Alicia se despertó con el cantar de los pájaros, le encantaba tanto estar viviendo alrededor del jardín, le recordaba tanto a su familia, en especial a su padre.

Ella decidió que debía adecuar y limpiar la casa a su manera, a simple vista se podía observar que estaba deshabitada, el polvillo se estaba apoderando de cada mueble en el lugar, por lo que uso una de las camisas de Derek como un vestido, eran tan grandes que cubría su cuerpo entero.

Ella trato de no perfeccionar el lunar, tampoco debía de ser tan femenino, la casita era pequeña pero cómoda, una sala pequeña con un gran sofá, la cocina era de lujo y pequeña, la habitación tenía lo necesario, pero lo que más le enamoraba era el baño, tenia agua caliente y espacioso, luego de terminar se sintió nerviosa al ver que estaban tocando la puerta, se colocó un pantalón y salió a ver de quien se trataba.

—Hola señora catalina, buenos días—

—Buenos días Ali, aquí te he traído tu comida—

Ella estaba agradecida, pero aun así la pena la c