GAEL CLAYTON Durante todos estos días, me he dedicado a buscar a la supuesta hechicera que tiene a todos con un nudo en la cabeza tratando de descifrar la identidad de la misma. Estamos buscando a ciegas, no sabemos quién podría ser, si es una niña o ya una mujer. Si sabe de los poderes que posee, del peligro que corre o simplemente de que conllevaría si obtiene una información tergiversada. Por otra parte, en estos momentos me encuentro enfadado, muy enojado con Derek por ocultarme que mi Jeze sufrió un accidente, específicamente ocultarme que recibió golpes por su causa, así tambien eso significa que no obedeció a mis órdenes cuando fui claro que debía protegerla. Es por ello, que en estos momentos me encuentro azotándolo con unas cadenas de plata, mientras se encuentra amarrado con el mismo material y expuesto a la luz del sol que ingresa por el centro de la habitación. —Te dije que la cuidaras, no que la mataras —exclamo furioso mientras otro latigazo de plata impacta por su es
De mi parte, la ignoro completamente y me centro en Derek, quien se encuentra parado en el ventanal observando la oscuridad. No me he percatado de que la noche ha llegado, siendo adornado el cielo por las resplandecientes estrellas que habitan en él. Me brinda una mirada nada agradable, piensa decir algo, pero se arrepiente y va directamente al sanitario. No me muevo del lugar esperando a que salga de su glorioso momento de relajación. Una vez que sale, va directamente a su closet para después salir vestido con un jeans rasgado y una remera ajustada, dejando resaltar sus músculos. —¿Piensas quedarte ahí parado toda la noche? —pregunta, mientras lo veo aplicarse perfume. —Quiero hacerte unos encargos —digo cuando en realidad quería pedir disculpas, pero eso no lo admitiré. —Claro, solo eso quieres. ¿En serio no te das cuenta de la manera en que me castigaste? Casi me matas y no de hambre —inquiere indignado. Admito que cometí un error. —No me hables de esa forma, soy tu Rey. —Pero
Después de unas largas y aburridas horas, por fin nos encontramos aterrizando. Luego de finalmente estar saliendo del aeropuerto, pido un taxi y me retiro a una joyería a elegir un anillo especial para ella. Provisorio nada más, pues la que quiero para su dedo le pediré a mi madre que lo mandé a fabricar con un diseño especial, que nos caracterice a ambos. Elijo la más costosa y fina pieza de oro para ella, porque lo mejor será siempre para mi amada, una vez pagado pido al taxista que me lleve a mi pequeño hogar para darme un baño y poder así estar más relajado antes de proponerle. En el camino llamo a Derek, quien secamente y sin ánimos de hablar acepta encontrarse conmigo y aunque al principio sonó sorprendido de que estuviera en la ciudad, trato de ocultar dicha reacción. No puedo evitar sentir cierta emoción cuando sé que voy a verla y cuando existe la mínima posibilidad de que acepte ser mi esposa. Podría estar todo el tiempo con ella y recuperar el tiempo perdido, demostrarle q
Tenía planeado pedir la mano de ella al día siguiente; no obstante, decidí abstenerme a parecer un necesitado de afecto y hacer las cosas bien. Es por ello que estos momentos me encuentro conduciendo hasta su casa, pues la he invitado a una cena. Después de insistir por una semana, al fin aceptó, pues su ridícula excusa era que no quería relaciones con personas con quienes tenía negocios. Si tan solo supiera que todo será de ella. Su padre se mostró alegre al notar mis intenciones con su hija, más bien, lo que creo que le interesa es el dinero, aunque de seguro tiene algo de sentimiento en ese viejo corazón. Su madre casi nunca se encuentra en su puesto de trabajo, pues como he de esperarme, es la típica mujer que despilfarra dinero sin importarle nada, más cuando su empresa estuvo a punto de caer. Fui sincero desde un principio con ella, le pedí una oportunidad para conocerla, para conocerme y si funciona intentar algo más. Fui sincero al decir que me atrae, así también en la conve
