Dmitry miró su vaso de whisky, quería beber, ansiaba hacerlo, pero en ello implicaba embriagarse, algo que ya no debía suceder en vida reflexionando aquella extraña experiencia.Mientras meditaba, el ama de llaves se armo de valor para llamar a la puerta e interrumpir sus pensamientos.—Adelante—dijo él dejando finalmente el vaso a un lado, ya no beberia en mucho tiempo, al menos hasta saber que haría de su vida.—Disculpe, señor Petrov—dijo la señora inclinando levemente la cabeza. Dmitry entonces frunció el ceño, la había visto antes, pero estaba tan enfadado que no le había prestado atención hasta en ese momento.Aquella mujer era joven comparada con la mujer que durante años había atendido y servido a su familia. Busco en su memoria el nombre de aquella mujer, se llamaba Olga. Esa mujer era mucho mayor, regordete y de piel blanca, además de que, era rusa y de niño le causaba gracia el acento que utilizaba al hablar.—¿Quién eres tú?—le preguntó apoyándose contra él respaldo de la
—¿Placer? —se quejo Dmitry mirando de reojo a Jenica. De niños, Jenica no soportaba a Dmitry, él no sólo era más rico que ella, sino que sus padres parecían ser una familia más funcional que la suya. De niña, Jenica se había caracterizado por ser una niña egoísta y envidiosa. Dmitry lo sabía y de niño lo había notado, pero él más que nadie había entendido su sentir, eran niños ricos, pero niños olvidados y utilizados por su propia familia. Desgraciadamente nunca habían congeniado y ahora descubría que al final Jenica había sido envenenada por las ideas y la hipocresía de sus padres.—Y yo que pensé que preferirías verme muerto—se burló Dmitry mientras tomaba un pedazo de queso de una bandeja frente a él, al meterlo en el interior de su boca, le sonrio a Jenica.Jenica alzó levemente la ceja, ciertamente no estaba feliz de verlo ahí y de hecho, si, su presencia le parecía bastante molesta e irritante, pero ¿Matarlo?—Por favor, querido primo ¿Qué cosas dices? —protesto Jenica soltand
—Creo que tu más que nadie sabe que en los negocios no existe la familia ¿Verdad, querido tío? —mencionó Dmitry observando cómo la expresión confiada de su tioa iba desapareciendo.—Por supuesto—dijo Mihai tragando saliva—aunque tengo listo un informe detallado de la empresa, puedo enseñartelo ahora mismo si lo deseas.Dmitry lo medito un instante, sabia que la basura que le daría su tío, eran meras mentiras, pero necesitaba pruebas de que su tío le mentía y tenía el suficiente coraje para hacerlo en su cara, así que asintió.—Por supuesto, ya quiero leer lo que me entregues.Dmitry volvió la mirada hacia su plato, se le había ido el apetito, pero se obligo a sí mismo a comer mientras sostenía una sonrisa satisfecha en el rostro solo para que su tío no sospechar lo que él ya tenía en cuenta.—La comida está exquisita—expresó después de unos minutos haciendo a un lado su plato, por lo que Nadia, su tía se vio obligada a responderle.—El chef es excelente, estudió en Francia—le informó
—Es impresionante—logró decir Dmitry luego de diez minutos leyendo esa sarta de mentiras que su tío le presentaba, todo parecía estar bien, más que bien y eso era demasiado sospechoso. —Ahora lo ves, no hay nada de que preocuparse—lo instó Mihai mientras le servía un vaso de whisky, cuando se lo colocó sobre el escritorio frente a él, Dmitry ni siquiera lo tocó. —Me tomaré el atrevimiento de enviarlo a mi correo—expresó Dmitry moviendo el mouse táctil del portátil para enviarse el archivo. —¿Hay algún problema? —cuestiono Mihai tomando asiento de forma relajada, de otro modo Dmitry sospecharía. —No, todo parece estar perfecto, pero me gustaría confirmar los números por mi cuenta—insistió Dmitry. Mihai arrugó la frente, sabia que algún día su sobrino volvería para hacerle preguntas o mejor dicho un interrogatorio de lo que había hecho con su empresa y su fortuna, la cual se había reducido un poco más de la mitad y habia hecho contratos con varias empresas que a final del año le ex
