. Un aroma que había quedado impregnado en su piel, esa noche; que la hacía sentir deseos de bailar una danza seductora que la envolviera nuevamente en ese perfume que exaltaba sus sentidos.Sentía una dulzura extraña, al imaginar la mirada de Calvin traspasando su alma, quería rendirse, entregarse a éste sentimiento, pero lo mejor era alejarse de ésto que sent
En la noche, cuando llegó a casa, Merritt estaba ya metido en la cama, lo vió y en su rostro se dibujó la preocupación.— ¿Estás bien amor?— preguntó ella al saludar.— Algo cansado solamente— dijo él respondiendo al saludo de su mujer— ¿Qué le dijiste a Calvin Foster, que desea vender sus acciones, Eleanor?Ella abrió los ojos redondos como platos ante la pregunta de su esposo, parpadeó y dijo:— La verdad, no tengo ni idea— dijo mintiendo con descaro—¿él te dijo algo?— preguntó ella cautelosa.— ¡Cómo se ve que no conoces a Calvin!— exclamó Merritt— él jamás dirá nada, es un caballero.Eleanor se quedó pensando unos segundos y Merritt continuó:— Sé que tú tuviste que ver con su decisión,— dijo su esposo escudriñando el rostro de ella— él sabe que no te es simpático.— ¡No me mires así!— hablaré con el señor Foster mañana—dijo ella.— No podrás hablar con él— le informó Merritt, se va de viaje muy temprano.— ¿Viaje?— preguntó interesada— ¿Dónde?— Eso no lo sé— dijo su esposo— no
Merritt había llamado a Calvin esa mañana, necesitaba que se alejara de Eleanor por un tiempo, así ella ordenaba sus sentimientos revueltos por una emoción, que jamás había sentido. Él se había dado cuenta que la animadversión que ella sentía por Foster, no era otra cosa qué, se estaba enamorando del hombre.Ella, sin darse cuenta, estaba luchando con un sentimiento, que estaba naciendo en su corazón por éste hombre invasor de su cabeza y de su corazón. Merritt la conocía muy bien, sabía de la lucha que ella estaba librando dentro de su alma, Eleanor ya lo sabía, pero era tan noble que prefería ocultarlo ante él, su esposo.Él, no sabía qué tipo de discusión había habido entre ellos, si ya se habían acostado o no, solo sabía que su Eleanor no era la misma mujer desde que Calvin Foster había aparecido en la empresa. Al inicio, no le interesó mucho, pero poco a poco su interés sexual con él, ya no era lo mismo, la sentía distante, sumida en pensamientos que la alejaban mucho de la pa
Esa mañana Eleanor tuvo que salir muy temprano, su vuelo salía a las seis de la mañana, así que cuatro horas antes se estaba embarcando en el aeropuerto. Ya en la mitad de la tarde, tomó un taxi indicando la dirección donde debía llegar, conocía perfectamente la ubicación, el chófer directamente la condujo sin problemas, en menos de veinte minutos estaba frente a las oficinas donde funcionaba una de las sucursales de las empresas Downey.Se dirigió hasta las puertas de vidrio, ya había estado en varias oportunidades en ése lugar y se sentía orgullosa de tener buena memoria, tomó el ascensor y llegó directamente al lugar donde se encontraba el problema que debía solucionar.Cuando llegó la secretaria que sabía quién era, inmediatamente le dió paso libre hasta la oficina que le correspondía, se sentó, mientras la chica dijo algo que ella no entendió muy bien, pero decidió esperar.— Buenos días señor…— escuchó la voz de Calvin?Éste se quedó como de piedra al verla.— ¡Eleanor!—excla
