—¿Por qué debería? —Responde un poco nerviosa —. Yo no soy la que esta…—calla sus palabras, puesto que sabía que no debía seguir hablando.—¿Qué? ¿Por qué no termina de decir lo que tiene atorado?Ella aplana los labios al tenerlo tan solo a un escalón de distancia, se veía tan grande e imponente ante ella que era tan baja de estatura.—Ese no es mi problema, como usted lo ha dicho —Hunter la mira a los ojos y ve en ellos más de lo que su boca dice.—Esta tan enojada como lo está mi hija, lo puedo ver en sus ojos.—El que lo esté o no, eso no debe importarle a usted. Mi opinión en esta casa no es imprescindible, y eso me ha quedado bastante claro. Pero no por ello dejare de decirle que debe darse cuenta de lo que está haciendo con su hija. Ahora son su permiso debo arreglar el cuarto de Jewel.Con los nervios carcomiendo el interior de su cuerpo, Abril pasa a un lado de su jefe. Sus piernas parecían de gelatina y seguía sin comprender porque razón se estaba sintiendo así. Era evidente
—¡¿Un viaje a la playa?! —Jhon le pregunta incrédulo a su hija—. ¿Cómo está eso de que harás un viaje para la playa con ese hombre, Abril? ¿En qué estás pensando?—¿Eso que significa, papá? —dice ella sacando una pequeña maleta debajo de su cama.—Te vas a una isla con tu jefe, ¿crees que eso está bien?—Papá, por favor, ¿Qué insinúas? Yo no me voy para esa isla con mi jefe a solas; yo voy en calidad de niñera, a cuidar de Jewel. No es un viaje de placer como estás pensando.—¿Eso crees?Abril se detiene para mirar la maleta y empieza a pensar en las palabras dichas por su padre. Él estaba pensando que su jefe tenía otras intenciones con ella, ¿Qué clase de intensiones podrían ser esas?Frunce el ceño puesto que no tiene idea, el señor Lanzoni fue explícito con ella, únicamente la necesitaba para cuida de Jewel no para nada más.—Papá, no entiendo porque me estás diciendo estas cosas. El señor Lanzoni me necesita para estar con Jewel, ¿Por qué dices cosas tan extrañas?El grado de in
Abril vio la vía por el que iban y frunce el ceño al visualizar la salida que señalaba el camino al aeropuerto. Sin embargo no pronuncia alguna palabra puesto que ella no sabe ni siquiera a donde se dirigían.Un par de minutos después ella visualiza el aeropuerto, los pálpitos de su corazón iban en aumento a medida que la edificación se mostraba cada vez más. Para ese entonces no soporto más.—Disculpe señor Lanzoni, pero, ¿A dónde vamos?—Tomaremos un avión para ir a la playa.Abril fija sus ojos al frente, nunca en vida se había subido a un avión. Y el saber que ese día lo haría la angustiaba, no estaba lista para abordar uno.Cuando bajan de la camioneta, Abril siente que Jewel toma su mano para apretársela.—¿Te da miedo volar? —la castaña la observa a la niña.—Nunca me he subido a un avión —susurra pensando que solo Jewel la escuchaba.Pero la verdad es que Hunter las estaba oyendo, y enterarse de que a ella le daba miedo volar conllevaba a un problema. Si hubiera estado enterad
—No, como cree, señor Lanzoni. —Abril me has dicho que no te bañaras en la playa por no tener bañador, vamos a ir de compras—la rubia le sonríe alegremente. —Realizare una llamada y luego salimos a comprar lo que quieran. Abril observa como su jefe se aleja con el móvil en la mano, estaba tan nerviosa. Ella no quería un traje de baño, ¿y si no encontraba uno que le quedará bien? ¿Cómo lidiaría con Jewel? Estaba en una posición incómoda. —Estoy segura de que encontraremos uno muy bonito para ti, yo lo buscaré para ti. —Jewel, no creo que sea buena idea que vayamos a por un bañador, yo me puedo quedar en la orilla viendo cómo te diviertes. —De eso nada, también tienes que probar el agua nunca te has metido en el mar. Así que vamos a cambiarnos. La niña jala su cuerpo hacia la recámara y un par de minutos después salen de la misma con otro vestuario. Justo a su salida, Hunter ingresa en la casa topándose con ellas en la sala. —Ya estamos listas, ¿nos podemos ir a la tienda? —preo
