—Prefiero quedarme encerrada en este lugar—musito Sarah cruzando se de brazos como si de una niña berrinchuda se tratara.—No es una opción, querida—dijo Dmitry tratando de guardar la calma—te lo estoy ordenando.—¿Acaso crees que soy uno de tus empleados? —se quejo ella.—¡Ahora! —finalmente grito Dmitry perdiendo la paciencia.Sarah bajo los brazos instintivamente, la había sorprendido aquel grito que había irrumpido el silencio del baño y probablemente también se de la habitación. Trago saliva y lentamente se acomodo sobre la bañera para levantarse, pero al intentarlo, Dmitry la sorprendió tomándola de la mano para evitar que cayera y tambien proporcionándole una bata de baño para secarse el cuerpo.Sarah la tomó, se envolvio en ella y rápidamente se alejo de su esposo, estaba asustada, nunca le había visto tan enfadado, asi que guardo sus quejas para otro momento, uno en el que ella no estuviera tan vulnerable como lo estaba en ese momento.Tomó una toalla y la envolvio en su cab
Dmitry levantó la mirada hacia donde ella observaba, era una construcción prácticamente en ruinas, pero Sarah la miraba un tanto desconcertada y casi melancólica de verla en tan terribles condiciones.Frunció el ceño al recordar los reclamos de Sarah y tambien los de Alek, no podia creer que realmente había estado viviendo en esa choza.Soltó un leve suspiro inaudible y se guardo sus comentarios, luego se puso a reflexionar sobre el pasado y claramente lo que habría hecho de verla en tan desesperada situación, llegó a la conclusión de que, él por su parte no habría hecho nada para mejorar la situación de su esposa y hasta de hecho se habría burlado y felicitado a su familia por tan excelente trabajo, ya que antes de conocer a Nina, había odiado a Sarah.Luego de una hora de camino, finalmente se fueron adentrando a una pequeña ciudad pintoresca, pero en la que no estarían el tiempo suficiente como para recorrerla por completo ya que Dmitry tenía un itinerario que seguir.Sin previo av
Dmitry no dijo nada cuando salieron de la clínica, estaba un tanto trastornado. Sarah ahora tenía algo en que basarse para afirmar que el hijo que crecía en su vientre era suyo.No había forma de que fuera un engaño, él mismo se había encargado de buscar a la ginecóloga y ella era una persona ajena a lo que había ocurrido en Mónaco, así que no había forma de que estuviera de su lado.Pero solo había una forma de estar seguro, pero tendría que esperar hasta el término de su embarazo, solo que no sabia si podría vivir tanto tiempo con Sarah de esa manera.Sarah, por otro lado, había ignorado la presencia de su esposo, se había dicho que ya no le importaría, ya que él no se preocupaba por ella, aunque de hecho, la había sorprendido al llevarla al ginecólogo, pero pronto se dijo que solo lo hacía por el bebe, no por ella, quería quitárselo como castigo.—A la oficina, Gerald—le ordeno.Sarah frunció un tanto el ceño, estaba confundida. En su imaginación, ella había creído que en ese momen
—¿¡Cómo pudiste permitir que nos hicieran esto!?—protestaba Nadia en contra de su esposo. Mihai estaba sentado sobre un sofá, el viejo sofá y del que años atrás había querido deshacerse, pero la verdad no pensó que volvería a ese sitio.Al morir su padre, había vendido la mayor parte de su herencia, las cuales eran propiedades. Casas, departamentos, bodegas y algunos terrenos, todo eso, por supuesto, no tenía mucho valor, no era una cantidad que pudiera competir con lo que valía la empresa familiar, la cual su estúpido padre le había dado a su hermano mayor. Con las ganancias, su familia se había dado algunos lujos innecesarios, viajes, ropa, joyas, pero nada que pudieran conservar, por lo que pronto quedaron en la misma situación. Mihai era un bruto cuando se trataba de trabajo, su padre siempre había deseado que se empleara en algo que él pudiera y supiera hacer bien, pero tal como Dmitry, él era muy bueno en el juego y las apuestas, pero él iba a un nivel que Dmitry no se permitía
