Capítulo: El Milagro de Alice Emanuel caminaba de un lado a otro en el pasillo del hospital, incapaz de quedarse quieto. Era la segunda vez que se encontraba en esta situación, estando al otro lado de la puerta mientras la mujer que amaba daba a luz a un hijo suyo . Cuando finalmente pudo entrar para entrar con ella y acompañarla ,ya había cambiado su ropa por la ropa estéril para entrar a la sala de parto .Nada fue como lo planearon ,su hija quiso nacer una semana antes .Su corazón latía con fuerza, y cada sonido que venía de la sala de partos lo hacía contener la respiración. Vero al romper la bolsa estaba sin líquido amniótico y el parto era inminente, porque había comenzado con la sensación de pujar sin dilatar totalmente. Verónica había empezado con 5 cm de dilatación y faltaba un poco . La partera y la ginecóloga la guiaban con calma, ayudándola a dilatar mientras Emanuel sostenía su mano, intentando transmitirle su fuerza. Pero cada vez que Verónica apretaba su mano con
Capítulo:Una charla inesperadaCarolina salió de la última clase de la mañana con la mochila al hombro, repasando mentalmente los apuntes para el próximo parcial. El aire fresco del campus era un alivio después de las horas en el aula. Mientras caminaba hacia el parque cercano, se encontró con el profesor Alberto, quien estaba sentado en una banca con un café en la mano y algunos papeles desordenados en su regazo.—¡Caro! —la saludó con una sonrisa amable—. Justo pensaba en vos. ¿Cómo va la universidad?Carolina se acercó, respondiendo con una sonrisa ligera.—Bien, profesor. Preparándome para los parciales. Y bueno, también lidiando con… la vida.Alberto rió suavemente, señalándole que tomara asiento a su lado.—Eso es lo que hacemos todos, ¿no? —comentó, dejando los papeles a un lado—. ¿Sabés? Hace unos días me encontré con Georgina en el parque.El nombre captó de inmediato la atención de Carolina, quien lo miró con curiosidad.—¿De verdad? ¿Y cómo estuvo eso? —preguntó, tratando d
Capítulo: El Fantasma del Pasado Alberto cerró suavemente la puerta de la habitación de Paula, donde la pequeña dormía profundamente, abrazando a su osito favorito. Se detuvo por un momento, observando su carita angelical. Tan parecida a ella… a la mujer que lo había traicionado y abandonado sin mirar atrás, dejándole una bebé de días en los brazos. El recuerdo de aquella noche aún lo perseguía. Había regresado del hospital, exhausto pero feliz por el nacimiento de su hija, solo para encontrarse con una nota sobre la mesa. Francis no quería ser madre. No quería esa vida. No estaba preparada, había dicho. Y con eso, lo había dejado solo para criar a Paula. Respiró hondo, apartando el pensamiento. No podía dejar que el pasado nublara el presente. Paula era su todo, y no necesitaba nada más. Pero algo dentro de él, algo que había empezado a despertar tras aquella salida con Georgina, lo hacía preguntarse si quizás estaba listo para abrirse de nuevo. A la mañana siguiente, Alberto sal
Alberto cerró la puerta con fuerza, sintiendo que su corazón seguía latiendo con furia. Francis había vuelto. Después de años, después de haber desaparecido sin rastro, después de haber abandonado a Paula como si fuera un error en su vida. Y ahora, tenía el descaro de aparecer reclamando derechos como madre.Se pasó una mano por el cabello, intentando calmarse. Esto no se iba a quedar así. Paula no necesitaba a Francis. No después de lo que había hecho.Se sentó en el sofá y exhaló con frustración. Recordó la última vez que la había visto antes de que desapareciera.Dos Años AtrásHabían llegado del hospital hacía solo unas horas . Paula era una recién nacida y Francis apenas la sostenía en brazos. No la miraba con ternura, no la acunaba con amor. No la quería.Paula lloraba en su cuna y ella la dejo llorar . Él, agotado pero tratando de mantenerse fuerte, la miró con seriedad.—Francis, es nuestra hija. Es un bebé. Necesita de nosotros.—Ella no dijo nada.Alberto sintió que algo se
