A la mañana siguiente, después de un típico desayuno jalisciense en donde la familia degustó una carne en su jugo, huevos estrellados y café. Desde temprano, mientras unos ayudaban con su elaboración, otros cargaban en las camionetas todo el equipaje.Tal como Vicenzo dijo a las nueve de la mañana salieron de casa de los Della Rovere Mariani, rumbo al aeropuerto. Dejando las camionetas en el estacionamiento a la espera de su regreso, llegaron a la terminal que les correspondía y documentaron sus maletas, así como boletos. Una hora después estaban llamándoles para abordar y cuarenta minutos después de eso estaban despegando.Los López estaban fascinados y maravillados. Patricia y Lita habían hecho migas con Rosa, entre las conversaciones triviales de la familia, los hijos y los nietos, las matriarcas entrelazaron una sincera amistad. Con mayor animosidad Lita, que se burlaba de las otras más jóvenes por no ver el mundo como ella lo veía.Por su parte, Leonardo había hecho amistad con e
Las familias se habían reunido en el comedor en punto de las dos de la tarde, tal como acordaron. Algunos hasta se habían dado una ducha y otros solo se cambiaron de ropa. Sara decidió cambiarse de ropa por un vestido con volantes de color azul claro, con un cárdigan largo blanco que su Lita le había bordado, especialmente para días no tan fríos.Llevaba a su pequeña de la mano vestida también con un vestido del mismo color que ella y un cárdigan igual pero más pequeño. Tanto Patricia como Lita eran expertas costureras, ellas cosían muchas de las prendas de la familia. A Sara le gustaba que de vez en cuando le hicieran algunas prendas a juego, algunas blusas o bien unos vestidos.Vicenzo las esperaba junto a su hermano Alessio mientras conversaban sobre los planes para la cena. Vio como la chica que le removía cada fibra de su ser con tan solo verla salía del ascensor. Todos se dieron cuenta cómo el mundo se detuvo para Vicenzo, no había nada ni nadie que llamase más su atención que l
—Mientras estuviste desaparecido, mi madre estaba desconsolada. Un día de esos llegó ella, como siempre, sin previo aviso. Yo no estaba en casa, estaba con Stefano levantando un reporte de desaparición, pero Amanda estaba con ella. No queríamos dejarla sola, tú sabes cómo se pone a veces nerviosa —explica a detalle a su hermano y su futura cuñada—. Mamá se molestó por haber llegado así y le dijo que para próximas ocasiones avisara. Ella sabía que tú te habías marchado enojado porque ella había aparecido aquel día. Luego desapareciste.—Tú sabes que así es, no soporto su insistencia en estar si ella y yo ya no tenemos nada que ver —comenta Vicenzo con mucho enojo—. Solo va por querer arruinar el momento.—Pues ahora mamá lo sabe, cuando llegué estaba tan enojada y se culpaba que tuve que contarle todo —Vicenzo se sorprende sobremanera por tal revelación, no lo siente como traición, pero no esperaba que su hermano hiciera tal cosa—. Stefano y Amanda estaban ahí cuando les conté todo lo
Después de la comida la niña de Sara duerme en brazos de su madre, Lita le dice que irán a recostarla en la cama, por lo que don Leo la toma y se van con ella a las habitaciones. Esto les da una oportunidad a los jóvenes para estar solos.—¿Quieres ir a caminar? —pregunta Vicenzo a la chica, la que asiente con la cabeza.Tomándola de la mano salen de la palapa dejando a sus familiares detrás. Cada pareja en lo suyo dándose tiempo para disfrutar de sus vacaciones. El hombre dirige a Sara hacia la orilla del mar y aunque el sol no es muy fuerte, va dando color a sus mejillas.—Es hermoso —dice Sara mirando el mar—. Nunca antes había hecho esto, ¿sabes?—¿Caminar a la orilla del mar? —inquiere curioso.—También, me refiero a esto —señala las manos entrelazadas de ambos—. Caminar de la mano.Ella aprieta sus labios al confesar aquello.—Me gustaría poder decir lo mismo —dice con tristeza—. Me gustaría poder cambiar muchas cosas de mi pasado, pero supongo que es imposible.Él detiene su pa
