A varios kilómetros de la sierra de Durango, Vicenzo estaba emocionado por qué tan solo faltaban dos días para que fuera dado de alta. La gran mayoría de su familia ya había regresado a Guadalajara a sus respectivas actividades, solo permanecían con el su madre y hermano Alessio. Estos se turnaban para estar con él y ver que no le faltara nada; de nada servían sus ruegos cuando les pedía que se quedaran a descansar en el hotel, que él ya estaba mejor, porque no le hacían caso.Feliz de que ya faltaba poco para volver a casa, decide pedirle a una de las decoradoras de interiores que conoce que por favor vaya a su departamento para que le haga un cambio de imagen, volverlo más acogedor. Cuando hace la llamada Neri Gastelum, una señora joven con amplia experiencia, le toma la palabra y hace los preparativos para pasarse por el lugar.No quiere cambios drásticos, pero sí desea cambiar de un clásico departamento de soltero a un departamento de un hombre con un hogar. Quiere que cuando Sara
Decir que la desesperación corría por todo el ser de Vicenzo era abismal, es reducir lo que realmente pasaba. A pesar de que intenta comportarse sereno, le es imposible, pues sus manos tiemblan. Mientras firma el alta voluntaria del hospital, su madre y Alessio hacen los arreglos para volar de una sola vez hasta Durango y de ahí hasta donde estuvieran los López.Mientras tanto, estos tenían que lidiar con los restos de lo que por un momento fue la casa de sus sueños. Ese día, temprano, viajaron hasta dónde una vez estuvo su hogar solo para comprobar que todo yacía envuelto en cenizas. Ahí quedaban los vestigios de la felicidad y los restos de un sueño que nunca se logró alcanzar.La vida ha sido demasiado injusta con ellos, dándoles algo que nunca habían imaginado tener. Un hogar en donde creían que podían vivir tranquilos el resto de sus vidas. Sin embargo, veinticuatro horas después todo ese anhelo solo tuvo una única cualidad, fue efímero.Lita había llorado gran parte de la noche.
Los López accedieron a que los Della Rovere les prestaran un departamento en Guadalajara para que se quedaran en caso de que Sara llamara. Gaby incluso pidió el resto de sus vacaciones para acompañarlos, estaba preocupada por la salud de Lita, ya que la notaba muy decaída por los recientes acontecimientos.No había nada que rescatar, nada que los mantuviera atados a su antiguo hogar, incluso la camioneta que tanto les había servido durante años quedó quemada por el fuego. Había sido una pérdida total y no había ningún seguro de daños que les ayudara en el proceso. Incluso pensaron en las afores que tenían, pero tanto Leo como Patricia y Lita, al no ser empleados asalariados, no contaban con ese apoyo. Eran tan poco lo que les darían que mejor era no sacarlo. En cambio, Lalo, tenía un poco más ahorrado y decidió sacar un apoyo por desempleo, también fue poco, pero al menos no tendrían que pedirle dinero a los Della Rovere para alimentos.Gaby por su lado, se ofreció a ayudarles. Un día
Sara había intentado conciliar el sueño, pero no pudo, todo era en vano.La señal de red era aún más pésima que, en su casa, y eso la frustraba. Su hija había pasado gran parte del día preguntando por sus abuelos y su tío Lalo. Quería verlos, extrañaba su hogar y quería volver a su casa. Ella no se encontraba mejor, extrañaba a su familia y a su novio, saber que su hija se sentía igual no hacía más que acrecentar su desesperación.Una semana ya había pasado desde el accidente en su casa, medio comía, medio dormía. La familia de los Rivera se han comportado muy bien con ella, y continuamente le dicen que no se desespere, que todo va a estar bien.Era domingo por la tarde cuando Karla, la hermana de Patricio, la invitó a ir al pueblo junto a su niña.—A todos les diremos que eres una prima que viene de Tijuana, ¿está bien? —advierte la joven a Sara y esta solo asiente con la cabeza, emocionada por qué por fin va a salir—. Cuando vayamos hay un lugar en donde puedes hablar abiertamente,
