Capítulo: "Verdades Dolorosas" La risa de Ismael resonó en la habitación con un eco amargo, casi cruel. Una carcajada vacía, sin humor, que no buscaba otra cosa más que lastimar. Su mirada, afilada como un cuchillo, se clavó en Verónica con furia. —¿Me amas? —repitió con una burla mordaz—. ¿En serio? Y mientras tanto, te revolcabas con esa desgraciada de Georgina. ¿Qué clase de amor es ese, papá? Emanuel sintió que el aire le fallaba. Cada palabra de su hijo era un golpe directo al pecho, una daga que se hundía más profundamente con cada sílaba. —Ismael… —intentó hablar, pero su voz sonó rota, débil. —No me vengas con excusas —espetó Ismael, su cuerpo tensándose con la ira contenida—. ¡Eres un maldito hipócrita! Todo este tiempo hablándome de valores, de respeto, y tú… Tú fuiste el peor de todos. Su mirada se deslizó hacia Verónica, cargada de desprecio. —¿Y tú? —continuó, su tono venenoso—. ¿Lo compartiste? ¿Fuiste parte de este jueguito asqueroso? Verónica sostuvo la mirada d
Capítulo: "No es No" Ismael ya no era el mismo. En tan solo unas semanas, había descendido a un abismo de autodestrucción y descontrol. Las noches se convirtieron en su escape, su refugio en el caos del alcohol, las drogas y las mujeres que solo eran sombras pasajeras en su camino. El campus universitario, donde antes encontraba refugio en sus estudios, ahora solo era un sitio para dormir y esconderse de la realidad. Cada noche, Pedro lo arrastraba a un bar diferente, a una fiesta clandestina, a cualquier lugar donde la música y las luces fueran lo suficientemente fuertes como para ahogar sus pensamientos. Esa noche en particular, Ismael estaba más perdido que nunca. El alcohol corría por sus venas como un veneno adormecedor, nublandole la mente, distorsionando le la realidad. Estaba en un rincón oscuro del club, con una chica entre sus brazos. Una más. No recordaba su nombre, ni le importaba. Su cuerpo estaba pegado al de ella, su respiración caliente en su cuello. Pero cuando i
Capítulo: “El Precio del Silencio” El sonido del monitor cardíaco llenaba la habitación con su bip constante, un recordatorio cruel de lo frágil que era la vida. Emanuel estaba sentado junto a la cama del hospital de Ismael, con la espalda encorvada y los codos apoyados en sus rodillas, observando a su hijo en silencio. Cada respiración de Ismael, aunque estable, se sentía como un milagro después de lo cerca que había estado de perderlo. Desde que lo internaron, Emanuel no se había movido de su lado. Cada noche dormía en la incómoda silla del hospital, aferrado a la esperanza de que su hijo, algún día, pudiera mirarlo sin odio en los ojos. Pero cada vez que Ismael despertaba, el rechazo era el mismo. —Hijo… —susurró, su voz apenas un eco en la habitación—. No sé cómo llegamos hasta aquí, pero si pudiera cambiar las cosas… lo haría. Sus palabras flotaban en el aire, sin respuesta. Verónica entró en la habitación con pasos silenciosos. Desde que Ismael estaba internado, ella había e
Capítulo: Confia en mi Georgina estaba sentada en el sofá, revisando las redes sociales en su teléfono mientras Diego entraba al apartamento con una sonrisa despreocupada. Cerró la puerta tras de sí, se acercó a ella y le plantó un beso en la frente.—Hola, amor. ¿Cómo estuvo tu día? —preguntó, sentándose a su lado.Georgina sonrió, aunque algo en su expresión denotaba una leve inquietud.—Bien. Aunque he estado pensando en el dinero de la inversión. No he visto movimiento en la cuenta, Diego. ¿Cuándo crees que veremos las ganancias?Diego se acomodó en el sofá, pasando un brazo por los hombros de Georgina, en un gesto que pretendía tranquilizarla.—Amor, estas cosas toman tiempo. No te preocupes. El mercado puede ser volátil, pero te prometo que todo está bajo control. Solo necesitamos tener un poco de paciencia. Confía en mí, ¿sí?Georgina lo miró a los ojos, buscando alguna señal de duda o inseguridad, pero Diego mantenía su sonrisa confiada. Durante un instante, su instinto le d
