—Hablame de tu esposo—solicito de pronto en lo que sus corazones comenzaba a calmarse—¿Alguna vez estuviste enamorada de él?Sarah levantó la cabeza de su pecho para mirarlo, no respondió enseguida porque se detuvo a meditar su respuesta, era obvio que no había estado enamorada de su esposo, algunos atrás incluso maldecía su nombre por diversión y rencor, pero ahora no lo sabia.—Mi padre me obligo a casarme con él—se sinceró, quizás con una pequeña llama de esperanza de que pudiera entender los motivos que la habían orillado a hacer tal estupidez una vez que Dmitry supiera la verdad— y él nunca me amo.—Me parece que no era un hombre muy inteligente—expreso Dmitry recordando que su amigo le había dicho que por nada del mundo le recordara su pasado, pero por alguna razón quería saber más de ella, conocer sus secretos, desde los más depravados hasta los más dolorosos, quería ser parte de ella y no solo introduciendo su miembro en su interior, sino también conocerla y hacerle ver que no
—No crei que la hermosa Nina pudiera preocuparse por una mujer que ni siquiera ha conocido y que no creo jamás conozca en su vida—expreso Dmitry desconcertado, pero luego de meditarlo, intuyo que tal vez ella se habría identificado con su esposa y es que su caso era extrañamente similar a su situación con la diferencia de que ella había decidido dejar ir a su esposo.Entendía el porqué se había dedicado a hacer una fortuna a costa de su belleza y el porqué utilizaba a los hombres para lograrlo, estaba resentida y no la culpaba y ahora comprendía la advertencia de su amigo.—Tienes razón, jamás tendré la dicha de conocerla, pero me gustaría decirte algo antes de cambiar de tema—le expreso con una sonrisa que ocultaba su resentimiento hacia él—si algún día ella te busca, ten cuidado, porque es probable que solo lo haga para hacerte pagar por tu abandono.Se creó un silencio abrumador en la habitación, Sarah lo percibió al instante, tal vez había exagerado con su advertencia o mejor dich
Pronto llego su último día y para ese momento, ambos ya tenían una rutina y como todos los días, Dmitry la despertaba con besos y tiernas caricias para después deslizarse en el interior de las mantas y darle otro tipo de besos en sus otros labios, para Dmitry era extraño no cansarse de Nina y es que ella siempre lo hacía sentir vigoroso y dominante, aunque a veces a ella también le gustaba dominar.Luego de acariciar su clítoris con dedicación, ella sintió un orgasmo que le dio la energía para montarse encima de él y ser ella quien llevara el control de las embestidas.—¡Oh Dmitry!—decía entre gemidos—¡Qué verga tan dura tienes!A él, le fascinaba la forma de hablar de Nina mientras cogían, siempre lo halagaba y lo felicitaba por su manera de entrar y salir, por el grosor de su miembro y por la velocidad y energía que empleaba cada vez que la poseía. Nina siempre se mostraba agradecida con él, era como si su pene fuera la fuente de su felicidad y a él no le molestaba dárselo cada vez
Esa misma tarde volvieron a Montecarlo. Dmitry dejo a Nina a las puertas de su hotel, pero no se dignó a acompañarla hasta su habitación y aunque no lo quería admitir, estaba devastado. Necesitaba encontrar la forma de retener por más tiempo a Nina, pero no sabia como. Lo que usualmente utilizaba con las mujeres no funcionaba con ella y después de pensarlo durante varios días, cito a su amigo en un salón de naipes en su casino favorito. El mismo sitio donde había visto a Nina por primera vez. —¿Cuál es tu problema?—le recriminó Alek, aunque realmente estaba actuando, estaba feliz de que Sarah hubiese seducido a su esposo. —¿Quieres sentarte primero antes de reclamarme algo?—lo incito a sentarse a su lado e incluso le brindo un par de piezas para que apostara en la mesa y pudieran hablar mientras distraía su mente en vez de seguir pensando en Nina. Alek lo obedeció y cuando comenzaron a repartir las cartas, se aclaró la garganta para poder hablar con su amigo tranquilamente. —Supe