Laura tenía un solo objetivo esa noche, conquistar a Matías. Había planeado cada detalle con precisión, sabiendo que esta sería su mejor oportunidad de acercarse a él sin el ruido de la oficina de por medio.—Hoy es el día —murmuró para sí misma mientras se miraba en el espejo de su habitación, asegurándose de que su look fuera impecable.Había elegido un restaurante acogedor, con luz tenue y un ambiente relajado, perfecto para una conversación tranquila. Nada de cenas multitudinarias o salidas con todo el grupo de la empresa. Solo ellos cuatro: Matías, Georgina, Alberto y ella. Geo , su amiga ahora y confidente, ya lo sabía: "Si todo va bien, me tiro al agua hoy", le había dicho con una carcajada.Matías era un misterio. Un hombre serio, reservado, inteligente… y completamente ajeno a las indirectas de Laura. Oh eso creía ella . No importaba cuántas veces intentara insinuarle que le gustaba, él siempre se mantenía neutral, educado, pero nunca daba el siguiente paso. Esta cena era su
Capítulo: La Decisión de GeorginaGeorgina nunca se había imaginado en esta situación. Sentada en la oficina de un abogado, discutiendo sobre su derecho absoluto sobre Eleonor, su hija. Pero después de la conversación con Alberto, sabía que era lo correcto.Las palabras de Alberto la habían dejado pensando. Él tenía razón. Francis había desaparecido por años y ahora volvía como si tuviera algún derecho sobre Paula. ¿Y si un día Diego hacía lo mismo con Eleonor? ¿Y si intentaba quitarle lo único bueno que tenía en la vida?—No podés confiar en alguien así ,son capaces de hacer cualquier cosa por dinero . —le había dicho Alberto la noche anterior, después de que Francis hiciera aquella escena en el parque—. Hoy no le interesa, pero mañana, cuando vea que estás bien, cuando sienta que puede sacar algo de vos, va a volver.Georgina sabía que tenía razón. Diego no había estado en su vida desde hacía años. No le importó si ella tenía qué comer, si tenía dónde dormir, antes de saber que esp
Capítulo: La Estrategia de IsmaelEl celular de Ismael vibró por enésima vez en la mesa. Miró la pantalla y suspiró. Carolina le había contestado el mensaje con una frialdad absoluta."Ok.""Dale.""Después vemos."Ni una carita, ni una palabra de más. Nada.Desde el nacimiento de Alice, Carolina y él habían mantenido una tregua silenciosa. Pero solo eso: una tregua. Sabían que el problema seguía ahí, esperando a explotar en cuanto se quedaran a solas.Alice ya estaba instalada en casa con Verónica y Emanuel, y Carolina se había quedado unos días ayudando a su madre. Eso le daba a Ismael la oportunidad de organizar su jugada final.Tenía un plan.Sabía que Carolina estaba con exámenes finales, que estaba agotada, pero cuando terminara, la iba a tener para él una semana entera. Sin excusas. Sin distracciones. Sin escapatoria.Ismael sonrió para sí mismo mientras revisaba su agenda. Había cancelado reuniones, había arreglado su trabajo con anticipación."No hay más demoras, Caro. Esta v
El restaurante estaba lleno de turistas y huéspedes del hotel, todos disfrutando de una tarde tranquila… hasta que Carolina e Ismael entraron.Nada más cruzar la puerta, una oleada de aplausos ltos recibió.—¡Viva el amor! —gritó alguien.—¡Bravo! ¡Se reconciliaron!—¡Así se hace, muchacho!Carolina sintió que su alma abandonaba su cuerpo. Su cara ardió de la vergüenza, mientras Ismael, con una sonrisa de oreja a oreja, se acomodaba el saco como si acabara de ganar un trofeo.—¡¿Pero qué es lo que está pasando?! —susurró Carolina, escondiéndose detrás de Ismael.—Mmm… supongo que vieron todo el espectáculo de hoy . —respondió él, disfrutando demasiado el momento.-¡Hay ,no! Son los mismos comenzamos ,que vergüenza ...¿Desde cuándo los turistas aplauden reconciliaciones?—Desde que un hombre tiene que secuestrar a su novia para que lo escuche. —bromeó Ismael, guiñándole un ojo.—¡Mael! Le dijo Clara como para que el tenga un poco de vergüenza,así le dijo la mujer con tanta confianza ,