Capítulo: "La salvación de Diego"Mientras Verónica se alejaba, Diego se quedó parado en la acera, procesando lo que acababa de suceder. La mención de la cuenta para Carolina despertó en él un recuerdo, uno que había preferido ignorar hasta ahora. Esa cuenta que, en teoría, debía haber estado creciendo con el tiempo, debe estar prácticamente vacía. No había hecho ninguna aportación en años, y ahora, con las deudas de juego apilándose sobre su cabeza, necesitaba desesperadamente encontrar una manera de salir del agujero en el que se encontraba.Diego metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y caminó lentamente hacia su auto, su mente trabajando en una nueva estrategia. Si quería recuperar algo de control sobre la situación y hacer que Verónica bajara la guardia, necesitaba un movimiento que pareciera genuino. Y tenía una idea.Una vez en su auto, sacó su teléfono y revisó la cuenta de Georgina. Aunque el dinero que le había sacado ya estaba en su mayoría comprometido para pagar
Capítulo: "La Voz de Verónica" Verónica golpeó la puerta dos veces , observando a Ismael sentado en el sofá con una expresión de enojo persistente en su rostro. Había visto a Emanuel llorar en la cocina, ya había sido suficiente. Ismael parecía disco rayado ,repitiendo lo mismo . Sabía que las cosas no podían seguir así. Emanuel había estado haciendo todo lo posible por enmendar las cosas, pero Ismael no cedía. Finalmente, con un suspiro, Verónica decidió que ya era hora de hablar con claridad y tomar el toro por los cuernos . —Ismael, necesitamos hablar ,puedo pasar —dijo con firmeza, entrando en la sala y cruzándose de brazos frente a él. Ismael levantó la vista, su ceño fruncido se profundizó al ver la seriedad en el rostro de Verónica. —¿Qué pasa ahora, Vero ? —Me he cansado de verte tratar mal a tu padre —dijo ella, sin rodeos—. Emanuel cometió errores, sí, pero ya ha pagado bastante por ellos. Ha estado aquí, día tras día, soportando tu enojo, tu resentimiento. ¿Cuán
Emanuel estacionó frente a la casa de Verónica, y ambos permanecieron en silencio unos segundos, disfrutando de la tranquilidad del momento. Desde mañana, Emanuel ,volvería a trabajar en la empresa, algo que le entusiasmaba, aunque sabía que debía volver al bar a trabajar. A su jefa del bar le debía lealtad absoluta. Carolina, desde la ventana, observaba a su madre con una sonrisa. Había notado el cambio en ella, la forma en que su rostro se iluminaba después de las muestras de afecto de Emanuel. Por primera vez en mucho tiempo, veía a su madre feliz y radiante. Mientras Verónica pensaba en la relación que estaban construyendo, sus mejillas se sonrojaron. Emanuel, siempre atento, notó el cambio en su expresión y le preguntó con curiosidad: —¿En qué estás pensando, Vero? Verónica rió suavemente, intentando disimular. —Si te lo digo, no salgo del auto —respondió, riéndose a carcajadas. Emanuel arqueó una ceja, divertido pero decidido. —No voy a dejarte salir sin que me cuentes. S
Georgina estaba al borde de un ataque de nervios. Tres días sin noticias de Diego y, lo que era peor, sin rastro del dinero que él supuestamente había "invertido". Había buscado por todos lados, preguntado a conocidos y revisado los lugares que él solía frecuentar, pero nada. Finalmente, lo vio estacionado frente a un edificio, su auto reluciente como si no tuviera una sola preocupación en el mundo. Georgina decidió esperar y ver qué hacía.Para su sorpresa, una joven salió del edificio y se acercó a Diego. Desde la distancia, Georgina no podía oír mucho, pero las pocas palabras que alcanzó a captar hicieron que su sangre hirviera.—¿Recibiste el dinero que te deposité? —preguntó Diego a la chica, su tono era distante.—Nunca lo necesité —respondió con frialdad—. Ahora que puedo trabajar y ayudar a mi madre, menos.Georgina sintió un latigazo de celos. Algo en los ojos de la joven le resultaba familiar, y el pensamiento se hizo inevitable: "Debe ser su hija". Su mente se llenó de rabi