Sara sintió que todas sus emociones resurgían, le emocionaba verlo, pero también, se sentía nerviosa cuando al bajarse del auto y pararse frente a ella casi que lo abraza. Su instinto le pedía que lo hiciera, pero su conciencia se lo impedía. Vicenzo había recibido la llamada de parte de su hermano, Lalo le había avisado con la única intención de preguntarle que ruta le podía dejar ahí cerca o bien si le recomendaba un sitio de taxis cercano.Ellos no estaban familiarizados con los servicios de Uber, Didi o parecidos, así que les era más fácil pedir un servicio de taxi. Aunque nunca los habían usado en su pueblo, Lalo sí los había usado en Durango. Afortunadamente, ellos contaban con su antigua camioneta, que, aunque, era un modelo Datsun de 1982. Muy “cueruda” como solían decirle, dando a entender que aguantaba el ritmo de trabajo durante años.Lalo nunca se imaginó que Alessio le diría que ellos (refiriéndose a él y Vicenzo), irían por Sara, ya que no estaba en una zona muy buena qu
El camino de regreso a casa de los López fue de una charla amena, Sara se dedicó a contarle sobre su nuevo empleo y de la posibilidad de que le den terapia a su hija en ese lugar. Internamente, Vicenzo está muy feliz de que ella esté encontrando lo que necesita. Le hubiera gustado ayudarla, pero sabe que ella siempre ha sido independiente y quitarle esa autonomía es algo que la orilló a que terminaran.Había pedido que la sacará de la ecuación y era claro el porqué.—Me da mucho gusto que hayas conseguido un trabajo —dice él tomando su mano a través de la palanca de cambios.— Verás que le dan un espacio a Mila, seguro se los gana con su sonrisa y comentarios creativos.Dicho esto, ella sonríe, espera que así sea.—De cualquier manera, no quiero que te preocupes en caso de que ocupes hacerle estudios y estos tengan un costo. Sé que no deseas sentirte que te mantengo o algo así, y si realmente lo necesitas, para que no te sientas incómoda puedo prestarte y ya luego me pagas, ¿está bien?
Lalo les contó todo su plan para pedirle matrimonio a Gaby. Sabían que para poner en marcha dicho plan debían esperar a que ella se mudara al lugar que el buscaría para que ambos vivan juntos.Sara que tenía tremendas ganas de comentarles su idea sobre también mudarse, decidió abstenerse, ya que notó que su mamá estaba sensible por la idea de que Lalo se iba a marchar.—Siempre es triste que un hijo se vaya de casa, pero la alegría que me queda es que es por qué vas a labrar tu propio camino —expresó Patricia conmovida.La familia había concordado con ella, deseándole buena fortuna a Lalo.Por su parte, cuando Sara se fue a dormir contó a Lita el sueño que tenía.—Lita, crees que si les digo a mis padres que también quiero independizarme no les vaya a gustar —argumenta tranquilamente mientras se recuesta en la cama poniendo a su hija en el medio, tal como siempre han dormido.—¿Te quieres ir a vivir sola? —pregunta confirmando lo que ella le comentó.—Sí, con mi hija, claro —rectifica
Sara había estado con mucho trabajo durante el día, seguía poniendo en orden las citas. Conoció también a Sonia, la señora que hacía la limpieza en el lugar, y a su hijo Tomás, quien le ayudaba con ello. Solo iban limpiaban en menos de una hora y se iban. A eso de la una de la tarde un joven de no más de veinte años llega al centro.—Buenos días —dijo al entrar, caminando directo a recepción.—Buenos días —alcanzó a responder ella cuando el joven extendía una tableta y pluma.—¿Sara López? —pregunta él y ella confirma—. Firmé ahí. Esto es para usted —dice señalando el gran ramo de rosas rojas que pone sobre el recibidor junto a una caja de regalo—. Y también viene con esto.El joven le acerca la caja que esta forrada con papel Kraft y decorado con un hilo rojo que formaba un corazón con una rosa en el centro de este.—Gracias… —dice ella observando el regalo y las flores.El joven, que acostumbrado a tener que estar repartiendo cosas como esas, no se inmuta ante la alegría y sorpresa