Después de haber abierto su corazón a Vicenzo. Ellos platican un poco más sobre la forma en que trabajan los López. Le cuenta sobre los productos que venden.—No comprendo, si ya tienen un mercado establecido como es que les va mal —plantea para ayudar a buscar una solución.—Al inicio mi padre se dedicaba a la construcción, no siempre vivimos ahí, sino en el pueblo. Por problemas de expansión nos sacaron a nosotros y a muchas familias dejándonos sin hogar. Lo más barato que consiguieron un terreno era donde vivimos. Mi papá se cayó en una obra y quedó incapacitado para seguir trabajando. Su jefe los tenía sin seguro social, así que, aunque puso una demanda, este desapareció.Con los ahorros compraron unos cerdos y se dedicarían a vender productos de estos… Sin embargo, luego pasó lo mío y eso casi los lleva a la ruina. Al inicio les iba bien con las ventas, pero luego llegaron más productores y con precios más bajos debido a lo industrializado de sus productos.—Ignoraba totalmente l
Por su parte, Patricia se puso uno de sus pantalones negros de vestir con una blusa roja con lentejuelas en el cuello que simulaban algún tipo de collar. Por su lado, Gaby, eligió una falda negra entubada y una blusa dorada de lentejuelas que resaltaba contra su piel morena, haciéndola ver preciosa.—¿Cómo quieres que te peine? —inquiere su cuñada a la joven de ojos llamativos. Mientras conecta la plancha del cabello.—Me gustaría una trenza y una coleta o no sé si con el pelo suelto —sugiere sin decidirse.En eso vuelve Lita con la pequeña quien ya tiene hambre, Patricia le da una manzana y se recuesta con ella en la cama mientras se terminan de preparar las demás.—A ver, yo le voy haciendo la trenza, tú hazle las cosas, esas —ordena Lita tomando el mechón de cabello que Gaby ya había separado para la trenza.—Ok, solo hágala de aquí hacia acá invertida, que ya verá cómo la estilizamos —aclara Gaby dejando a la abuela que haga lo suyo.—Tú, cuéntanos lo que sepas —pide a Sara hacien
La cena de Año Nuevo transcurre de lo mejor, las familias cuentan algunas anécdotas y luego bailan, los organizadores del evento amenizan tan bien que el tiempo les pasa volando. Cuando menos piensan el conteo para la media noche hace su llegada.A pesar de que no es mucha gente en el interior del restaurante, Sara y los López se preocupan por la menor de ellos y de que el vitoreo pueda ocasionarle algún tipo de crisis. Afortunadamente, para todos, la nena cae dormida antes de medianoche y la acuestan en una carriola de uno de los hijos de Stefano. Para el momento del conteo, todos emocionados entre decoraciones, globos y lentes con el número del año al que reciben comienzan a decir en voz alta a coro.10, 9,8,7,6,5,4,3,2,1… ¡Feliz año! —gritan todos abrazándose unos a otros.Sara que preocupada por su niña, está agachada velando sus sueños en espera de que el ruido le provoque un malestar, pero no lo hace, su sueño es tan profundo que el festejo le pasa en negro.—¡Feliz año, hermani
La noche permanecía estrellada bajo la tenue luz de la fogata, conforme avanzaban las horas los familiares se fueron marchando uno a uno a sus aposentos, incluyendo a Sara y su hija, quien cansada solo dormía. Vicenzo las acompañó a su habitación y una vez que se aseguró que estuvieran cómodas se marchó a su habitación.Ninguno de los dos podía dormir, él pensando en Sara y ella a su vez en él. Daban vueltas en la cama cuál enamorados. Desgastada por no poder dormir salió al balcón a admirar las luces del cielo, meditaba si su reciente relación con Vicenzo fuera un augurio de cosas buenas. No por lo económico, sino porque cuando estaba con él se sentía distinta.Siempre estuvo protegida por su familia, pero él le daba la libertad que ocupaba y, aun así, se sentía segura.Un toque en la puerta la sacó de sus ensoñaciones, cuando se acerca a revisar por la mirilla se da cuenta de que es Vicenzo, aun vestido elegantemente. Se veía tan sexi…Ella abre preocupada suponiendo en que quizás p