P.O.V. Mia Después de escuchar el plan que mi prima me ha dado, entramos al auto. Me quedo pensativa, dudando si he hecho lo correcto, pero recordar lo ocurrido anoche con él me anima a hacerlo; sin embargo, hay algo en mí que me dice que esto es peligroso. —No tienes que hacerlo, si no quieres, Mia, yo puedo seguir aguantándolo —habló Tani, tomando mi mano. Esas palabras resuenan en mi mente y estoy muy tentada a aceptarlo. Sin embargo, el deseo y esa ayuda económica me vendrán muy bien; quiero la estabilidad de mis padres. Así que no me echaré para atrás. —Sí, te ayudaré, no permitiré que seas infeliz en un matrimonio sin amor, además de que necesito el dinero —le conformo a la vez que le cuento un poco de mi situación. Espero que me pregunte un poco del tema, pero no lo hace, así que solo me limito a voltearme hacia la ventana sin decirle nada más. El trayecto se mantiene en silencio; llevamos a la casa. Bajamos ambas del auto. —Voltea hacia arriba, él nos está vi
P.O.V. Adriano Veo cómo mi pequeña presa se va prácticamente corriendo casi vomo si hubiera visto a un muerto viviente; finge tener una actitud valiente ante mí, pero a la vez hay una pizca de miedo que me agrada y me atrae demasiado. —Tranquilízate, amigo, pronto la tendremos en nuestra cama, pero primero tenemos que aclarar algo —le murmuró a mi parte sonriendo ladino. Me quedo un momento de pie, esperando a que se me baje y, cuando estoy listo, me voy directo hacia el interior de la casa. Buscando a Tania porque estoy seguro de que todo este teatro es plan de ella y no permitiré que juegue conmigo. Porque no soy tan tonto como para creer que de la nada haya traído a su prima y que de la noche a la mañana esté coqueteando conmigo. No me gustan los engaños y sabré lo que trama. Regresó al comedor donde la veo de pie al lado del comedor. Ella me mira por encima del hombro. —Te tardaste mucho en el baño —añade, fingiendo no saber a dónde fui. Me acerco a ella hasta queda
Volteo a verlo y noto que trae una camisa oscura desabrochada de arriba con unos pantalones ajustados que capta mi atención, haciendo que me quede embobada por un momento al notar ese bulto en medio de sus piernas dejo de ver eso, y al subir me encuentro con su expresión seria a la vez un sonrisa media macabra. Que me ayuda a regresar a la realidad; mantengo la calma y recuerdo lo que mi prima me acaba de decir. —Buenos días, señor Adriano —le saludo con amabilidad. —Buenos días, Mia —responde seriamente. Nos quedamos en silencio mientras sigo averiguando la oreja de uno de los perros. Veo que les agradas. —Me gustan mucho los animales —contestó acariciando a Alpha. —Pues qué raro —dijo mientras camina hasta mí y acaricia a Ónix, que se pone feliz al verlo; se nota por cómo mueve la cola. —¿Raro a qué se refiere con eso? —indagó, curiosa de saber lo que quiere decir. —Lo digo porque a tu prima no le gusta; para ella serían unas bestias asquerosas se estaría encantada por v
En cuanto llego a la casa, el auto no se ha detenido del todo cuando salto y voy directo hacia la entrada. Uno de los sirvientes al ver mi prisa me abre la puerta. Al entrar me encuentro a mi padre; de inmediato, noto su preocupación en el rostro. —¿Dónde está? —preguntó con desesperación. —En la habitación… —No termina de hablar mi padre cuando ya voy corriendo por las escaleras. Subo hasta llegar al segundo piso y abro la puerta de la alcoba de mis padres, entrando en ella… P.O.V. Tania Noto cómo el orangután sale de la casa sin avisar y además como alma que lleva el diablo. Probablemente, alguna de sus zorritas lo haya llamado y, al ser un perro en celo, se fue corriendo a su encuentro. Por lo menos su salida me ayudará a poder estar a solas con mi prima. Voy directo hacia su habitación, llego a la puerta y toco dos veces la enorme puerta de madera color café. —¡Pasen! —oigo su grito desde el otro lado de la puerta. Entro y la veo sentada mirando por la ventana—. ¿Qué ocurre?
