Narra John
Me muevo de aquí para allá en el almacén revisando la mercancía que llegó hace dos días, no me fío mucho de los colombianos, a veces mezclan la cocaína con otras cosas para hacer más peso. Sinceramente siento más pesada la labor, pocas personas me generan la confianza suficiente, pero como dicen por ahí: los años te enseñan muchas cosas.
—¡Javier! —llamo a mi mano derecha.
Él ha estado conmigo desde que me tocó hacerme cargo del negocio, al principio fue muy difícil, yo no quería esta vida pero no quedo más opción que aceptarla y adecuarme a ella.
—Señor Fortein todo listo —me informa, él está serio como siempre y ordena a uno que otro hombre para haga bien su trabajo.
—¿Revisaron bien el cargamento que llegó de Colombia? —le pregunto, él asiente.
—Si señor, todo en orden —dice confiado, por eso es mi mano derecha, siempre hace todo correcto.
Él se va a dar unas ordenes a las demás personas que van de aquí para allá, me deja solo con el cargamento, me acerco hasta él para comprobar yo mismo que todo está bien; me entra la desconfianza porque la última vez que confiamos en el cartel de los búhos negros y no revisamos la mercancía, tuvimos muchos problemas con nuestros socios, ya que nos ligaron la droga con sal para crear más peso, esa trampa les costó a la mitad de sus hombres y solo hacemos negocios por conveniencia, sino ya estarían todos muertos.
El que hace negocios conmigo sabe que a mí no me gustan los juegos y siempre voy directo al grano, conmigo las traiciones se pagan con la muerte; aunque también la muerte es un regalo y antes de obsequiar tal cosa me gusta torturarlos para que sufran, para que les quede bien claro quien manda y lo que sucede cuando me quieren jugar sucio.
—Señor Fortein el cargamento se dirige a Panamá —me informa unos de mis hombres.
—Muy bien, ya saben que hacer —les dije y me marché del almacén.
Esas simples palabras eran suficientes para ellos, debían encargarse de que la mercancía llegará bien y el recibidor pagara todo completo, si acaso se atrevía a no cumplir, una bala atravesaría su cráneo.
Voy de camino a casa sin ningún apuro, me da igual llegar pues sólo hay una persona que se alegra de verme y es mi pequeña Jade, la luz de mis ojos; desde lo ocurrido con Mellannie hace diecisiete años nada ha vuelto a ser igual y Jade es lo único que me queda, porque hasta mi propio hijo me dio la espalda cuando se entero lo que le hice a su madre.
Lo sé, soy un maldito que no supo valorar a su mujer y la perdió el día que decidió traicionarla, aunque no me arrepiento porque ese día que la traicione supe que jamás estuve enamorado de ella, supe que solo fue pasión vana que se desapareció con el tiempo.
Tampoco me voy a arrepentir de haberme hecho cargo de Jade, de esa increíble aventura ella fue lo único bueno, sin embargo a veces es muy difícil de sobrellevar la situación con Mellannie, pues nunca estuvo de acuerdo de aceptar a "una hija bastarda"; así que siempre tengo que estar defendiendo a Jade de su supuesta madre. A veces Jade se siente mal porque le dice palabras hirientes, pero siempre estoy yo para consolarla y darle todo mi cariño.
Mi vida es un constante peligro desde que decidí hacerme cargo del cartel de los verde, mi padre fue quien me introdujo a este mundo y no tuve más opción que aceptarlo; siempre tengo que mentir y fingir frente a las personas, pues no me conviene que sepan todo sobre mí.
Mel sabe a que me dedico, pero no le presta atención pues le da igual si muero o no, con tal de que le de una vida digna, ella no opina ni me pregunta absolutamente nada.
Aquí en Brasil es muy fácil mover droga de allí para acá, además que estamos asociados con el cartel del oeste en México, quienes nos ayudan a transportar la droga a los Estados Unidos con la condición de que les demos el 30% de las ganancias, además ellos trabajan con la trata de blancas y la exportación de animales exóticos o que estén en peligro de extinción; por mi parte a mí no me gustan esos negocios, prefiero quedarme con la exportación, distribución y elaboración de droga.
Estaciono el auto en el garaje de la casa, todas las luces están apagadas y la verdad no me sorprende porque son las 3:15 a.m., así que todos deberían estar durmiendo.
—Pensé que no ibas a llegar —no me sorprende para nada que esté despierta.
