CarolTrabajo y más trabajo, ¿quién diría que unas horas en la cárcel y esto se saldría de control?Me siento a un lado de Xime y ambas tenemos el portátil en las piernas, debemos seguir enviando mensajes y haciendo llamadas porque hay que arreglar todo lo que se salió de control en nuestra ausencia.—Es la última vez que vas a prisión, ¿me escuchaste? Este lugar se ha vuelto una locura y solo porque ustedes no están.—¿Ya te hartaste de poner a todos al tanto de lo que pasa?—¡Por supuesto, Carol! Por mucho que el resto de integrantes lo hubiera intentado, no sabían cómo llevar este club y nuestros acuerdos de manera correcta.Sí, me imagino que todos debieron volverse locos tratando de imitar a mi prometido, lo cierto es que no sé cómo es que él logra que todo parezca sencillo.—Creo que eso es algo que solo Nick podría hacer.—Y tú —agrega—. Dicen que detrás de un hombre poderoso hay una mujer letal.—Haré de cuenta que eso es un cumplido.Después de horas que se me han hecho más l
CarolQuisiera quedarme así por siempre. Disfrutar la tranquilidad que solo estando a su lado puedo tener, me he llegado a preguntar qué hubiera pasado si el destino de Nick y el mío fuera diferente, si nunca hubiera sido parte de la mafia, si mis padres no hubieran muerto. ¿En algún momento nos habríamos encontrado?Muchas preguntas jamás tendrán respuesta y eso no es malo.¿Tú también estás sentimental?Un poco, debe ser por la boda.—Te noto tensa, no quisiste cenar y eso es raro.—Estoy ansiosa ¿Sabías que mañana nos casamos?—¿Qué? —finge sorpresa —¿La boda es mañana? Nadie me lo había dicho—Sorprendente ¿Verdad? Ni siquiera sé qué ponerme.Me rio un poco ante el comentario.—Sé que cualquier cosa que te pongas te quedará perfecta, podrías irte con la pijama que tienes justo ahora y seguiría pensando que quiero casarme contigo.—Me vería horrible.—Tu siempre te ves perfecta —aclara un poco su garganta.Nos sumergimos por breves instantes en un silencio que no resulta incómodo p
CarolCreí que sería algo que nos tomaría un par de minutos, pero tardamos más de lo que esperaba, Margaret se está encargando de dejarme en perfecto estado antes de irme, no sé si solo sea yo, si engordé en cuestión de horas, si son los nervios o de pronto el vestido se ha hecho más chico.—Carol respira un poco y trata de relajarte —me mira divertida.—Hago un gran esfuerzo por mantener tranquila, pero es que no puedo.—Descuida que ya solo faltan unos detalles con el velo y estarás lista.Lista para casarme.Para unirme a la mafia.Para ser tan despiadada como ellos.Para mancharme las manos cada vez que sea necesario.—Carol —Margaret me sujeta de los hombros—. Todo va a estar bien, tranquila.Asiento aferrándome a esas palabras.—Yo me voy —habla mi amiga revisando su celular—. Diego llegó por mí, te veré en la iglesia, sé puntual.—Es mi boda ¿En serio crees que llegaría tarde?—La dejas en buenas manos, Ximena, no te preocupes.—Bien, me aseguraré de que todo esté bien para cua
NickHoras antes. Siento que incluso me están sudando las manos no puedo creer que me casaré, nunca nada me había emocionado y aterrado tanto al mismo tiempo.La mejor parte es que la persona que caminará hacia mí en el altar es Carol ¿Qué podría ser mejor que eso? Sin embargo, aunque debería estar con Margaret probándome un traje increíble y elegante, estoy aquí en el edificio de la MOH revisando el desastre que ha dejado Gregor.—No soy un hombre muy sentimental —confiesa—, pero ¿no crees que deberías preocuparte por esto otro día, Nick?—El idiota de Gregor se encargó de arruinar todo el orden que teníamos, mi trabajo es arreglar eso, ahora dime si tengo que hacer algo más, te recuerdo que me caso en unas horas.—No te va a gustar, desde ya te lo digo.Diego se encargó de ponerme al tanto, y es un milagro que aún no me haya encontrado a Gregor, seguro está aquí, pero mientras menos lo vea mucho mejor para mí.Tal parece que lo peor ya ha pasado, he restaurado el orden, para variar