Escucho que me ha llamado Caperuza y un escalofrío recorre mi cuerpo. No es de miedo, sino de atracción. No sé por qué, al oír eso, me hace sentir una sensación muy extraña a la vez que tan especial, ya que nunca antes había estado tan atraída por un hombre y menos como él. Ademas de que estoy algo sorprendida como se dio cuenta que estoy aqui.—¿No me oíste? —me vuelve a hablar, pero ahora con una voz un poco más pesada. Y, dudosa, entró a la habitación.—Lo siento, no fue mi intención estar vigilándote —me disculpo, pero no aparto la vista de él; veo cómo vuelve a poner el cigarrillo en su boca, dejando salir una ligera nube de humo.—No te preocupes, no me molesta, todo lo contrario, me agrada que estés aquí —declaró y le agradezco que no me esté viendo o vería mi rostro completamente rojo—. ¿Todavía tienes insomnio? —Sí, además que estaba preocupada —mencionó y justo, al oír eso, vio cómo voltea por encima de su hombro.—Preocupada, ¿por qué? —indagó, girando hacia el frente. —P
P.O.V. Adriano—Espera —me detiene Mia y dentro de mí maldigo con todas mis fuerzas. Porque estoy que me muero por esta mujer y ella creo que solo juega conmigo. Le he declarado mis sentimientos y no solo eso, le he contado cosas muy delicadas de mi vida privada, cosa que con nadie lo he hecho. —¿Qué ocurre? —preguntó para averiguar un poco de lo que ha sucedido.—No quiero hacerlo aquí —responde con una voz agitada.—Eso se puede arreglar, podemos ir a mi habitación o a la tuya, eso no es problema —propongo porque la verdad es que sí muero por estar con ella. —Sí lo sé, pero Tania nos va a escuchar.—¿Y eso qué tiene que ver con lo que se pierde? —la interrumpí por esa excusa. —Yo no quiero que nadie escuche, sería muy vergonzoso para mí; yo prefiero estar a solas contigo y que nadie nos escuche o nos interrumpa —menciona tocando mi mejilla con su mano. —Está bien, me gusta esa idea. —Entonces hay que esperar el momento en el que Tania no esté en casa —añade y sigue tocando, ba
P.O.V. Mia Cuando salí de esa oficina, sentía como si mi corazón estuviera a punto de salirse de mi pecho. Me encontraba emocionada y a la vez aterrada. Al llegar a mi cuarto, me senté en la silla controlando mis pensamientos y emociones para poder pensar en lo que hablé con él. —Lo que tengo claro es que es un hombre completamente dañado, con miles de traumas en su alma y el primordial es el cariño que nadie le ha dado; todos lo detestan, lo ven como un monstruo sin darse la oportunidad de conocerlo, solo creen en la falsa apariencia que tiene —dije en voz baja, viendo a un punto inexistente—. Pero lo que vi es un buen hombre, tiene buenas intenciones y ama mucho a su madre; le duele por lo que está pasando. Es un hombre que merece amor; ahora dudo si hacer lo que sigue, sé que puedo dañarlo mucho. Dejo de agobiarme con que al final terminaré haciéndolo; tengo palabra y no puedo retractarme, menos sabiendo que Tania es mi única prima. Además, pensar en sus labios sobre mi piel
P.O.V. Mia Veo cómo mi prima se mueve de un lado a otro alistándose para irse; yo solo la miro con una expresión seria en mi rostro y es que me encuentro disgustada porque no fue honesta conmigo. Aunque no me atrevo a preguntarle nada, a ella no le interesa mi vida, me lo ha dejado claro, así que ¿por qué me tiene que interesar la de ella? —Bueno, ya tengo todo —dijo deteniéndose frente a mí—. Mañana regresaré muy temprano y también quería darte esto. Se acerca a mí, entregándome un pequeño frasco de cristal con un líquido transparente. —¿Qué es esto? —preguntó confundida. —Es un sedante —me responde. —¿Para qué quiero esto? —Solo te lo doy por si en un momento no te sientes cómoda y es que Adriano puede ser un hombre que puede durar mucho, así que si te sientes cansada, solo pon tres gotas en un vaso de agua o licor y en menos de 10 minutos él estará dormido como un bebé —me explica con tranquilidad. Aunque me quedo muy impactada por lo que me dice. —¿Y cuánto