DAILA PETTERSEN. Nuestra llegada fue cansadora, al menos para mí, porque para Derek al parecer fue relajante ya que durmió durante todo el vuelo. Me sentía muy enfadada con Gael por la manera en que maltrató a su amigo, quien también es mío y aunque, ahora ese tema no es relevante para mi si lo es. Derek me ha interrogado hasta el cansancio, pues se ha dado cuenta de mis cambios, especialmente cuando empezó a sanar de manera apresurada cuando lo toqué y puedo decir que lo absorbí, mi cuerpo aspiró cada herida, sanando cada una de ellas y dejándolo intacto, evento que no debía ocurrir a tal velocidad, pues según sus palabras, las heridas causadas por la plata no sanan con gran rapidez y menos cuando la luz del sol le daba con todo mientras recibía los injustos latigazos. No obstante, tal eventualidad me dejo débil. Fui sincera al confesarle que no sé qué pasa conmigo, que yo no hice nada, que los cambios en mi cuerpo son cosas nuevas para mí y ni con mis conocimientos en medicina he
La cena ha transcurrido tranquila, una velada sumamente cómoda donde pudimos conocernos más. De cierta forma me siento atraída por él, pero no sé si se debe solo al aura seductor que llama la atención de todas las mujeres que nos rodean, aunque, lo mío no es sexual, sino más bien sentimental. Su presencia y su manera tan arrogante de expresarse, lo hace ver gracioso, a su vez, con su compañía me siento protegida, pero, también me siento fuerte. La voluntad de querer salir de ese pueblo y darle la oportunidad a su gente de socializar entre nosotros me demuestra que anhela compartir mundos, descartando de cierta forma a los neófitos, que me entero son los más jóvenes. O los recién convertidos. Para el, convertir a un humano sería una aberración mortal. En su mundo está sumamente prohibido hacer tal acto, salvo que sean parejas y contraerán matrimonio. Ellos pueden tener hijos solo con los de su especie y el amor es algo que no sienten, pues en su mundo el sexo, los juegos, en resumida
Los días en el hospital han sido muy cansadores, pero con Gael y Derek junto con mi padre todo marcha mejor. Se han encargado de todo con respecto a la empresa, dejándome solo pequeños trabajos, sin embargo, igual en mis tiempos libres controlo los movimientos del día. Con respecto al vampiro, nuestros encuentros fueron en aumento, cada día me atraía más y para que negar, también lo deseaba. Sabía que era un peligro, pero bien dice que el peligro atrae y aquí estaba yo, siendo seducida por el mal. Todas las mañanas pasa a recogerme para llevarme al trabajo con la excusa de que estoy sin vehículo y aunque me encanta que me recoja, no estaría mal que fuese de otra forma. – Deja de pensar tonterías Dalia – pienso, eliminando las situaciones morbosas que pasan por mi cabeza. Ya he planeado en adquirir otra camioneta, pero entramos en discusión con mi padre, pues él quiere que posea un auto más femenino, sin embargo, yo, quiero algo mas todo terreno, aunque aquí no sea necesario. Volvie
Todo en mi comenzó a arder, más cuando su boca se movía con la mía con tanta experiencia. La puerta se abrió dando paso así a la gran habitación, la cual no me dispuse a observar, pero estoy segura de que es tan lujosa como todo a su alrededor. Me alzó para que rodeara con mis piernas su cintura, al momento en que se dirigía a la que suponía sería su habitación. Me recostó sobre la cama de una manera tan suave. —Eres tan hermosa —susurro, mientras se su boca se dirigía a mi cuello y dejaba besos mojados en él. Levanta su rostro y mirándome dejó que viera por primera vez lo que sabía querría ver cada segundo que estuviera con él. Gael Clayton estaba enamorado. ¿Cómo lo sabía? No tengo la menor idea, pero es como si tuviera paso a su mente. Todas sus palabras eran ciertas y si en verdad somos almas gemelas, sus ojos en éstos momentos me lo confirmaron. Lo tomé del rostro y sonreí al mismo tiempo que él me devolvía la sonrisa, definitivamente sus sentimientos estaban siendo recíproco.