NickMe queda poco tiempo, así que me levanto y me pongo el traje que me han traído esta mañana, regalo de Margaret, la verdad es que es un buen modelo y claro, de los más costosos, me quedo frente al espejo acomodando la corbata.—Estás listo —me digo a mi mismo mientras veo mi reflejo—. Lo harás bien, no tienes que repetir los mismos patrones de tu padre. Tú harás las cosas mejor —intento convencerme de eso—. Tu matrimonio funcionará.Si empezaré una vida con Carol será mejor aclarar muchas cosas cuando tengamos un tiempo a solas, hay cosas que confesar, verdades que he tratado de ocultar para protegerla, sé la clase de hombre que soy, sé que hay cosas que hago que no están bien y el noventa por ciento de mis decisiones son moralmente cuestionables, no soy un santo siempre lo he dejado en claro, pero al menos sé actuar como uno.No importa todo lo malo que haya hecho antes o incluso lo que haré después, todo lo que siempre he querido ha sido proteger a Carol, me he encargado hasta e
NickCuando vuelvo a abrir los ojos me encuentro en un lugar que no conozco, hace demasiado frío y me siento mareado. Intento moverme, pero algo me detiene, estoy atado a una especie de poste y para mejorar las cosas, dentro de una caja de cristal o algún otro tipo de material.—Buenos días, bello durmiente —habla Gregor sin mucho ánimo y me giro a verlo—. Tardaste un poco en despertar.Está en las mismas condiciones que yo, en otra caja a un lado de mí, frente a nosotros hay un panel, alguien debe controlar lo que pase dentro de este lugar, a nuestro alrededor todo parece vacío.Que detalle, Maximiliano tuvo la delicadeza de darnos un lugar solo a nosotros.—¿Acogedor verdad?Todavía me cuesta un poco acoplarme a la luz, sigo sintiéndome mareado y miro a la ventana amplía frente a nosotros, está nevando… Un segundo, en Steelney no cae nieve.—Ya lo notaste.No puedo creer que en serio estoy aquí.—No estamos en Steelney —miro a mi alrededor, la clase de ropa que está sobre las sillas
NickEs justo lo que está haciendo ahora, quiere que me centre en Carol, en lo que pasamos juntos, así olvidaré un momento que estoy aquí metido por culpa de él y de Maximiliano.Por patético que parezca, puedo ver la esperanza en el rostro de Gregor, como si hubiéramos regresado en el tiempo y somos esos mismos chicos que jugaban y platicaban juntos, esos amigos que se apoyaban sin importar las circunstancias. No me afecta contarle esta anécdota, y como Gregor dijo, tampoco tiene algo que perder, aunque si este es un intento de redención, no le funcionará.—A Sharon le cae mal Carol desde que la conoció, en aquel entonces mi novia todavía no era tan conocida —sonrío de solo recordarlo—. No imaginas lo que hizo para asustar a Sharon.Se voltea a verme como si no se creyera que en verdad esté hablando con él, por un instante se queda sorprendido, pero cambia el semblante de inmediato y sigue con la conversación ayudándome a no pensar tanto en lo que pasa.—Por favor dime que la avergo
CarolYa han pasado varias semanas, siento como si todo este tiempo hubiera estado muerta en vida.Tocan la puerta, puedo imaginar quién es, desde que Nick desapareció parece que el edificio de la MOH se ha convertido en mi nuevo hogar.—Pase —le indico, cansada, arreglando un poco el escritorio.—Hola, Carol.Es Daniel, últimamente nuestra confianza ha crecido, saca una bola transparente que me permite ver el contenido. Es una bala, no entiendo cómo nos ayuda esto, seguro Nick intentó defenderse.—Es de un proveedor distinguido, investigamos al chico que las vende, adivina qué nos dijo.—Soy toda oídos.—Es distribuidor, pero solo va para hacer encargos a la mafia italiana, y a la mafia rusa.Parece que algo está haciendo click dentro de mi cerebro, los últimos meses resumidos a una velocidad impresionante.—Maximiliano Novikov, ese maldito es el responsable.—Tardaremos un día en llegar a Moscú, pero es entrar en terreno peligroso, Maximiliano sabrá que estamos ahí, acabará con noso