Capítulo 5. Ayuda y ... ¿Tregüa?. *Marco*.

Levantarme al día siguiente a primera hora para ir a la universidad a una clase a las ocho de la mañana y encontré a Elisabeth de frente mía dispuesta meterse al baño a toda velocidad y con una mirada de perdonarme la vida no era lo que esperaba en mi segundo día en España.

_¿Te importa? _dijo claramente con odio. _Algunos trabajamos y no llegaré tarde por ti.

_Yo voy a la universidad, no de turismo... _ dije sarcástico y ella cerro la puerta en mi cara.

Lo único que tenía que admitir era que no era desagradable verla por las mañanas con su color bronceado, camisones cortos, que parecía tenerlos en varios colores y con su melena larga negra hasta el final de la espalda. Todo lo que tenía de guapa lo tenía de mala leche. No podía entender porque siendo familia podía carle tan mal, si ni siquiera había querido hablar conmigo o darme una oportunidad. 

_No se lo tengas en cuenta... de lunes a jueves a veces está bastante alterada _ me dijo Oscar al pasar por mi lado con un café caliente.

_Contigo no parece ser así.

Él ignoró mi respuesta y se dirigió de nuevo hacia su habitación.

Lara, la chica que había conocido el día anterior no vivía demasiado lejos, solo a unas cuantas calles, y se había ofrecido para venir a buscarme, realmente yo necesitaba una amiga, o quien sabía quizás algo más para estar distraido.

Al bajar, la vi parada a unos metros mirando su teléfono móvil, con unos pantalones vaqueros rotos, un top y una chaqueta fina blanca. 

_¿Qué tal tu primera noche aquí?

_Aburrida supongo...

_Te he metido en el grupo de fiestas de los jueves, esta semana hay una, deberías venir, nos reuniremos enfrente de la playa principal en un chiringuito. Las noches ya no son tan frescas.

_Sí estaría bien _ dije sonrirente.

Los días siguientes conocí a bastantes compañeros de mi clase, a los que enseguida caí bien, como solía pasar allí donde iba, y todo lo contrario a lo que me había ocurrido con Elisabeth, que apenas pasaba por casa y parecía un fantasma que solo entraba a su habitación para dormir a las tantas de la noche.

Las clases con Lara no estaban mal y me seguía a todas partes, me incluí en su grupito de amigos en el que estaba Óscar también, del que acabé entiendo rápidamente su positivismo positivo. También estaba otro chico más llamado David y otro que era Nel un poco más friki, que siempre iba con un skate y sudaderas otaku. Después me enteré que Elisabeth también era parte de aquel círculo y eso la verdad no me gustó , el jueves me presenté en la playa y enseguida Laura se me acercó.

No sabía si vendrías, como no has contestado a mis mensajes ...

- Estaba en el metro por eso ...

-Oh, era por si querías que pasase a por ti.

¿Controladora? Pensé de repente en mi cabeza, esperaba que no fuera una de esas mujeres que se meten un día en tu cama y luego quieren atraparte. Además, ni siquiera se había metido aún pero estaba claro que quería tener algo conmigo, ya que la tenía detrás en todo momento, y por una parte estaba bien pero por otro lado empezaba a sentirme por instantes demasiado agoviado.

-El resto están ahí. 

El lado de la playa en el que se habían puesto estaba repleto de estudiantes , nos introdujimos entre la gente y llegamos a un pequeño círculo que estaba cerca de la orilla . Allí estabas todos y me sentí tranquila de no verla a ella. Aunque aquellos no duró demasiado.

_¿No sabíamos que venías acompañada?_dijo Óscar. En ese momento vi a Elisabeth vestida con unos pantalones jeans ajustados y un jersey blanco fino que resaltaba su color broceando y su pelo oscuro. 

Nuestras miradas se encontraron y nos miramos por un momento con algo de vergüenza.

_Óscar no me dijiste que lo habías invitado.

_ Es que no lo ha invitado él, he sido yo... _ dijo la voz de Lara que apareció detrás mía._ Pero de todas formas podrías haberlo invitado tú ya que ahora vivis juntos, sois compañeros de piso.

_La verdad es que somos más que eso ...._ dije para molestar a Elisabeth y ella me miró desafiante mientras Lara levantaba una ceja, supongo que algo nerviosa pudiendo pensar que habíamos tenido algo más allá de una amistad o compañerismo.

_Somos familia lejana.

_¿Enserio? _ dijo Lara y los demás también nos observaron, incluso el chico que venía con ella al que yo no le había prestado la mínima atención hasta aquel momento y que era alto, delgada, con los brazos llenos de tatuajes y con una apariencia de chico malo de barrio.

_Sí, primos lejanos.

_Bueno, más o menos _ dijo ella cortando la conversación, y supongo que refiriéndose a lo que me había dicho de que quien creía que era su padre realmente no lo era._¿Empezamos a beber o que?

Todos parecían conocer a aquel chico cuyo nombre era Marc y que ni siquiera se me presentó.

Había una pequeña nevera sobre la arena con decenas de cervezas heladas, todos comenzaron a coger y Lara me pasó una.

_Gracias...

_¿Te está gustando la ciudad?

_No he visto demasiado estos primeros días, solo el piso donde vivo y el campus universitario. Podemos quedar este finde semana si quieres, yo suelo irme a mi verdadera ciudad con el tren, de viernes a domingo, porque los viernes no tengo clases, pero podría quedarte y enseñarte lBarcelona.

_¿Cuál es tu verdadera ciudad?

_Alicante.

_Oh.

_ ¿Entonces quieres que te la enseñe ? _dijo lanzandome una mirada de complicidad. Yo sonreí siguiendo la corriente, aquella noche no iba negar que me apetecía pasarmelo bien.

