Dejó su maleta en el suelo y hecha un manojo de nervios, tocó la aldaba. Gracias a que Jeremy había conseguido la dirección de su tía Marilyn, se encontraba allí, esperanzada de ver un rostro lleno de afecto, gracia y amor. Extrañaría de la mansión a su abuelo, pero en cuanto pudiera lo sacaría de esa vida aburrida y de las mandonas garras de la bruja de su abuela, claro, que no sabía si su tía estaría complacida de recibirla, para vivir, pues su boda estaba pautada para una semana, sin embargo no tenía opciones, apelaría al amor que ambos, tanto la tía Marilyn como el Sr. Landon Ford le tenían.
Miró a su alrededor y se alegró del impresionante paso que había dado su tía y la hermosa casa que Landon compró para ella, no imaginó jamás un hogar tan hermoso, ni plantas en un jardín cuida
-¿De qué diablos hablas? - dijo alterado, tomándolo por las solapas de la chaqueta que Jeremy traía puesta - no creas que te burlarás de mí.-¡Deja de ser tan temperamental Phillips! - decía mientras deshacía el agarre y alisaba su chaqueta arrugada por la efusiva acción de Phillips - toma asiento. Tengo una teoría, pero necesito que me escuches atentamente, domina tus ímpetus por favor - ordenó molesto. El hombre obedeció cambiando totalmente su semblante y tomó asiento lentamente sin alejar la mirada del detective. Solo le bastó un momento para intentar interrumpirlo, por lo cual el detective impaciente se levantó de su asiento y le gritó: - ¡Cállate y escucha Phillips, por favor! - hizo un gesto de súplica con sus manos acercando su rostro exageradamente al hombre
-Gracias querida por encargarte de las flores, las gardenias son mis favoritas - expresó Marilyn a Emiliana en vísperas de su boda - sin ti presente no sé qué hubiese hecho ¡Eres mi apoyo pequeña!La mirada se le llenó de ternura y sonrió- siempre estaré cerca, contarás conmigo a cada instante. Además, no debes tener preocupaciones, las novias han de prepararse únicamente para lucir radiantes. De lo demás, yo me encargo.Ambas rieron con gracia, Marilyn sentía una explosión de alegría incomparable pues por fin cumpliría su sueño de pasar la vida al lado del Sr. Ford, su verdadero amor, el hombre que la veía como si no hubiese nadie más en el mundo. Landon Ford se aproximaba hacia donde ellas se encontraban colocando las cortinas en el pequeño saló
El joven llegó a su casa, cabizbajo, golpeado por las circunstancias, con unos enormes deseos de llevarse a la boca un pastelillo de piña, de los que preparaba su hermana Angie, ansiando que su dulzura borre el mal sabor que llevaba él a causa de los acontecimientos pasados.-¡Jeremy Owen, no luces bien! - lo recibió Phillips con preocupación y una misiva que puso en sus manos – ¡palideces! Espero que esta nota, que llegó muy temprano para ti, te levante ese ánimo ¡luces de muerte!...-¡Ah! No empieces Phillips…- dijo levantando una mano mientras colo
Edgard Phillips se sintió más calmado al saber que Emiliana estaba tranquila en casa de los Ford. Luego de la boda y de haber advertido la discrepancia de la presencia de Lancaster en ese lugar, comentó a Jeremy que debían apremiar la ejecución del plan que habían elaborado días antes. Ese hombre se presentó allá para darles una advertencia. Probablemente estaba tramando algo que ellos no habían previsto y los dejaba un paso atrás de cualquier situación que podía presentárseles con él.Por su parte, Jeremy se preparaba para partir al despacho. Phillips solucionó acompañarlo por si se daba el caso que necesitara apoyo en cualquier circunstancia. Ambos se marcharon llevándole unos panecillos a Helen de parte de Angie que la invitó al té esa misma tarde.Una vez en el despacho fu
Llegada la tarde en casa de los Owen, se escucharon unos cascos de caballos que acercaban un carro sin prisa. Se trataba de la visita de Emiliana, había aparecido luego de muchos días para ver a su amiga Angie y ponerse al día pues ya se acercaba la boda de Monique y venía para aplacar toda la ansiedad que la consumía por este tan acercado evento. De su nueva residencia, la propiedad Owen quedaba de camino, para visitar a Monique tendría que desviarse hacia el pueblo directamente. Decidió pasar a saludar, y así, compartir unas horas al lado de su detective soñado. Suspiraba al pensar en él, quizá la invitaría a caminar por sus jardines o le propondría dibujarla bajo un árbol disfrutando la naturaleza, o solo quizá estaría Phillips merodeando por allí, interrumpiéndolos con su abrupta presencia acabando por completo con las ilusiones de la chica ¡hay
Pasados unos días, Phillips se encontraba leyendo la prensa en la propiedad de los Owen. La compañía y atención de estas personas había mejorado en gran manera su ánimo, pero a veces sentía que se aprovechaba de ellos, por lo tanto, estaba pensando seriamente reunirse con el albacea de su herencia para darle fin a ese asunto y así, disfrutar con sus nuevos amigos, de sus posesiones y propiedades, que eran varias y lugares majestuosos, comenzando de nuevo su vida, sin temores y despojándose del pasado que lo perseguía.Jeremy bajó las escaleras como de costumbre para tomar el desayuno y comenzar la faena del día. Al ver a Phillips despierto se sorprendió sin embargo, no le dirigió ningún comentario que tuviese que ver con ello.-¡Buenos días, Phillips! Luces fresco como una lechuga- bromeó Jeremy que amaneci&oa
Una fresca mañana otoñal, Priscila Winchester decidió salir de su invernadero, lugar para el cual, al parecer, había nacido. Desde que la mansión quedó vacía, la sexagenaria dispuso que lo único que merecía cuidado en esa casa, eran las plantas, pues no recibiría traición jamás de ellas. (Aunque quizá muchos no estarían de acuerdo con ella, siendo la primera traidora, solo por mantener las apariencias y que todo girara conforme le convenía, incluyendo entregar a la muerte a sus propios hijos).Se vistió de negro, permaneciendo en un luto por la muerte de su hijo (aunque algunos pensaban que estaba implicada). Bajó las escaleras sin prisa, observando a su esposo Wilfred que, sentado frente al piano entretenía con una dulce melodía al ama de llaves, Maggie.-¿Aún no se incorpora Al
La propiedad Ford, aunque pequeña y acogedora gozaba de ciertos privilegios que a Emiliana le encantaban. Entre ellos, una enorme biblioteca, muy apreciada por el Sr. Ford, con cientos de libros que pertenecían a ese mundo, al que le gustaba viajar al leer, y un pequeño, pero sin dejar de ser hermoso, piano de pared que le permitía practicar su música. El Sr. Ford gozaba de una gran inclinación por las artes, cosa que compartía con Emiliana y daba paso a fortalecer la relación entre ellos, que desde un principio había sido muy buena. Tenía una parte de su abuelo en su nuevo hogar, así, ese era su nombre. Un hogar lleno de afecto y comprensión, amor y trabajo en equipo. Un lugar nuevo, donde se sentía tan a gusto que olvidaba el pasar de los días.Sentada frente al piano recordaba una tonada que había compuesto su abuelo para ella cuando era solo una ni&