Liam Salgo de la casa de mis padres ignorando la petición de Arlette y cuando subo a mi auto arranco sin mirar atrás. Me encuentro demasiado dolido y furioso, pero sobre todo me siento como un estúpido por haber creído en esa mujer.Cuando llego a mi casa, abro la puerta con una sola idea en mi mente, deshacerme de cualquier cosa que me recuerde a ella.—Joven, no pensé que llegarían tan pronto —comenta la señora Angelina, saliendo de la cocina—. ¿Y la señora Arlette? ¿Quiere que les prepare algo rápido? Seguro la señora debe de estar muy hambrienta.—Ella no vino conmigo y de ahora en adelante está prohibido pronunciar su nombre en esta casa.—¿Qué sucedió? —insiste, mirando detrás de mí, a la espera de una mujer que no volverá a pisar esta casa.—Consígame unas bolsas grandes para basura.—¿Por qué?—¡Consígalas! —le grito, descargando parte de mi furia contra ella. Debido a mi actitud, asiente lentamente y regresa a la cocina.Subo corriendo a mi habitación y sin esperar a que la
—¿De cuál verdad hablas?—Tu querida esposa te engaña, desde hace varios meses se cita con un hombre en un hotel, mientras tú te quedas trabajando.—E-eso no es verdad. Sabes que no confío en ti, seguro es una de tus tantas mentiras.—No miento, te lo aseguro. Puedes abrir el sobre y darte cuenta de que mis palabras son ciertas.Con un poco de duda abro el sobre y cuando saco las fotos que mencionó Evelina, puedo darme cuenta de que dice la verdad. En todas se aprecia a Arlette tomada del brazo de un hombre y entrando a un hotel de mala muerte y, aunque quisiera creer que esto fue antes de nuestro matrimonio, lo cierto es que conforme reviso las fotos, veo algunas más recientes donde su abultado vientre es más visible.—¿Lo ves? No miento, ella te engaña desde hace meses y no dudo que ese bebé que espera en realidad no sea tuyo. ¿Qué mujer decente se cita con otro hombre, estando casada?—No, nada de esto es cierto. Tú lo estás inventando todo —reniego, mirando las pruebas.—Sabía que
**Este capítulo contiene escenas de abuso físico y verbal que pueden ser perturbadoras para algunos lectores. Se sugiere leer con discreción.Observo incrédulo el papel que me tiende y niego con mi cabeza. ¿Cómo es que Arlette cree que me interesa tener algún vínculo con su hijo?—¿Acaso creía que pediría la custodia de un bebé que no es mío? —la interrumpo en un bramido, ganándome una mirada de advertencia de mi padre.—No le hables de esa forma a tu madre.Chasqueo la lengua y lanzado un bufido, tomo el papel que me tiende y sin esperar ni un solo segundo firmo ese documento, deslindándome por completo de Arlette y de su hijo. Después tomo los documentos del divorcio y los firmo bajo la atenta mirada de mis padres, quienes me miran como si fuese el hombre más estúpido del universo, por lo que acabo de hacer y de lo cual me lamentaré a continuación.—Paolo, por favor ya sabes qué hacer con estos documentos. Es importante que los lleves sin perder tiempo al abogado y para evitar inter
—Y así es como terminé de esta forma —les explico sin dejar de llorar.—Bien, usted dice que su hija huyo de su padre para evitar ese matrimonio, ¿pero lo que no entiendo es, por qué Arlette se veía con ese hombre? ¿Por qué le entregaba dinero? —me cuestiona el esposo de mi niña con resentimiento.—Ese dinero era para mí —cuando me escucha decir esto, comienza a reír y me mira como si me hubiese vuelto loca.—Por un momento estuve a punto de caer en su mentira, pero ¿cómo podría creer en sus palabras cuando hace un momento dijo que tenía una empresa? ¿Si tienen una empresa, por qué Arlette le mandaría dinero?—Porque estamos en la quiebra, a nada de perder la empresa y la casa algo que para ninguna de nosotras tiene valor. Preferiría mil veces vivir en una pequeña habitación con mi Arlette, pero sabiendo que somos libres y lejos del infeliz de mi esposo.»Mi niña me entregaba ese dinero para poder huir con ella y salir del infierno en el que vivía con su padre —grito sin dejar de fulm
