—Oh, por Dios —llevo una mano a mi boca. No puedo creer que esto en verdad esté sucediendo ¡Es Adam Stone! ¡Estoy en la boda de Adam Stone! Es el vocalista de mi banda favorita, creo que he fantaseado con este momento más veces de las que puedo contar. Le he dicho a Nick lo mucho que deseaba verlos en un concierto o al menos conocerlos, esto supera por mucho mis expectativas, no me lo creo. —Sé que tienes una obsesión con Hidden, específicamente con el vocalista. Creí que te gustaría conocer a la feliz pareja y al resto de la banda —siento que me han arrebatado la respiración —¿Estás bien? —Es que tengo ganas de gritar —intento controlar la emoción que estoy sintiendo justo ahora. —Seguro que si te mantienes callada, nos dejarán quedarnos —bromea. Pasa su brazo detrás de mí y escuchamos a los que están dando unas palabras a los novios. Durante un buen rato escucho solo los mejores deseos, es increíble que todas estas personas tengan un buen concepto de quien es Juliette y todos
Carol Mientras nos dirigimos a la salida veo a Adam esperando a la novia y nos estamos acercando a él. ¿Y si no me veo bien? ¿El vestido será lindo? ¿Mi maquillaje le gustará? Creo que estoy a punto de colapsar, me va a dar algo ¡Me va a dar algo! —Adam, felicidades —le da un abrazo —el gran Adam Stone sentando cabeza, no creí que viviría para ver este día. —Nick, Nick, siempre esperas lo peor de mí. —El amor cambia a las personas. —Encontré a la indicada. —Te presento ella es Carol, mi novia —remarca, tal vez para que yo misma sea consciente de que estoy con él. —Un gusto, Carol —estira su mano. Está frente a mí, su mano está tan cerca de mí que creo que me han arrebatado la respiración, parece irreal que esté hablando con Adam Stone, quiero decir no cualquiera vive para contar algo como eso. —Carol —habla entre dientes y me golpea ligeramente con su codo. —Sí, hola —la acepto —un gusto. Adam se ríe cuando me suelta. —No te preocupes, causo ese efecto en las personas ¿Fa
Carol habíamos tomado el jet en Bridgen y por suerte no era tan largo el viaje de ahí a Steelney, nos sentíamos tan cansados que aprovechamos la oportunidad para dormir un poco, esperaba que al bajar del jet no nos recibieran con malas noticias, últimamente me estaba acostumbrando a ellas. No todo es miel sobre hojuelas tratándose de la MOH y hay que aceptarlo, o te deshaces de los problemas o ellos acabarán contigo. Cuando volví a abrir los ojos el jet ya había aterrizado, me acerqué para moverlo y que despertara. —Qué bueno que ya llegamos, es incómodo dormir sentado. —Vámonos, llorón —tomó mi mano encantado y bajamos. Por supuesto que Mark nos estaba esperando ahí y lo veía más relajado de costumbre, pocas veces se le ve a este hombre bajar la guardia, incluso me sorprendió que no acompañara a Nick, pero lo entiendo alguien tenía que quedarse a supervisar que el Golden no se quemara. —Bienvenida de nuevo, Carol. Te extrañamos. —Gracias, Mark, pero no me fui tanto tiempo. —
Centré desde ese momento toda mi atención a quién sea que fuese esa chica, me apresuré a subir las escaleras para llegar al casino, aun estando dentro me aseguré de mostrarme tranquila, como si no estuviera buscando a quién bien podría ser la chica que me quiere muerta. Llamada entrante: Mark —Dime que tienes buenas noticias. —Estoy también en el casino, no la veo, Carol, ¿estás segura que la viste? Me detuve a pensar por un momento, es cierto que muchas veces tengo lagunas mentales y olvido cosas que deberían ser importantes, pero no me estoy volviendo loca, ¿verdad? Sé lo que pasó, sé que vi a una mujer y nadie puede hacerme cambiar de opinión. —Mark, estoy convencida, tienes que encontrarla. —Buscaré en el piso de abajo, tal vez regresó ahí sin que nos diéramos cuenta. —Yo iré al cuarto rojo, cabe la posibilidad de que sea una mujer importante con membresía Black. —Ten mucho cuidado. —Lo tendré, descuida. Me aseguro de cruzar la puerta que ante los ojos de los demás no