Eleanor y Calvin estuvieron en la ciudad a mediodía, ella en la noche había informado a Merritt de su llegada al otro día y él muy tranquilo, solo había dicho,”¿Ya tan pronto?".Llegaron directamente al consorcio, Merritt los estaba esperando, ella entró en la oficina y después de saludar dijo:— ¿Cómo estás hoy?— La voz de Eleanor era algo tímida.— ¡He estado peor otros días!— respondió sonriente— ¿Dónde me mandaste a Calvin?— preguntó estirando el cuello como si estuviera detrás de ella.— Está en su oficina— dijo Eleanor— ¿Quieres que lo llame?— preguntó.— No, yo voy por él— dijo saliendo de la oficina— espérame acá.Unos minutos después entraba con Calvin Foster en la oficina, palmeando amistosamente su espalda.— A ver, cuéntame; ¿Cómo va todo?— empezó diciendo Merritt al tenerlos a los dos en las oficinas.— Todo está bien— Eleanor habló primero— ¿Me enviaste a la sucursal a limar asperezas con el señor Foster Merritt?— ¡Debiste decírmelo sin exponerme de esa manera.— ¡Amor,
Los días fueron muy interesantes para todos los que vivían alrededor de Merritt y conocían su vitalidad, parecía que todos sus males se habían alejado por completo. Aún le faltaba por vivir, tenía mucho que hacer todavía, en el consorcio trabajaba más que cualquier otro, Eleanor se sentía algo contrariada, tenía que atender la empresa y además estar pendiente de la salud de Merritt. Aunque él trataba de mantener una buena actitud, ella sabía que ese mal estaba dentro de él, aunque ya no quería pasar más tiempo en casa y no estaba siempre descansando.Eleanor se dijo que esa mañana hablaría con Calvin, le pediría que se estuviera al frente de todo, mientras ella se ocupaba por completo de su esposo. Cuando llegó no era tan temprano, pasaban las diez de la mañana; se dirigió a la oficina de él, "ojalá ya esté allí" se dijo ella, había escuchado que tenía una reunión.Tocó suavemente, pero con firmeza la puerta, Calvin abrió y al verla le ofreció una tímida sonrisa, invitando a qué e
— Son muchos años juntos Merritt— dijo Calvin— ella es una dama.— Si mi amigo, una mujer, una dama, la mejor compañera que me tocó— dijo Merrit— mi amigo, me gustaría que puedas conocerla y enseñarle a ella cuánto vale,para que la lleves de la mano y así ella empiece a conocerse.— ¡Haré mi mejor esfuerzo Merritt, aunque no te lo prometo!— dijo Calvin muy conmovido— todo depende de la actitud que tenga ella, eso sí, es todo un carácter.— ¿Puedes acompañarme hoy a cenar? — le preguntó Merritt— estoy cansado de comer solo cuando estoy en casa,mi amigo.— ¿Eleanor no cenará hoy contigo?— preguntó Calvin.— Tiene una cena de negocios, hoy llegará tarde— explicó Merritt.Calvin y Merritt se dirigieron hasta el comedor; después de la cena le preguntó.— ¿Por qué no llamas al doctor? Te veo algo pálido,— dijo Calvin preocupado— vamos un rato hacia la terraza.— ¡No, no quiero a ese señor cerca de mi por hoy!— exclamó Merritt— si vamos hasta la terraza, quiero quedarme allá un buen r
En ese preciso momento entró Douglas Morgan, ya le habían limpiado el rostro, y atendido las heridas de su labios rotos y nariz partida, su mirada estaba llena de rencor al mirar al ejecutivo que le había golpeado. El otro ejecutivo, le ofreció una mirada asesina y se quedó calmado, fue entonces que se dió cuenta quien estaba de pie ante la gran mesa presidencial.Su rostro se puso lívido por el temor y la sorpresa, no se esperaba la presencia de él allí, su frente se perló de sudor, y deseó no haber entrado de nuevo a aquel salónMerritt Downey al verlo le dió paso y hasta no verlo sentado no habló.—¡Muy buenos días señores!— saludando con una amplia sonrisa— sé que no esperaban mi visita acá,— dijo Merritt Downey— pero tengo algo sumamente importante y trascendental que aportar a ésta reunión extraordinaria.Colocaron tres asientos adicionales ya que el esposo de Eleanor venía con dos caballeros, todos estaban extrañados de que Merritt entrara con éstas personas y que estuviera