Jeremy fingía escuchar atentamente, con una copa de champaña en la mano, todo lo que Lady Priscila tenía para contarle, socializar tan de cerca no era lo suyo, aunque su desenvolvimiento era digno de un caballero, pero escuchar parlotear sin descanso a la abuela de Emiliana no era precisamente un entretenimiento para él, no obstante su compañera de cháchara ni se inmutaba ante su desatención para describir cada una de sus aventuras fuera de la región… desde sus viajes por el Atlántico donde disfruto del sol radiante y de la atención personaliza que le proporcionaba el ser una Winchester, hasta Paris donde el pobre Lord Wilfred había sufrido una indigestión de tres días que le causó un Ratatouille y le aguó todo el paseo por la ciudad del amor… - ¡oh! No sé si fue muy egoísta de mi parte, pero le dije a mi Wilfred, quédate en comp
La escena del crimen.El detective apartó con velocidad la multitud aglomerada en el lugar y alrededor del cadáver ya que debía conservar despejada la escena del crimen, para evitar su contaminación. Su padre, el comisario Owen atisbó desde lejos y corrió a socorrerlo con los miembros. La idea era mantener el gentío aquietado en el gran salón mientras se tomaba nota de la escena. Así fue. Se logró con dificultad, por los dolientes y el terror que trae consigo el conocimiento de un asesinato.El cadáver yacía en el suelo sobre su espalda, Jeremy tomo el pulso rápidamente en el cuello. No lo encontró. Con detenimiento observó todo el entorno, se metió en una burbuja imaginaria para no escuchar el alboroto a su alrededor y continuó su detallada observación.Com
En la casa reinaba la aflicción y la contrariedad, luego del funeral de su tío, cada quien se había encerrado en su mundo, algunos por tristeza, otros pensativos tratando de recrear en sus mentes aquel doloroso día y así poder colaborar con la investigación. A decir verdad, el tío Ángel no era muy apreciado por todos, era tan despegado y su personalidad un tanto incómoda, siempre hablando y nunca escuchando, entre los empleados, era una persona que estaban acostumbrados a ver, se hacía notar con su extraño ímpetu y queriendo hacer partícipes a todos de sus habladurías y hasta sus chifladuras. Maggie era la más lastimada, al parecer había conocido un lado, ignorado por todos, del corazón del tío Ángel, ni aún siquiera la tía Marilyn que había sido su esposa por años. Todos coincidían en que no debió morir de esa
Pasados diez días, luego de la gala fatídica que nadie en el pueblo olvidaría, los días despertaban con una frescura fantástica, el olor de las flores que te atrapaba al pasar cerca de ellas y el imponente sol brillando, iluminando el paso de cada viandante.Cruzó la calle luego de mirar a ambos lados. Llegó al edificio donde se encontraba su despacho, al llegar la Srta. Cadbury ya estaba instalada en su escritorio, con un café caliente que puso en sus manos y una sonrisa para el que la quisiera.-¡Buen día Jeremy querido! No luces muy bien esta mañana - afirmó preocupada.-No prestes atención querida Helen, es solo un dolor de cabeza, con el café bien fuerte que me trajiste de seguro mejorará - la falta de descanso se mostró en su abatido rostro. Con sus manos presionó sus sienes
La mujer estaba histérica, maltratando a todo el servicio en su casa, todo tenía que estar en orden, pues el inspector Owen vendría a tomar el té con ella; de antemano le manifestó a su cuñada que estaba encinta, lo apuesto que era y que desde el baile de primavera no había dejado de pensar en él “de inmediato se convirtió en mi favorito y… creo que me propondrá cortejarme este día ¡estoy tan feliz! Lo vi en sus ojos, sé que le gusto y querrá casarse a toda prisa.”-¿A quién esperamos con tantas pretensiones, amada hija? –Preguntó su padre bajando de las escaleras con dificultad debido a su peso - Sabes pequeña, que no me gusta recibir visitas sin ser yo quien las invite - la regaño con sutileza.Se carcajeó: - ¡Oh querido pad
-¡Querida mía! Has estado tan ausente estos días o quizá soy yo. Te ruego que me perdones.- suplicaba la tía Marilyn a Emiliana mientras conversaban en la habitación. Emiliana estaba recostada en las piernas de su tía y ella peinaba dulcemente su cabello rojizo. La joven con ternura la miró y le contestó:-Tía ¿qué sería de mí, sin tus dramas? No tengo nada que perdonarte, de todos en mi hogar, la única que cuida de mí es la que no tiene mi sangre ¡Tú estás para mí y yo para ti!- su tía compungida le contestó:-Desde la muerte de Ángel me parece que he perdido mi lugar en esta casa, no sé qué hacer, me siento desorientada - expresó con voz quebrada y preocupada. Su sobrina fue condescendiente con su tía, conocía su coraz&oac
El detective, en conjunto con su padre, el comisario Owen, a pesar de sus esfuerzos y la venenosa relación que mantenían, obtenían avances en las listas que a cada uno les correspondía cumplir, pero no progresaban en información, todos los reportes llegaban a la misma conclusión: “no vi nada, inspector”, “todo fue tan rápido, oficial”, “creo que fue un hombre”, o “creo haber visto una mujer”, “yo escuché un disparo”, “tal vez lo mataron por deudas, yo escuché que era jugador”. Toda clase de sucesos, indefinidos o conjeturas sin sentido alguno, tenían que valerse del exhaustivo análisis de las pocas pruebas que pudieron obtener, ¿el arma homicida sería la clave? O quizá la Srta. Winchester, que se sabía que ocultaba algo o a alguien.Jeremy cavilaba la posibilida
¿Por qué Jeremy Owen sabía su nombre?El detective no acostumbraba a dejar cabos sueltos, su perspicacia se hacía evidente en cada paso que daba respecto a su investigación. Este misterioso hombre para él, era un punto clave en el caso enredado que le había propuesto la pequeña Winchester.¿De quién se trataba?Pues, tenía en proceso de cocción su respuesta.En estos tiempos, en Londres era muy difícil investigar personas sin conocer ni siquiera su nombre, pero Jeremy se valió de una indagación previa antes de entrevistarse con el personaje. Tenía aliados en varios lugares de la capital que le proporcionaban esa clase de información, precisa y detallada. ¡Fácil! sólo debía enviar por el correo una carpeta que diera información de una persona cercana
-¡Oh, Clara amor mío! Pensé no volver a ver tu rostro jamás- se acercó cautelosamente a ella con sus manos extendidas hacia su cuello para besarla.Clara se apartó delicadamente, dedicándole una mirada impasible. Sus ojos expresivos demostraban que amaba al hombre que tenía al frente pero su compromiso con su esposo y su hija era aún mayor. Su rostro denotaba toda la bondad que poseía, sin embargo en su expresión podía verse, perfectamente, la tristeza y angustia que le aquejaba en ese instante. Sentía un vuelco en lo más profundo de su ser, huía de tener que dar explicaciones del motivo de su visita pero Edgard pudo percibir todo ese desasosiego que ella intentaba contener. Como todo un caballero aguardó sin preguntar a que la mujer estuviera preparada para hablarle. Él la observaba callado, pero no pasó mucho tiempo cuando ella