Carol La chica que me aseguró que estaría aquí para antes del amanecer llegó a medio día, tuve que inventarle una excusa a Nick diciéndole que me sentía mal y que por eso no iría a trabajar al Golden por el día de hoy. Anoche ni siquiera noté a qué hora llegó y esta mañana, cuando abrí los ojos, él ya no se encontraba. Cuesta un poco de trabajo seguirle el ritmo en ocasiones, parece que cada paso que das a su lado te quema. —Lo siento —se disculpa como por décima vez—. Es que me entretuve con unas cosas, ayudé a Klaus con una pequeña investigación que estaba haciendo y pasé rápido a ver a Santi. —Descuida —le respondo del otro lado del baño—. Al menos llegaste, eso ya es bastante —añado entre risas. —Tomate tu tiempo, eh. No hay prisa. Lo cierto es que la urgencia de saber cuál es el resultado me tiene algo ansiosa, necesito hacer esto. —¿Cuánto se supone que tarda esto? —Unos minutos, descuida, no es para tanto. —Imagino que tienes experiencia, para mi buena suerte solo una
Carol Semanas. Ya han pasado varias semanas desde que la campaña comenzó y parece que cada vez las cosas se complican más, estoy cansada, estresada y Nick no ha estado de buen humor, las peleas han incrementado y todo por tonterías; esta campaña ha sacado lo peor de todos nosotros. El único momento donde me he sentido más relajada es cuando estoy con Ximena, admito que no todo es bueno, sigue con el medicamento que le recetaron, pero hay días en donde no se siente nada bien, su humor cambia, hay efectos secundarios que la mantienen más alterada, pero seguimos lidiando con ello, me alegra que sepa que no está sola, por lo general, aquello que no puede hablar con Klaus, lo habla conmigo y así se van nuestras tardes entre quejas y consuelos porque hay tanto que queremos sacar y tan poco tiempo para hacerlo. Sé que esto debe ser difícil para ambas, si yo estoy cansada por todo lo que está haciendo Nick, Ximena lo debe estar el doble ya que Klaus termina haciendo el trabajo sucio mientr
Carol Me alejo de ahí tratando que mis pensamientos me dejen en paz un rato, pero claro, no le caigo muy bien al universo, así que las dos personas que podrían volverme loca están caminando juntos y van directo hacía mí. Siento que se me revuelve el estómago al ver que Catalina viene caminando al lado de Nick ¿Qué rayos hace aquí? No es todo lo que me sorprende, detrás de ellos vienen policías y a juzgar por el traje no son de la comisaria de Steelney. Muchas veces resulta que yo termino siendo la responsable de muchos problemas solo espero que esta vez no sea el caso porque siendo sinceros no recuerdo nada. —Cariño —se pone a mi lado manteniendo una expresión seria. Me ha llamado «Cariño» otra vez, y me siento tan tonta por emocionarme por un gesto que se nota a kilómetros de distancia que es fingido, lo entiendo, hay que mantener las apariencias mientras estemos en el Golden, siempre la fachada de pareja perfecta y feliz. —Carol, justo la persona que estaba buscando —Catalina
CarolEs como si hubiera visto un fantasma, incluso parece que se ha quedado sin palabras, pero luego regresa a la fachada de chica segura de sí misma haciendo de cuenta que no le importa que haya descubierto su juego.—Nick te envía seguramente a ver si llegué con bien, ¿cierto, Carol? ¿Quiere que regrese con él? No me sorprendería, en la cama siempre fuimos buenos, debe querer satisfacer sus necesidades —me mira de pies a cabeza—. Ya que, por lo visto, tú no llenas mis zapatos.—Que interesante que lo menciones, Nick nunca se acostó contigo, debiste causar una mala impresión, querida. Entiendo porque me eligió a mí en vez de a ti, hay una clara diferencia entre nosotras y es que yo soy mejor.—¿Qué haces aquí?—A diferencia de ti yo no amenazo en vano ¿Quién es Julio?—¿Me seguiste?—Eso me parece obvio, habla —exijo.—¿Por qué debería hacerlo?Saqué el arma y apunté, la supuesta seguridad que había mantenido hasta ahora se esfumó en cuestión de segundos, ya va siendo hora de que de