—Es impresionante—logró decir Dmitry luego de diez minutos leyendo esa sarta de mentiras que su tío le presentaba, todo parecía estar bien, más que bien y eso era demasiado sospechoso. —Ahora lo ves, no hay nada de que preocuparse—lo instó Mihai mientras le servía un vaso de whisky, cuando se lo colocó sobre el escritorio frente a él, Dmitry ni siquiera lo tocó. —Me tomaré el atrevimiento de enviarlo a mi correo—expresó Dmitry moviendo el mouse táctil del portátil para enviarse el archivo. —¿Hay algún problema? —cuestiono Mihai tomando asiento de forma relajada, de otro modo Dmitry sospecharía. —No, todo parece estar perfecto, pero me gustaría confirmar los números por mi cuenta—insistió Dmitry. Mihai arrugó la frente, sabia que algún día su sobrino volvería para hacerle preguntas o mejor dicho un interrogatorio de lo que había hecho con su empresa y su fortuna, la cual se había reducido un poco más de la mitad y habia hecho contratos con varias empresas que a final del año le ex
—¡Que estupidez dices Dmitry! —bramo azotando el whisky sobre el escritorio.La expresión de furia de Mihai complació a Dmitry, ese era precisamente el hombre que él conocía bien, aquella había sido la misma expresión que había hecho cuando se leyo el testamento de su abuelo, cuando se le había comunicado que no recibiría nada más que un par de propiedades.Dmitry habia sido un niño por aquel entonces y había visto con sus propios ojos la avaricia de su tío, la furia y la molestia, pero él se había ganado ese trato.De joven, Mihai había sido bastante rebelde, solía jugar en casas de apuestas y se decía que ya tenía un par de hijos ilegitimos, bebía y gastaba el dinero de una empresa que apenas comenzaba a levantarse, pero en su defensa, aquello lo hacía para vengarse de su perfecto hermano, quien siempre se había mostrado servicial y de su padre quien lo prefería por encima de él.Era un hecho que al final se había confirmado al fallecer su padre y Nicolai, el padre de Dmitry, se hab
Habían transcurrido tres días desde que Dmitry la había encerrado en ese lugar, por supuesto, la servidumbre le había llevado sus tres comidas al día y se referian a ella como señora Petrov, cosa que nunca había sucedido ni siquiera cuando su suegro seguía con vida.Inclusive le habían adaptado una pantalla para que se entretuviera y tuviera noción de lo que pasaba en el exterior y así poco a poco dejó de sentirse incómoda en ese lugar que jamás había sido su hogar aunque lo conocía como la palma de su mano.Sin ninguna forma de comunicarse, Sarah se tuvo que resignar. Había visto por la ventana que Dmitry había desplegado un equipo de seguridad en los jardines y los terrenos más alejados de la propiedad, aunque logrará salir de la habitación por su cuenta, no había modo de evadir a los guardias y huir.En cuanto a sus síntomas, estos se habían minorizado, ya no se sentía tan débil y aunque la náuseas seguian, estas solo sucedían durante la mañana antes de desayunar, sin embargo, ella
—Prefiero quedarme encerrada en este lugar—musito Sarah cruzando se de brazos como si de una niña berrinchuda se tratara.—No es una opción, querida—dijo Dmitry tratando de guardar la calma—te lo estoy ordenando.—¿Acaso crees que soy uno de tus empleados? —se quejo ella.—¡Ahora! —finalmente grito Dmitry perdiendo la paciencia.Sarah bajo los brazos instintivamente, la había sorprendido aquel grito que había irrumpido el silencio del baño y probablemente también se de la habitación. Trago saliva y lentamente se acomodo sobre la bañera para levantarse, pero al intentarlo, Dmitry la sorprendió tomándola de la mano para evitar que cayera y tambien proporcionándole una bata de baño para secarse el cuerpo.Sarah la tomó, se envolvio en ella y rápidamente se alejo de su esposo, estaba asustada, nunca le había visto tan enfadado, asi que guardo sus quejas para otro momento, uno en el que ella no estuviera tan vulnerable como lo estaba en ese momento.Tomó una toalla y la envolvio en su cab