—Jade ya te he dicho que no me tienes que esperar —le digo por enésima vez y me hago el enojado.
—Lo sé papá, pero estaba preocupada —hace un pequeño puchero y se ve realmente tierna.
—Mi niña no tienes que preocuparte por nada —me acerco para darle un abrazo y un beso en la frente.
—Está bien papi, ¿por qué llegaste tan tarde? —me interroga.
—Estaba arreglando unos asuntos en la empresa mi vida, había mucho papeleo atrasado —le digo para calmarla.
Cabe aclarar que para ella soy un empresario exitoso que exporta, distribuye y elabora muebles lujosos; en parte tiene un poco de razón, yo utilizo esa fachada para despistar a mis enemigos, incluso tengo la empresa y todo eso, solo que quien la maneja es mi hijo Johnny.
—Mañana será mi primer día —suelta de repente, ya medio dormida.
—Lo sé, prometo dejarte en la puerta de la universidad —estamos sentados en el mueble y cuando me percato se quedó dormida en mis brazos.
Tal vez tenga diecisiete años casi dieciocho, pero sigue siendo mi niña y siempre se queda dormida en mis brazos, ha sido así desde que era una tierna bebé.
La llevo a su cama y la arropo con las cobijas hasta el pecho, le doy un beso en la frente, cierro la puerta con cuidado para no hacer mucho ruido.
Mañana será un nuevo comienzo para ella y otro día de estrés para mí.
Narra Jade—¡Despierta dormilona! —me grita Anna con su voz chillona.—Que seas mi mejor amiga, no te da el puto derecho de despertarme —le gruño mientras me levanto de la cama para arreglarme.—¡Woow! —hace cara de sorprendida.— Nunca vas a cambiar ese vocabulario, al señor John no le gustaría que su nena hablé así -dice burlona.—Cállate —le digo malhumorada y le saco el dedo del medio.Ella coloca los ojos en blanco y suelta un suspiro- lo bueno es que vivo al lado de tu casa.—Por desgracia así es -ella de echa a reír y yo también.Es cierto somos vecinas desde que sus padres se mudaron a este vecindario cuando ella tenía 6 años, nos conocimos y desde ese entonces fuimos muy amigas. La quiero incluso como una hermana, siempre hemos estado la una para la otra.—Atraparme si puedes, tortuga —dice Anna entre risas.—Ya vas a
Narra JohnDespués de haber dejado a Jade en la universidad, me dirijo al almacén 4D que es donde producen la droga, necesito cerciorarme de que todo este en orden para poder exportarla dentro de dos días.Estaciono el carro y me bajo de él, entro al almacén pero para mi sorpresa no hay nadie, en seguida saco mi arma y recorro el lugar a paso lento por si hay algún enemigo rondando.—Baja la guardia —reconocería esa voz donde fuera, así que menos me confío.—Greg —digo entre dientes— teníamos un trato —le recuerdo molesto.—Ah, eso —se encoje de hombros— solo vengo a hacer negocios —dice como si fuera lo más simple del mundo.—¿Y mis hombres? —le pregunto e ignoro lo que dijo anteriormente.—Están bien amigo mío —hace un gesto con la mano para restarle importancia.—No te creo, vete de aquí y déjanos en paz —le digo tajante y con una voz firme.<
Narra GregFue un poco difícil convencer al idiota de John, lo bueno es que al final accedió a mi propuesta y es que en realidad le convenía mucho aceptar, todos vamos a ganar, sobretodo él.—Reúne a los hombres —le ordeno a mi mano derecha.—Si señor Lacruz —responde y se va a buscar a los demás hombres.Cuando todos están reunidos, me preparo para hablar, todos están atentos a mis movimientos y lo que tengo que decir.—Bien les quería contar que ya tenemos un nuevo y mejor distribuidor —todos se miran entre sí confundidos— así que debemos tener mucho cuidado con nuestros pasos y ser cautelosos—. Les informe, pero más que nada era una advertencia para que no salen mis planes.Todos asienten, Joel les da los detalles sobre quien es y a que cartel pertenece.Debo prepararme porque dentro de dos días viene mi mujer a visitarme, he anhelado tenerla de nuevo conmi