Cuando Alek llego al hotel, no se contuvo y fue directamente a la habitación de Sarah. Como era su costumbre entro a la habitación sin llamar a la puerta, camino hasta la estancia donde pensó que encontraría a Sarah, pero ella no estaba ahí, así que le echo un ojo a la terraza, pero tampoco.Por lo que se tomó el atrevimiento de ir a su habitación, aunque por el silencio que había alrededor comenzó a sospechar que no estaba ahí, aunque realmente no tenía a donde ir; sin embargo, al abrir la puerta la encontró sentada a mitad de la cama, su mirada era pensativa y su mirar melancólico.—¿Quién se murió?—dijo Alek para hacerse notar y también para dispersar ese aire a tristeza que se percibía a su alrededor, pero cuando Sarah miro en su dirección, él notó que sus ojos estaban llorosos y si bien aún no había rastro de lágrimas sobre sus mejillas, era claro que no faltaba mucho para que eso ocurriera.De pronto y sin que lo esperara, Sarah derramo una lágrima que trato de eliminar de inmed
Ya lo había decidido, le diría a Nina que sentía algo más que atracción física por ella y no sólo eso, que estaba dispuesta a ser su benefactor si ella aceptaba quedarse con él, incluso estaba dispuesto a volver a Rumania con ella y hacerse cargo de la empresa de su padre para darle a Nina todo lo que ella deseara.Llego al hotel en donde se había estado hospedando, un lugar bastante elegante y acogedor, fue directamente al ascensor y una vez adentro oprimio el botón del piso de la habitación de Nina, ya ansiaba verla.En el reflejo del armatoste se podía ver que llevaba puesto un traje azul marino y una corbata roja, era su traje más formal que tenía y se lo había puesto para dar la impresión de que estaba dispuesto a cambiar ya que su padre siempre decía que un traje como ese siempre le daba seguridad a las personas que deseaban hacer tratos con él. Además en la mano izquierda también llevaba un ramo de rosas rojas, ese color siempre le recordaba a Nina.Al abrirse las puertas camin
Había pasado una semana, tiempo en que los síntomas de su estado se habían precipitado. El doctor le había dicho que esa misma se había dado a la idea de que estaba en cinta y una vez que su cerebro lo entendió no perdió el tiempo para preparar su cuerpo y así albergar y asegurar la vida de la criatura que se formaba en su vientre.Sarah no lo entendió del todo, pero cuando ese mismo hombre le entregó los resultados de sus pruebas de sangre, supo que trataba de decirle que así funcionaba el cuerpo de una mujer embarazada.Estaba satisfecha de haber logrado lo que quería, pero también se sentía triste y con el corazón roto, por haber ido de esa forma y no poder explicarle a Dmitry el porqué había decidido hacer todo eso y porque tampoco había tenido el valor de enfrentarlo cara a cara y decirle que estaba embarazada de su primer hijo y quizás el único.En un principio, no le había importado si lo que Dmitry pensara de ella o de su bebé, puesto que lo odiaba, pero con lo que no había co
Doina era mujer rechoncha, amable muy servicial con Sarah, por lo que a ella no le costó adaptarse a su presencia en la pequeña casa de campo que costaba de dos habitaciones, dos baños, una cocina, un comedor, una sala de estar y dos patios, unos trasero y uno con un hermoso jardín que daba hacia la acera.Ya casi se cumplían tres semanas desde la última vez que había visto a su esposo y desde entonces no tenían ninguna noticia de él, aunque no estaba segura si eso era bueno o malo. Todos los días se asomaba por la ventana con la esperanza de ver Alek llegar por el sendero que guiaba hacia la puerta, deseando que le llagara noticias de su esposo, saber que ya estaba en Rumania y que estaba buscándola, pero como él no llegaba y únicamente se comunicaban por teléfono y mensajes, fue perdiendo la esperanza.Un domingo, el día de descanso de Doina, Sarah se quedó sola así que opto por quedarse viendo televisión mientras tomaba un té con miel y unas cuantas gotas de limón, una receta que D