Lalo había quedado con su familia que ese fin de semana próximo visitaría algunos lugares en donde pudieran vivir, esperaba el momento para encontrarlo y mudarse junto a Gaby. Sabía por Alessio quien se había vuelto su amigo, que había lugares donde te rentaban el departamento ya amueblado, pero que solían ser caros. Le aconsejó que buscara algo que pudiera pagar e ir comprando los muebles poco a poco, pues no salían caros si los compraba con distribuidores de Tlaquepaque o Tonalá.Ambos habían acordado que irían juntos en la búsqueda de ello.—Estoy cansado —dice don Leo sentándose en el sofá—. Al parecer todo lo que se habló pinta bien. ¿Quedó cuando hará la muestra de la receta, madre?—Me dijeron que la siguiente semana que venga el famoso barista amigo de Vicenzo —señala para luego beber un vaso de agua—. Qué maldito calor hace…—No está acostumbrada a este tipo de calor, Lita —señala Patricia añadiendo un cubito de hielo a su vaso—. Hijo, y ¿qué les dijeron sobre las terapias d
La mañana pintaba calurosa, Patricia había abierto un par de ventanas para que la brisa entrara un poco, al menos.—Como apesta a contaminación, la ciudad —se queja Lita.—Mucho —secunda Sara sentándose junto a ella en la mesa del desayunador.—¿Sigue dormida? —pregunta Patricia refiriéndose a su nieta.—Sí, ha sido una semana larga y no está acostumbrada a las distancias, ni el tener que estar yendo y viniendo —expone dándole sentido a porque su hija aún sigue dormida cuando es la primera en despertarse—. ¿Y mi papá?—En el baño —señala Patricia, el final el pasillo.Sara se levanta con el fin de prepararse una taza de café, mientras su madre va sirviendo el desayuno, en cuanto acaba Leo se acerca y le ayuda a su esposa a terminar de poner la mesa.—Me gustaría poder hablar con ustedes de algo —dice Sara con tono casual.Leo y Patricia sospechaban el tema, pero no dijeron nada.—¿Sí?, ¿pasó algo? —pregunta Patricia poniendo el plato con huevos fritos, frente a su hija.—No, nada malo
CAPÍTULO 70Dos semanas habían transcurrido, la búsqueda de Carlota no había cesado. Vicenzo incluso pagó detectives privados para buscarla. No había hecho ningún movimiento con sus cuentas bancarias y por lo que sabían no había salido del país. Incluso su ex, con el que engañó a Vicenzo, se ha mostrado normal en sus rutinas diarias.Alessio junto a su hermano habían seguido el proceso legal de la empresa y la compra de sus activos. Por su parte, don Leo tuvo que renunciar a su trabajo para estar al cien por ciento involucrado en todo el proceso de la fabricación y producción de la empresa.Lita había sido llevada a un sitio parecido a una cava, pero dónde tendría todo lo necesario y todo lo que había pedido para la elaboración de café. Luego de probar distintos granos, dio con el que mejor le parecía en sabor y acidez.Una vez que eligió la receta hicieron traer al barista experto en café para catar las distintas mezclas que Lita había elaborado. Al mero estilo tradicional y con ingr
El palpitar acelerado de su corazón se sentía bien. Era el primer te amo que salía de sus labios. Sara le tomó del rostro, acercándolo a él para besarlo. Si antes la pasión era desbordante, en esta ocasión era indescriptible. Aferrándose al cuerpo de Vicenzo se besaron como si no hubiera un mañana; una pequeña lágrima de felicidad se escapó de sus ojos para mezclarse con el suave beso que este depositaba junto a su boca.Ambos se sentían plenos, felices y altas expectativas sobre su futuro. Uno en el cual anhelaban permanecer juntos y para siempre.—Te amo —susurra ella contra los labios de su amado.Es el mejor sonido que ha escuchado Vicenzo. Aún no puede creerse que lo haya dicho. Ha abierto de nuevo su corazón y espera que todo marche tan bien como lo desea.Luego de despedirse, Sara sube al departamento, dejando que él se marche a preparar su maleta, pues tiene que viajar temprano a CDMX. Nada más entrar, toda su familia se da cuenta del rostro enmarcado de felicidad de la joven.