—Debería ir a preparar algo para beber.—Yo no quiero tomar nada, mejor quédate con nosotros para construir el castillo —Jewel le sonríe misteriosamente.Pero en ese momento Abril no despegaba sus ojos del rostro de su jefe, llevaba gafas, sin embargo era intimidante que él estuviera tan cerca. Y aún más llevando únicamente esos chores playeros que dejaban al descubierto todo su cuerpo.Cuando lo vio salir de la casa casi se muere de un infarto, creía que era demasiado para su frágil corazón. No espero que su jefe saliera de casa casi desnudo, era demasiado. No existía tanta confianza como para que ella se quedara tan cerca y menos usando un bañador.Se sentía avergonzada de estar expuesta y su jefe también.—¿Qué ocurre, Abril? —Jewel le pregunta, para luego sujetarla de la mano —. Ven, siéntate y ayúdame, a papá no se le da bien armar castillos de arena.La castaña regresa a sentarse al mismo tiempo que traga saliva, al menos su jefe ya no la estaba mirando, o bueno eso creía. Con e
Encerrado en el cuarto del baño Hunter entre abre un poco la puerta para lograr escuchar a su hija y la niñera conversar. Él cree que es buen momento para escabullirse hasta el cuarto, así que en un rápido movimiento se pasa a la habitación.El CEO suelta el aliento y piensa que si le hubieran asignado la casa que él había solicitado no estuviera pasando por nada de eso… un poco frustrado desenvuelve la toalla de su cintura para buscar algo de ropa.[…]—¿Quieres caminar por la playa después de comer? —Abril le pregunta a Jewel al ver que ya estaba por terminar de comer.—Sí, me gustaría. Pero me he dejado las zapatillas en la habitación.—Termina de comer que yo iré por ellas.La castaña se encamina hasta la habitación tranquilamente, abre la puerta y con la misma la cierra de golpe. Abril mantiene sujeto el pomo de la puerta al mismo tiempo que sus ojos no parpadeaban.Su corazón se detuvo en seco ante aquella visión, es que no podía creer lo que había visto en esa habitación. ¡Era
Al llegar a casa, Hunter baja del coche para sacar a su hija del mismo. Pero antes de poder hacer algo; Abril desciende del auto tropieza y casi cae al suelo, sin embargo los buenos reflejos de su jefe la sujetaron por la cintura manteniéndola agarrada.Ambos se miran fijamente en medio de la media oscuridad de la entrada de la casa.—¿Está bien?Era la primera vez que estaban así tan de cerca, y la verdad es que esa cercanía le estaba haciendo hervir la cara a la castaña. Aunque no estaba segura si esa reacción se debía a por las dos copas de vino que se bebió o por tener a su jefe tan cerca de su cuerpo.—Sí, estoy bien —contesta con la voz algo pastosa. En ese momento Hunter sonríe de medio lado al percibir que su niñera parecía un poco pasada de tragos.—¿Nunca has probado vino? —Abril pestañea un par de veces.—No, es la primera vez que lo pruebo—el rubio afina la mirada ante su respuesta, pero aún seguía sin soltarla.—Debió decírmelo, no la hubiera presionado para que bebiera u
—Yo no soy su esposa —Abril desmiente inmediatamente aquel disparate —. Simplemente soy la niñera de la hija del señor Lanzoni.—¿La niñera? —el joven repite —. Lo siento mucho, he creído que era su esposa.—¡No lo soy!El chico se sienta en la arena quedando a su lado mientras no le quita los ojos de encima, Abril se siente un poco inquieta por la presencia de ese muchacho. Sin embargo piensa que es normal su reacción puesto que ella nunca había tenido conversaciones con personas de su edad.—¿Vives en la casa del señor Lanzoni? Como esas niñeras que duermen en casa de sus jefes.—No, claro que no.—Te lo pregunto porque aquí he visto muchas de esas niñeras, bueno la mayoría llevan esa vida.—Yo vivo en mi casa.—Supongo que no vienes muy seguido a la isla, ¿verdad?—¡Así es! ¿Por qué lo preguntas?—Cuando te he visto me has parecido muy hermosa, no he hecho mención de nada puesto que pensé que eras la esposa del señor Lanzoni. Pero ahora que sé que no eres su esposa, he pensado que