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Capítulo 3. El viaje, Barcelona y ella. *Marco*.

Los días en Nápoles eran calurosos, era abril y el sol en el sur pegaba con una fuerza brutal. En Italia siempre se dice que los hombres del sur son intensos y conflictivos,  que no dan buena vida a las mujeres, que no las respetan. Pero mi madre siempre me decía que cuando un italiano del sur se enamora de verdad hace todo por una mujer. 

Supongo que yo nunca sabría eso porque en mi familia existía esa maldición que se instauró hacía años, y que decían que nos incapacitaba para amar . Supé que ocurrió hacía mucho tiempo por un conflicto familiar, pero entre los míos nunca se hablaba de ello y yo ni siquiera preguntaba, para ser sincero no me interesaba. Aunque cuando mis hermanos contrajeron matrimonio con sus hermosas esposas y continuaron viendo a escondidas a otras mujeres empecé a pensar que quizás aquella historia era cierta y no podíamos enamorarnos nunca. 

-No puedo dejar mis estudios,  estoy a punto de terminar el último año y tengo las entregas de los trabajos más importantes. 

-No te preocupes por eso, he hablado con el decano y ha traslado tu expediente a la universidad central de Barcelona .

-¿ Solamente por tres meses ?

Tener poder y dinero me otorgaba beneficios y oportunidades, a cualquier otro estudiante le hubiesen denegado eso, a otro que no llevase mi apellido.

-Pero yo...

-Marco, solamente será un tiempo para consigas lo que te pido . Viaja,  conoce España, disfruta de Barcelona por un tiempo, será tu último período como hombre joven soltero,  tómatelo como unas vacaciones.

-No son ningunas vacaciones.

-Además , las españolas son muy guapas, y allí nadie estará observándote .

-Sí eso es lo único bueno que no tendré cientos de ojos pegados a mi nuca todos los días.

-Marco es por tu familia, un favor que te pido que me hagas antes de casarte. Así podrás pasar a ser el principal jefe de las empresas de nuestra familia. Te cederá principalmente a ti el poder. Llegarás a tiempo para tu graduación y en un mes vendrás de visita para pedir la mano de Bryony.

-¿Qué es exactamente lo que debo hacer ?

-Convencerla de que nos ceda su casa por el precio establecido .

-Nadie vendería esa villa de Sorrento por ese cantidad de dinero.

-Ella sí, siempre fue una deshonra para su familia,  una vergüenza de hija, dicen que se fue a España sin mirar atrás.

Mi padre hablaba de una prima lejana que yo solo había visto un par de veces cuando era pequeño, tendría quince años y ella apenas trece.

La recordaba como una niña de piel morena y pelo negro, y no era completamente italiana, era mezclada. Su padre era italiano y su madre de RD. Recordaba a su madre, era muy bella y a la mía no le gustaba, su italiano no era demasiado bueno pero su marido hablaba español normalmente con ella.

Él había muerto repentinamente de un infarto y había dejado su herencia , que incluía una preciosa y enorme villa en Sorrento a su hija. El problema era que esta llevaba fuera del país desde los dieciséis años, residiendo en España.

- ¿Tú sabes español no ?

- Sí aunque supongo que mi acento es demasiado obvio. ¿ De verdad es necesario que vaya allí?

-Hijo esa casa nos interesa, comprársela cuanto antes por un precio muy bajo y alquilarla a extranjeros o incluso venderla por quince veces más de lo que le demos es un buen negocio.

Ya teníamos muchísimas propiedades, pero mi padre parecía obsesionado por esa casa, era demasiado ambicioso.

-No creo que sea tan estúpida de aceptar un precio bajo por un lugar allí.

-Aceptará lo que sea, esa niña fue una deshonra para su familia, solamente les dio problemas, iba tan mal academicamente que la enviaron a España para que estudiase allí siendo menor de edad.

- ¿ Y luego no volvió?

- No, ... nunca quiso volver a Italia,  a penas ha tenido contacto con sus padres en todo este tiempo. Creo que solo con su madre, de vez en cuando.

- ¿ Y sobre la herencia ?