Los días pasan y aunque he intentado comunicarme con Arlette, su móvil siempre está apagado, siendo imposible saber dónde se encuentra. También he insistido con mi padre para saber sobre ella e incluso contraté un investigador privado para dar con su paradero, pero tal parece que ha desaparecido, ya que no hay registros de su salida del país.Y Alessia no es una opción, dado que cuando fui a buscarla a su trabajo para pedirle su ayuda, me impidió pasar no sin antes gritarme un montón de insultos a través del teléfono de su asistente.De un momento a otro recuerdo las palabras de mamá, que las pruebas pueden falsificarse y decido buscar a Luca, estoy seguro de que él debe de saber dónde puedo encontrar a mi esposa.Sin perder tiempo salgo de mi oficina donde me la he pasado encerrado la mayor parte del tiempo para evitar volverme loco sin la ausencia de Arlette y mi bebé y cuando llego al lobby me detengo cuando escucho que pronuncian el nombre de mi esposa.—Lo siento, señorita. Ya ll
Audiencia día 1Observo a cada lado del pasillo con la esperanza de que Arlette aparezca en cualquier momento y así tener la oportunidad de hablar con ella, suplicarle e incluso si es necesario arrodillarme a sus pies hasta que me perdone y dejar atrás todo el mal rato que le hice pasar, sin embargo, cuando esperamos a que la audiencia comience solo se presenta Matteo Garza, uno de los mejores abogados de Estados Unidos y principal socio del bufete de mi abuelo y ahora abogado de mi esposa.Lo reconozco porque hace unos años nos lo presentó en su casa de descanso. Niego con mi cabeza y estoy casi seguro de que mi abuelo está detrás de todo esto, con razón ningún abogado deseaba representarme. Además de que es posible que él haya movido sus influencias de tal forma que en el gremio de abogados se enterasen de que el bufete de los Lewis apoyarían a mi esposa y ningún abogado que se respete es tan estúpido como para competir con los de mi abuelo, el expresidente de Estados Unidos.Bajand
Después de aplazar todos mis pendientes y agendar de último momento un vuelo hacia Estados Unidos. Me acomodo en mi asiento, soltando pequeños golpecitos en el reposabrazos demasiado nervioso ante la idea de reencontrarme con Arlette. Espero que después de todas estas semanas ella siga en casa de mis abuelos y así tener la oportunidad de hablar con ella.Al cabo de varias horas llego a mi destino y sin perder tiempo, me dirijo hacia uno de los tantos taxis que aguardan afuera del aeropuerto, le doy la dirección al chófer y con mi corazón bombeando a una velocidad alarmante nos ponemos en marcha. Conforme pasan los minutos vislumbro un camino ya conocido y cuando aprecio las rejas del rancho de mis abuelos, mis manos comienzan a sudar. Llegamos a la caseta de seguridad y después de saludar al hombre, quien me reconoce enseguida me permiten pasar.Cuando llegamos a la entrada principal, pago el viaje y uno de los hombres de seguridad escolta de regreso al taxi. Tomo mi maleta y después
Arlette Semanas antesVeo como Liam sale de casa de sus padres y aun sin poder creer en su reacción y en lo duras que fueron sus palabras mi primer instinto es ir detrás de él para aclarar este malentendido.—Y-yo le juro que nunca he engañado a Liam —mascullo comenzado a llorar—, no sé por qué dice que mi bebé no es de él, les juro que yo… —aprieto mis labios y me contengo de gritar cuando el dolor en la parte baja de mi vientre que comencé a sentir después de salir del hotel se hace un poco más fuerte, pero aun así intento ponerme de pie y seguir a Liam para hablar sobre lo ocurrido, sin embargo, el dolor es tan fuerte que no puedo evitar gritar.Los padres de Liam se observan sin saber qué es lo que ha sucedido, pero cuando me escuchan gritar la señora Reyyan se acerca corriendo hasta donde me encuentro y me obliga a permanecer sentada.—¡Tranquilízate! —me pide tomando mi mano.—Y-yo no puedo, debo de explicarle todo a Liam… esto es una confusión —chillo desesperada, intentando p