Dmitry levantó la mirada hacia donde ella observaba, era una construcción prácticamente en ruinas, pero Sarah la miraba un tanto desconcertada y casi melancólica de verla en tan terribles condiciones.Frunció el ceño al recordar los reclamos de Sarah y tambien los de Alek, no podia creer que realmente había estado viviendo en esa choza.Soltó un leve suspiro inaudible y se guardo sus comentarios, luego se puso a reflexionar sobre el pasado y claramente lo que habría hecho de verla en tan desesperada situación, llegó a la conclusión de que, él por su parte no habría hecho nada para mejorar la situación de su esposa y hasta de hecho se habría burlado y felicitado a su familia por tan excelente trabajo, ya que antes de conocer a Nina, había odiado a Sarah.Luego de una hora de camino, finalmente se fueron adentrando a una pequeña ciudad pintoresca, pero en la que no estarían el tiempo suficiente como para recorrerla por completo ya que Dmitry tenía un itinerario que seguir.Sin previo av
Dmitry no dijo nada cuando salieron de la clínica, estaba un tanto trastornado. Sarah ahora tenía algo en que basarse para afirmar que el hijo que crecía en su vientre era suyo.No había forma de que fuera un engaño, él mismo se había encargado de buscar a la ginecóloga y ella era una persona ajena a lo que había ocurrido en Mónaco, así que no había forma de que estuviera de su lado.Pero solo había una forma de estar seguro, pero tendría que esperar hasta el término de su embarazo, solo que no sabia si podría vivir tanto tiempo con Sarah de esa manera.Sarah, por otro lado, había ignorado la presencia de su esposo, se había dicho que ya no le importaría, ya que él no se preocupaba por ella, aunque de hecho, la había sorprendido al llevarla al ginecólogo, pero pronto se dijo que solo lo hacía por el bebe, no por ella, quería quitárselo como castigo.—A la oficina, Gerald—le ordeno.Sarah frunció un tanto el ceño, estaba confundida. En su imaginación, ella había creído que en ese momen
—¿¡Cómo pudiste permitir que nos hicieran esto!?—protestaba Nadia en contra de su esposo. Mihai estaba sentado sobre un sofá, el viejo sofá y del que años atrás había querido deshacerse, pero la verdad no pensó que volvería a ese sitio.Al morir su padre, había vendido la mayor parte de su herencia, las cuales eran propiedades. Casas, departamentos, bodegas y algunos terrenos, todo eso, por supuesto, no tenía mucho valor, no era una cantidad que pudiera competir con lo que valía la empresa familiar, la cual su estúpido padre le había dado a su hermano mayor. Con las ganancias, su familia se había dado algunos lujos innecesarios, viajes, ropa, joyas, pero nada que pudieran conservar, por lo que pronto quedaron en la misma situación. Mihai era un bruto cuando se trataba de trabajo, su padre siempre había deseado que se empleara en algo que él pudiera y supiera hacer bien, pero tal como Dmitry, él era muy bueno en el juego y las apuestas, pero él iba a un nivel que Dmitry no se permitía
—¿Te encuentras bien?—cuestiono Dmitry de pronto dejando perpleja a Sarah. Ella alzó la ceja un tanto desconcertada, no sabía que era lo que pretendía con esa pregunta ¿Ofenderla?—Si—respondió ella tratando de tomar una posición recta, había sido un tanto humillante por poco vomitar frente a él.Meses atrás, un hijo era lo que tanto buscaba y anhelaba, pero no había sospechado en lo más mínimo que se sintiria igual que estar enferma.Sarah se veía muy pálida, le había afectado entrar en el ascensor, pero enseguida sospecho que se debía al bebé que se formaba dentro de ella.Él poco o más bien nada sabía sobre embarazos, nunca tuvo hermanos y su madre había muerto cuando él era muy joven así que apenas la recordaba por lo que no había estado expuesto alguna mujer que estuviera embarza, aquello era totalmente nuevo para él, pero por instinto supo que no podrían volver al ascensor.—Tal vez debería regresar al auto y descansar—propuso ella llevándose la mano a la nuca, al parecer también