- Su padre se lo dejo todo a su hija , su madre tiene otras dos propiedades, un apartamento en Sorrento y una casa grande en su país donde veraneaban.

-Si dices que será tan fácil me quedo más tranquilo,  quizás en unos días podré estar de vuelta.

-Estudia filología hispánica en la misma universidad que irás tú este trimestre.

-¿En la misma ?

Me parecía alucinante que mi padre se hubiese tomado tantas molestias,  ahora tendría que ver a aquella chica que ni siquiera conocía de nada todos los jodidos días que estuviese en España.

-¿Sabrás donde vive también no?

-No. Pero sobornaré al rector de allí para que me lo diga.

- Papá España no es Italia.

-El dinero compra a cualquiera en cualquier parte del mundo.

-¿Si consigo que nos venda la casa rápido podré volver a Nápoles ?

-Por supuesto que podrás volver, tú solo trae lo que necesitamos y ya está.

-¿Cuándo debo irme?

-Tu vuelo a Barcelona sale mañana a primera hora, puedes hacer ya las maletas.

No sabía que aquel viaje cambiaría mi vida en todos los sentidos , en aquel momento solo pensé en solucionar aquel encargo de mi padre cuanto antes.  Y no era en absoluto por mi futura esposa, yo aparte de deseo y atracción,  no sentía nada por ella. Era simplemente porque no quería perder la comodidad que tenía en Nápoles, una vida buena con todo lo que deseaba, aunque nunca había conocido nada diferente que no fuese lujo, superficialidad y falsas apariencias.

Así que al día siguiente temprano cogí aquel vuelo dispuesto a darle a mi padre lo que quería, como siempre había hecho desde pequeño, porque me habían criado así para obedecer, seguir sus pasos y acontentarlo. 

Cuando llegué a Barcelona, fui directamente hacia la universidad donde estudiaría y me encontré en medio de cientos de estudiantes que iban corriendo de un lado a otro. Después de aquello directamente alquilé una habitación justo donde ella, ya que mi padre consiguió la dirección y pagó a un estudiante que había llegado hacía poco para que se fuera a otro sitio. Seguramente le dio dinero para bastantes meses, porque parecía que en Barcelona era complicado conseguir pido. 

Antes de ir a buscarla a la cafetería donde ya sabía que trabaja, pasé por secretaría e hice los papeles que requerían también avisando así de mi llegada al campus universitario. Era un día de sol y vi bastantes chicas guapas que me miraban y cuchicheaban entre ellas, así que enseguida pensé que no estaría mal estar un tiempo corto estar allí. 

-Entonces estarás un mes o dos...

-Sí, periodo flexible. 

-Sí, ya nos llamó el decano de tu universidad de Nápoles. Está todo solucionado Marco, todo en trámite para que realices tu curso.

La secretaria de mediana edad me tendió el carnet de estudiante.

-Pues bienvenido a Barcelona, que disfrutes de la universidad y la ciudad... verás es algo caótica. 

-Estoy acostumbrado al caos. 

Dije sonriendo refiriéndome a mi vida en Nápoles, una de las ciudades mas frenéticas, locas y caóticas que alguien podía encontrar.

Ella me sonrió y me guiñó un ojo y al levantarme me sentí bastante observado . 

Cuando llegué a la habitación que me recibió parecía simpático,  quizás demasiado, no estaba acostumbrado a ese gran buen humor y positivismo.

-Hola, soy Óscar.  -dijo teniéndome una mano rápida. -¿Te gusta Barcelona o que ?

-Por ahora solo he visto el aeropuerto y el campus...

-Bueno ya te la enseñaré cuando tengamos los dos un rato o día libre. 

Dijo bastante amigable y pensé que sería muy fácil llevarme bien con él, su apariencia era la de un chico tranquilo y agradable.

Nos dirigimos por un corto pasillo y aparecimos en salón pequeño lleno de muebles de madera, había un gran ventana que daba a un pequeño balcón que parecía un poco oxidado con florecitas que estaban plantadas en macetas de colores.