_Claro ¿Por qué no?

_Entonces me quedaré por ti este fin de semana. No suelo hhacer eso, tendrás que pagarme de alguna manera _ dijo bastante insinuante.

_¿Y cómo quieres que te pague ? _ dije mirándola directamente a sus ojos verdes.

_Ya pensaré en ello.

_Piénsalo y me lo dices. Házmelo saber... _ y ella se sonrojo un poco.

Ambos nos reimos y luego la curiosidad puso conmigo y le pregunté por ella.

_Ese chico es el novio de Elisabeth.

_Algo así, lo ha traido a otras fiestas un par de veces más, trabajan juntos, él va a veces a la cafetería donde trabaja pero solo los fines de semana a echar una mano, como ella trabaja de lunes a jueves a penas coincide.

_¿Y cómo es que coinciden?

_Porque ella a veces hace horas extra, esta ahorrando para algo o eso tengo entendido...

_¿No sois amigas?

_Sí, pero tampoco hablamos tanto, ella está bastante ocupada y a mi me gusta salir más. Pasa más tiempo con óscar.

_Y su medio novio no se pne celoso.

_Marco... Óscar es gay.

Yo me quedé algo parado porque de donde yo venía la gente no era tan abierta, y España me parecía un país más vanzado al nuestro.

Después de beber varias cervezas más, comecé a pasarmelo bastante bien, me divertía y deje de controlar el tiempo. La música del chiringuito algo alejado de nosotros estaba más alta y Lara y yo acabamos sentados cerca de la orilla. Ambos hablabamos y nos reimos y sin darme cuenta tras unos segundos ella se me echo encima y me besó, sus labios eran suaves y olía bien, no tardó mucho en sentarse encima de mí y meter sus manos por debajo de camisa. Y luego ir directa a la bragueta de mi pantalón.

_Hay gente a unos metros.

_Podemos ir lejos si quieres...

Yo sonreí, nos levantamos, ella cogió mi mano y me guió durante varios minutos a la parte rocosa de la playa, que estaba bastante alejada. Me había entretenido con Lara y no me había dado cuenta de que hacía tiempo que no escuchaba la voz de Elisabeth.

Acabamos en aquella parte donde no había nadie o eso pensaba y que estaba mucho más oscura, porque no había ningún tipo de iluminación artificial, solo la luz de luna que aquella noche era llena.

Lara se me lanzó practicamente encima, estaba claro que le gustaba bastante y que quería darlo todo aquella noche, yo tenía las manos en su cintura y ella estaba ya desabrochando el cinturón de mis pantalones, mientras nos estabamos besando. 

Entonces fue cuando escuché su voz, era un sonido no muy lejano a nosotros, ahogado y que repetía un no y un para, una y otra vez, y entonces me giré y los vi a lo lejos, a aquel supuesto medio novio, encima de ella en la arena y a ella intentando quitarselo de encima sin exito.

_Pero que... _ dije desviando mi atención hacia ellos.

_Dejalos, estarán discutiendo solamente _ dijo Lara mientras intentaba volver a besarme. 

Pero yo me aparté de ella y no pude evitar moverme rápido hacia aquella situación mientras la sangre cada segundo que pasaba se me alteraba más.

_Oye cretino, ¿No la estás escuchando?

All acercarme un poco vi como ella consiguió quitarselo de encima y él se levanto enfadado.

_¿Y tu por qué te metes?

_¿Sabes lo que significa cuando una señorita te dice un no? _ dije poniendome justo enfrente dispuesto a partirle los dientes. 

Él parecía dispuesto a empezar una pelea, pero al contemplarme enfrente de él y ver que era mucho más fuerte y le paso varios centimetros, supongo que se lo pensó dos veces.

_Me largó de aquí _ dijo pasando por mi lado y dándome un pequeño golpe con su hombro. 

Al alejarse un metro escuché como murmuraba un "Italiano de m****a" . Observé a Elisabeth en el suelo, con la cremallera del pantalón medio abierta y el jersey medio subida y el pelo alboratado. Tenía lágrimas en los ojos y tuve que aguantar la impotencia para no girarme y partirle la cara a aquel cobrase.

Ella me miró avergonzada y yo le tendí la mano.

_Te ayudaré a levantarme. 

Elisabeth dudó varios segundos y después cogió mi mano y de un impulso la levanté justo hasta mí. Viendola así tan cerca, no podía negar que era preciosa, sin pensarmelo dos veces bajé sin poder contenerme su jersey y acaricié luego su pelo. Ella no dijo nada, luego nos miramos y escuché a Lara como me llamaba desde unos metros.

_¿Estás bien? _ dije nervioso, el corazón me iba a mil por hora, y no era solo por la situación, si no por haberme perdido en sus ojos por unos instantes fugaces por primera vez.

_Llévame a casa por favor.

A Lara no le sentó bien que me fuese tan pronto, sabía que deseaba otro tipo de final para aquella fiesta, pero supongo que disimuló porque ya sabía que Elisabeth y yo eramos familiares lejanos. Yo llamé a un taxi para ir más rápido, ni siquiera volvimos donde estaban los demás, supongo que Lara contaría lo sucedido. Ella no habó de camino casa, estaba desorientada, seguramente había bebido demasiado, no podía parar de pensar que hubiese sucedido si yo no hubiese llegado a aquella parte de la playa con Lara.

Al llegar, Elisabeth se había dormido en el taxi, pagué y la desperté y la guié hasta su habitación.

_¿Podemos ser ahora amigos? _ me preguntó claramente borracha, pero pensé que solo lo había dicho porque llevaba bastante alchol en sangre.

_Métete en la cama y hablemos mañana, necesitas descansar.

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