Narra JadePensé que la universidad sería fácil pero estuve muy equivocada, a penas llevo tres semanas y tengo demasiados trabajos por hacer; todos los días se suma una tarea nueva y parece que nunca fuera a terminar lo que ya tengo.—¿Qué tal tu día? —me pregunta Anna.Tenía días sin verla, pues la universidad no me ha dejado tiempo para nada.—Igual que todos, tengo mas trabajos que vida —digo cansada, puedo apostar que tengo ojeras de mapache.—Yo también estoy igual y no me ando quejando —no puedo evitar reírme, aunque ambas somos buenas estudiantes, ella siempre sabe como manejar el estrés.—Cierto —le doy la razón— ¿salimos? —le pregunto haciendo ojitos.—Puede ser, tenemos cosas que hacer y trabajos que entregar para el lunes Jade —me recuerda y se encoge de hombros—. No debemos estar pensando en ir de fiesta —coloca los ojos blanco.¿Olvide
Narra JohnSinceramente no me esperaba este pequeño suceso de parte de Anna, la verdad lo esperaba más de Jade, porque según lo que me cuenta todo el tiempo Anna es la mas correcta de las dos; no me imagino que sucedería si Magda se enterara, creo que se enojaría mucho y la castigaría con toda la razón del mundo.Puede que Magda sea muy cariñosa y todas esas cosas, pero cuando se trata de su hija la protege y la cuida con su vida, ella es una persona justa que siempre hace las cosas bien; creo que por eso Mel no la tolera para nada, es que son tan distintas.Escucho que ruedan las sillas para sentarse, estaba tan concentrado en el periódico y mis pensamientos que ni siquiera me dí cuenta de que ya habían bajado para desayunar.—Señor.... yo —empieza a balbucear Anna.—¿Por qué? —, solté la pregunta de una vez— se supone que eres la más correcta de las dos —le digo firme e intimidante— lo hubiese esp
Narra JadeDebería estar prestando atención a la clase de cálculo y las explicaciones de la profesora Tania, pero la verdad es que no puedo, solo tengo algo en la mente "Terry", osea quién se cree ese tipo, es un arrogante con falta de cerebro.Suena el timbre sacándome inmediatamente de mis pensamientos, recojo mis cosas lo más rápido que puedo y guardo todo en mi bolso para salir de esta aburrida clase de una vez por todas.Camino lo más rápido que puedo para llegar a la próxima clase, pues la señorita Bring es muy exigente y no les gusta que sus alumnos lleguen tarde a su clase, es esa típica profesora amargada que odia a todos y que le gusta que todo se haga como ella lo ordena; a decir verdad esa mujer es como un grano el culo, de lo peor.—Casi se queda fuera de mi clase señorita Santein —dice con su voz chillona de yo tengo el poder.—Lo siento, no volverá a ocurrir —le digo con una sonrisa d
Narra JohnLlegué lo más rápido que pude al almacén 2B, donde me dijo Javier que tenia que llegar; sinceramente estaba muy preocupado después de su llamada, no sabía que me podía esperar y eso me tiene ansioso.Estacione el carro frente al almacén y baje rápidamente de él, mientras me acercaba divisé la figura de Javier y cuando estuvimos cerca note su preocupación.—¿Qué sucedió Javier? —le pregunto, quería respuestas para ya.—Señor Fortein, se ha perdido el cargamento que iba a Venezuela —hace una pausa nerviosa—. Solo un hombre sobrevivió y dijo que fue una emboscada, para robar nuestra mercancía.—No puede ser —dije entre dientes, siento como la rabia carcome mi cuerpo— ¡esto tiene que ser una jodida broma! —dije alzando la voz.—Señor ya mande a investigar lo que sucedió —me dice, ja, como si eso fuera a calmarme.—Hiciste bien, pero igual no estoy tranquilo —
Narra JadeAl salir de la universidad, fui a casa de la señora a Magda a almorzar como acostumbro hacer todos los días.Cuando llegamos el olor a comida casera inunda mi nariz, huele demasiado bien y es que la señora Magda cocina riquísimo. Pasamos y la saludamos, ayude a Anna a colocar la mesa y después nos sentamos a comer.Comimos en silencio, la verdad no quería hablar; en mi pecho cargaba un dolor muy grande algo así como un presentimiento y aunque intentara hablar siento que las palabras se quedarían atoradas en mi garganta.En cuanto todas terminamos de comer Anna y yo lavamos los platos, cuando terminamos me despedí de ella y de la señora Magda.Necesitaba llegar a mi casa, tenía una necesidad horrible de hablar con mi papá, tal vez porque no me contó que salió con Magda ayer, no voy a negar que eso me molesto un poco porque hasta lo tengo entendido sigue casado con mi madre y nadie por mas