-Este es el salón y allí la cocina, hay cafetera dolce gusto y expresso- dijo guiándome un ojo aunque yo no entendí la indirecta. Pronto descubriría que los italianos para los españoles eran gente alegre, sexy y que cocinaban pasta y pizza cada día.  Ah que también bebían café una y otra vez. La verdad es que no se equivocaban demasiado. 

La cocina estaba abierta al salón y como máximo cabrían dos personas , alrededor habían cuatro puertas, este es lavabo dijo diciéndose a unos metros , yo aparqué mi maleta al lado del sofá y lo seguí,  era un pequeño baño blanco con ventana que daba a la calle, y una pequeña ducha,  ¿Ni si quiera bañera?

-Y ahora te enseñaré tu habitación. 

Esperaba con todas mis fuerzas que fuese mejor que lo que acababa de ver , el lugar no estaba mal, acogedor... ¿ Pero tres personas viviríamos allí? Yo estaba acostumbrado a enormes casas de lujo, con habitaciones que quedaban abandonadas en la casa solo para ser limpiadas por el servicio .

-Tu tienes la mejor habitación,  es normal, es cara, fue una suerte que aparecieras, siempre nos cuesta alquilarla a Elisabeth y a mi.

Por fin había pronunciado su nombre y decidí aprovechar el tirón. 

-Hace mucho que vivis aquí. 

-Hace como tres años y medio , cuando empezamos la universidad, nos conocimos en el campus y decidimos irnos a vivir juntos enseguida. 

Óscar era un chico guapo, moreno delgado y bien vestido, y pensé que serían pareja.

-La conocerás esta noche, ella trabaja en una cafetería cerca de la playa, come allí y luego va a la universidad en horario de tarde. Yo voy por la mañana. De lunes a jueves solo la verás por las noches...

Ya sabía su horario,  es más después de instalarme pensaba ir a visitarla .

-Bueno, esta es tu habitación, ¿Qué te parece? ¿ Está genial verdad ?

Era una habitación de las más pequeñas que hubiese tenido en mi casa principal y pensé en el acto como serian la de ellos para que Oscar me hubiese dicho que era la mejor.

-Cama doble, armario empotrado y hasta balcón con vistas.

No estaba mal, aunque si con vistas se refería al edificio de enfrente y a la parte izquierda poder ver un poco de la ciudad y el caótico tráfico. 

-Sí, fantástica- dije disimulando .

Después de instalarme rápidamente me dirigí a la dirección que me facilito mi padre, tarde en llegar con el metro unos veinte minutos.  Era una pequeña cafetería a unas calles del mar. Me situe en la parte de enfrente porque sabía que estaría a punto de salir. Pero en ese momento una chica de pelo castaño y piel clara salió rapida del lugar .

-Recuerda que el jueves nos vemos allí.  -dijo hacia alguien que seguía dentro . 

Pense que podía ser ella, ya que la única foto que me habían facilitado era la de una niña de unos once años morena con pelo largo recogido en una coleta. No había nada más. 

-¿Elisabeth? 

-¿Quién eres? - dijo mirándome extrañada .

-¿Eres tú? 

-No, ella saldrá en unos minutos, le toca cerrar este medio día. 

-Oh, soy solo un familiar de Italia . 

Ella no contestó y se alejo extrañada.

-Saldrá enseguida -dijo bastante antipática mientras se alejaba, no era normal que las mujeres se relacionasen así conmigo. 

Después de varios minutos, una chica de pelo muy largo negro salió del pequeño lugar, iba con unas vaqueros ajustados que marcaban su figura y una camiseta corta blanca que resaltaba su piel bronceada. No podía negar que me llamó la atención  y no la imaginaba así. 

Mientras cerraba el local, me acerqué por detrás y pronuncié su nombre. Ella se quedó algo congelada, como asustada. Luego se giró y sus ojos de miel miraron los míos azules sin comprender nada .

-¿Quién eres?

-Soy Marco de Luca.

-¿Quién?

-Vengo de Nápoles, de los Luca Fiore, somos familia lejana.

Ella se quedó callada y extranamente impactada como si no hubiese esperado jamás aquella visita mia.

-Yo no tengo familia en Italia.

Dijo sin mas de manera muy fria y distante.

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