—¿Te encuentras bien?—cuestiono Dmitry de pronto dejando perpleja a Sarah. Ella alzó la ceja un tanto desconcertada, no sabía que era lo que pretendía con esa pregunta ¿Ofenderla?—Si—respondió ella tratando de tomar una posición recta, había sido un tanto humillante por poco vomitar frente a él.Meses atrás, un hijo era lo que tanto buscaba y anhelaba, pero no había sospechado en lo más mínimo que se sintiria igual que estar enferma.Sarah se veía muy pálida, le había afectado entrar en el ascensor, pero enseguida sospecho que se debía al bebé que se formaba dentro de ella.Él poco o más bien nada sabía sobre embarazos, nunca tuvo hermanos y su madre había muerto cuando él era muy joven así que apenas la recordaba por lo que no había estado expuesto alguna mujer que estuviera embarza, aquello era totalmente nuevo para él, pero por instinto supo que no podrían volver al ascensor.—Tal vez debería regresar al auto y descansar—propuso ella llevándose la mano a la nuca, al parecer también
Aquella reunión había sido un evento infernal para algunos, Dmitry no solo les había recriminado sus malas decisiones, sino que también los había expuesto con pruebas. Documentos de malversaciones donde se encontraban sus firmas, llamas grabadas y videos donde hablaban de sus sucios negocios. Si algo había aprendido Dmitry todos esos años en que había estado ausente, había sido a relacionarse con personas de cierta reputación. Estafadores, mafiosos e incluso hackers que le había sido de utilidad en su investigación. Todo el mundo estaba perplejo, más aquellos que estaban implicados en el desfalco de la empresa, pero lo que más impacto fueron las copias de las demandas que Dmitry ya había interpuesto en su contra. Él sabia que las autoridades poco podían hacer por su caso, sobre todo cuando era su nombre el que había sido utilizado para hacer todos esos fraudulentos movimientos, pero con ello lograba atemorizarlos y que mejor que entregarles un documento oficial para comprobar sus am
Dmitry finalmente dejo de tocarla, la apartó de él y se levantó para tratar de recuperar la comportará, de no controlarse, simplemente se dejaría llevar por sus bajos instintos y la haría suya.Su falo estaba firme, listo y duro para entrar en ella. ¡Oh, cuánto la extrañaba!Pero se contuvo, más por preservar algo de dignidad ante la empresa, aunque nadie podía verlos ahí, la posibilidad de que alguien entrará eran bastante altas.—Debemos irnos—le indicó sin mirarla a la cara, estaba un tanto avergonzado, pero no por lo que había hecho, sino por haber faltado a su palabra.Sarah se acomodo el vestido, un tanto confundida, a penas alcanzaba a comprender lo que había pasado, había un extraño calor entre sus piernas, el mismo que había sentido al ser Nina, cuando ella y Dmitry eran sólo meros desconocidos disfrutando de sexo y sólo eso.Él avanzó hacia la puerta, donde esos dos lo esperaban, la secretaria y el asistente, los cuales pensaba despedir en algún momento, pero mientras le fue
En pocos minutos hubo una reacción de su miembro y un gemido salió de entre sus labios. La boca de Sarah se había llenado casi por completo y al no tener más opciones tuvo que tragar lo que su esposo había depositado en su boca.Pocos segundos después, Sarah retiro sus labios de su miembro, le dio una última lamida para limpiarlo y luego lo guardo en su sitio mientras Dmitry descansaba la cabeza sobre el respaldo del sofa.Por un momento temió que aquello que había tragado le causará náuseas, pero los siguientes segundos no sucedió nada, agradeció al cielo por eso.Se acomodo el vestido, se limpio los labios y se sentó a su lado para observarlo a una distancia ni muy cercana, pero no tan lejos de él para observarlo con detenimiento. Lo contempló por un par de segundos mientras trataba de recuperar el aliento y las fuerzas. Observos sus facciones, su piel y donde esta parecía terminar gracias a una mata de barba bien acomodada.—Esto no cambia nada—dijo Dmitry al abrir los ojos mient