—¡Que estupidez dices Dmitry! —bramo azotando el whisky sobre el escritorio.La expresión de furia de Mihai complació a Dmitry, ese era precisamente el hombre que él conocía bien, aquella había sido la misma expresión que había hecho cuando se leyo el testamento de su abuelo, cuando se le había comunicado que no recibiría nada más que un par de propiedades.Dmitry habia sido un niño por aquel entonces y había visto con sus propios ojos la avaricia de su tío, la furia y la molestia, pero él se había ganado ese trato.De joven, Mihai había sido bastante rebelde, solía jugar en casas de apuestas y se decía que ya tenía un par de hijos ilegitimos, bebía y gastaba el dinero de una empresa que apenas comenzaba a levantarse, pero en su defensa, aquello lo hacía para vengarse de su perfecto hermano, quien siempre se había mostrado servicial y de su padre quien lo prefería por encima de él.Era un hecho que al final se había confirmado al fallecer su padre y Nicolai, el padre de Dmitry, se hab
Habían transcurrido tres días desde que Dmitry la había encerrado en ese lugar, por supuesto, la servidumbre le había llevado sus tres comidas al día y se referian a ella como señora Petrov, cosa que nunca había sucedido ni siquiera cuando su suegro seguía con vida.Inclusive le habían adaptado una pantalla para que se entretuviera y tuviera noción de lo que pasaba en el exterior y así poco a poco dejó de sentirse incómoda en ese lugar que jamás había sido su hogar aunque lo conocía como la palma de su mano.Sin ninguna forma de comunicarse, Sarah se tuvo que resignar. Había visto por la ventana que Dmitry había desplegado un equipo de seguridad en los jardines y los terrenos más alejados de la propiedad, aunque logrará salir de la habitación por su cuenta, no había modo de evadir a los guardias y huir.En cuanto a sus síntomas, estos se habían minorizado, ya no se sentía tan débil y aunque la náuseas seguian, estas solo sucedían durante la mañana antes de desayunar, sin embargo, ella
—Prefiero quedarme encerrada en este lugar—musito Sarah cruzando se de brazos como si de una niña berrinchuda se tratara.—No es una opción, querida—dijo Dmitry tratando de guardar la calma—te lo estoy ordenando.—¿Acaso crees que soy uno de tus empleados? —se quejo ella.—¡Ahora! —finalmente grito Dmitry perdiendo la paciencia.Sarah bajo los brazos instintivamente, la había sorprendido aquel grito que había irrumpido el silencio del baño y probablemente también se de la habitación. Trago saliva y lentamente se acomodo sobre la bañera para levantarse, pero al intentarlo, Dmitry la sorprendió tomándola de la mano para evitar que cayera y tambien proporcionándole una bata de baño para secarse el cuerpo.Sarah la tomó, se envolvio en ella y rápidamente se alejo de su esposo, estaba asustada, nunca le había visto tan enfadado, asi que guardo sus quejas para otro momento, uno en el que ella no estuviera tan vulnerable como lo estaba en ese momento.Tomó una toalla y la envolvio en su cab
Dmitry levantó la mirada hacia donde ella observaba, era una construcción prácticamente en ruinas, pero Sarah la miraba un tanto desconcertada y casi melancólica de verla en tan terribles condiciones.Frunció el ceño al recordar los reclamos de Sarah y tambien los de Alek, no podia creer que realmente había estado viviendo en esa choza.Soltó un leve suspiro inaudible y se guardo sus comentarios, luego se puso a reflexionar sobre el pasado y claramente lo que habría hecho de verla en tan desesperada situación, llegó a la conclusión de que, él por su parte no habría hecho nada para mejorar la situación de su esposa y hasta de hecho se habría burlado y felicitado a su familia por tan excelente trabajo, ya que antes de conocer a Nina, había odiado a Sarah.Luego de una hora de camino, finalmente se fueron adentrando a una pequeña ciudad pintoresca, pero en la que no estarían el tiempo suficiente como para recorrerla por completo ya que Dmitry tenía un itinerario que seguir.Sin previo av