Todo estaba organizado y planificado para la aprehensión Rogelio y sus cómplices. Nadie la avisó a Sara para que no se preocupara, sin embargo, los López y los Della Rovere estaban juntos en la casa de Anna en espera de las tan ansiadas noticias.—Luca dijo que en cuanto estuviera detenido nos avisaría —informó Alessio a la familia con el teléfono en la mano—. Lo van a procesar directamente, llevaron todas las pruebas y violó su libertad condicional.—Ojalá si lo refundan, esta vez en la cárcel para siempre —dice Lalo con anhelo.—Lo llevarán a Estados Unidos —dice Vicenzo como si nada, después de no haber hablado durante buen tiempo. Los López ignoraban ese hecho y voltean a verlo extrañados—. Luca nos informó que los Rivera lo asociaron con el crimen organizado, al parecer era buscado por la DEA y FBI junto a otros de sus ayudante. Al menos sabemos que estando con los gringos no le van a perdonar nada.Lita, que sentía un gran alivio en su corazón, eleva una plegaria interna a Dios
—Perdón por no haberte respondido —pide el hombre a su novia cuando llegan al departamento y los dejan solos—. Tenía miedo, no quería que te sintieras responsable por mí o por tu familia.—Lo sé, por eso no te presioné —confiesa ella—. Pero hiciste que el extrañarte fuera más doloroso. Pensé por un breve momento que quizás ya no sentías nada por mí…—Estaré en deuda contigo la vida entera por ello. No me di cuenta de que te estaba haciendo daño por intentar protegerte, mi gran error —la abraza y ella recarga su cabeza en el pecho de su amado.Sara suspira mientras están uno en los brazos del otro.—No sé qué será de nuestras vidas mañana, quizás un día simplemente cada quien siga su camino y nos demos cuenta de que esto es un error —medita ella en voz alta—. Pero, por hoy solo deja que disfrute de tu presencia, no sabes cuánto te extrañé.Vicenzo entonces se dio cuenta, ella no estaba segura de un mañana con él. Era su culpa, él había implantado esa semilla de incertidumbre en su rela
Sara ya se había deshecho del teléfono que los Rivera le habían dado. En cuanto la dejaron en casa de los Della Rovere, las personas encargadas de su traslado, ella les entregó el aparato por orden de uno de ellos. No sabía para qué podría servirles si apenas agarraba señal, pero se los entregó.Esa noche, le relató a su familia todo lo vivido. Cada una de las cosas y sentimientos que pasó mientras estaba en casa de los Rivera. Toda su familia notaba lo delgado de su apariencia, pero lo añadían a la angustia vivida.Lita, se puso como meta darle el suficiente alimento para que volviera a su peso. Lo más triste de todo fue cuando les contó cómo es que su hija lloraba por ellos y le pedía que la llevara a ver a sus abuelos y a su «tío apo», como ella les llama.Todos estaban conmovidos y a su vez aliviados de que por fin estuvieran con ellos. Esa noche Mila durmió junto a su Lita y su mamá, suspirando de vez en cuando.Los Rivera, por su lado, estaban en operaciones encubiertas y dejaro
—Antes que nada, quiero decirles que esta idea se me ha ocurrido desde hace mucho tiempo. Desde la primera vez que comí y bebí algo preparado por ustedes —aclara Vicenzo al empezar—. Así que todo lo dicho y expuesto aquí, tómenlo de una persona que lo pensó subjetiva y objetivamente, estando no involucrado y luego sí.Toda la familia al oír aquellas palabras no se imaginan a que se refiere, pero Sara sí. Él ya le había comentado sobre su idea, mientras estaban en Cancún, y aunque le emocionó en el momento, ahora no sabe si sería o no una buena idea.—Bueno, como les comentaba —explica retomando su discurso—. Esta idea la pensé hace mucho, ya la había discutido con Sara en algún momento, pero, pues dados los recientes acontecimientos, todo quedó en pausa. Ayer, recién hablé con mi madre y mi mano derecha en todos los negocios, Alessio. Ambos concuerdan con la idea y por eso es que hemos pedido que vengan para dárselas a conocer. Quiero advertirles que no están obligados a aceptar, pero