El sol entró por la enorme ventana haciendo que este molestara a Raquel, cubrió sus ojos y dio la espalda a este, encontrándose con el rostro perfecto, suspiró un poco al colocar su cabeza sobre la palma de su mano mientras su codo se recargaba sobre el colchón. —Buenos días. Soltó el hombre al abrir sus ojos y mirar los ojos de Raquel verlo fijamente. —Buenos días. Respondió Raquel un poco indiferente. —¿Cómo amaneciste hoy? –Me siento cansada y con dolor de cabeza. Soltó finalmente al incorporarse de la cama. —Me daré un baño. Exclamó Raquel al dirigirse al cuarto de baño. Al despojarse de la pijama abrió el flujo del agua caliente y lo observó por unos cuantos segundos antes de entrar a este, mientras enjabonaba su cuerpo se percató de los anillos que decoraban su dedo, chasqueo al pensar que había olvidado quitárselos para tomar la ducha, resopló al restarle importancia y continuó con su baño. El agua caliente caía sobre su cuerpo mientras disfrutaba de la sensación de
Raquel limpió sus lágrimas después de haber llorado por un largo tiempo, su nariz roja evidenciaba el llanto previo.Al dirigirse de nuevo a su oficina, tomó su celular y realizó una búsqueda rápida encontrando el número que necesitaba en ese momento.Sara entraba sonriendo con Pilar y Verónica, detrás de ellas caminaba Jaime utilizando su teléfono. Sara se percató de como Raquel guardaba su teléfono en su bolso negro.—¿A dónde vas?Preguntó Sara al acercarse a Raquel.—Tengo algo que hacer.Soltó Raquel evadiendo la mirada de Sara, y así evitar que se percatara del previo llanto.—Regresaré en dos horas, cuando lo haga nos pondremos a trabajar.Soltó apresuradamente dirigiéndose a Jaime que se comenzaba a organizar sus papeles.—¡Oh!, está bien.—Bueno, los veo más tarde.Exclamó Raquel al tomar su bolso rápidamente y alejarse, Sara no entendía mucho el comportamiento de Raquel, pero antes de que comenzará a cuestionarse sintió el dulce beso sobre su mejilla derecha.—Nos vemos más
Raquel revisaba los mensajes de su teléfono esperando alguna buena noticia de Carlos, su abogado, pero la decepción fue su compañera esa mañana al no tener una sola noticia de este.Comía cereal esa mañana, ya estaba lista para irme a la empresa, solo que sabía que ese día sería sumamente importante para mi futuro y el futuro de muchas personas. El sonido de su teléfono sobre la barra, notificando un mensaje, se hizo presente en el silencioso departamento.Cuando vi el mensaje de la mamá de Alexander, recordé que no había tenido la gentileza de preguntarle como se encontraba después del fallecimiento de su esposo, pensé que había estado tan sumergida en mis problemas que olvidé casi todo a mi alrededor."Hija, no he sabido de ti desde que viniste ¿Estás bien? ¿Hablaste con Alex?... Él me dijo que hablarían.La derrota de Raquel era notoria en los ojos de Raquel y agradecía estar sola en ese momento y que nadie pudiera ver el estado de ánimo tan deplorable que esa mañana la evidenciab
Samuel observaba fijamente la puerta de aquella oficina, deseaba ver entrar a Raquel, tenía un poco de ansiedad debido a la rápida respuesta de Raquel. Samuel mordió su labio al ver entrar a Raquel luciendo un pantalón de mezclilla entallado, la blusa coral lucia bien con el tono de su piel, el sonido de las zapatillas al acercarse a él era lo único que rompía el ambiente de tensión. —¿Querías verme? Preguntó Samuel al levantarse de su asiento y recargarse en su escritorio, solo para ver como Raquel aún se acercaba a él. —¿Sabías que tu madre vino a verme hoy? Preguntó finalmente al detenerse Raquel. —No. –Dijo que tú le contaste del ofrecimiento que me hiciste y... —Le dije que me casaría contigo, así no estuviera de acuerdo, pero no se opuso Raquel sonrió con ironía al pensar que a diferencia del pasado no fue difícil conversar a esa mujer de que ella era un buen parido. —Ambos son parecidos, son obstinados. Soltó Raquel. —Raquel, yo en verdad te amo, traté de salir con
—¡Ustedes dos son unos tontos! No es como que tu exnovia sea una villana de telenovela que tratara de envenenar a Raquel o que la madre de Samuel, la atropellara al salir de algún lugar. Explicó Sara con algo de frustración. —O que Samuel Dávila, secuestre a Raquel para alejarla de ti. Aurora aportó también un poco de su granito de arena. Alexander pensó en que hacía días no veía a Marcela, desde el momento en que él fue sincero al decirle que amaba a Raquel y eso no cambiaría, que no desperdiciara su tiempo y mejor buscará su felicidad. —Él le ofreció algo que le ayudara. Susurró Alexander mientras jugaba un poco con el vaso frente a él. —Raquel, hoy nos informó que la empresa, con las características que deseaba hacer, no se podrá formar... Eso quiere decir que... —Ella no aceptó. Concluyó Alexander —Alex, como te dije, te contaré una pequeña historia que para la mujer que amas fue tremendamente dolorosa y mentalmente desgastante. Sara suspiró tomando fuerza, sabiendo que
No quería alejarme del suave contacto de sus labios, eran tan tiernos, tan cálidos, que me hacían querer más, el sabor a licor de su aliento me parecía tan sensual y con mi tendencia a disfrutar de un buen trago, también era agradable... En verdad detestaba pensar que debía alejarme solo para hablar de lo que tuve con Samuel, de un tema que me parecía muy tedioso, tenía un poco de miedo al expresar lo que realmente fue mi relación con él y creo que por esa misma razón quería preservar aquel momento. —Debemos hablar, solo así me sentiré más tranquila. Susurró Raquel al alejarse suavemente de los labios de Alexander y acariciar dulcemente su mejilla izquierda. —Lo sé, aunque no es necesario que me cuentes qué pasó, yo no... —El no comunicarnos, nos llevó a esto y no quiero que sigamos de esa misma forma, no es algo de lo que estoy realmente orgullosa, pero quiero que entiendas que entre él y yo nunca va a ver nada más y si para eso debo contarte lo que sucedió, lo haré. Soltó Raque
Alexander sonrió ligeramente antes de retomar su seriedad. Alexander haló mi cuerpo hacia su pecho, mi oído derecho estaba directamente en su corazón y ese sonido que desde siempre me relajaba, me hacía sentir muy cobijada. —Raquel, entiendo todo lo que me dices y te agradezco por habérmelo contado, sé que es algo muy íntimo y duro para ti... Me duele que te hayas sentido de esa manera y si hubiera sabido lo que paso, jamás habría dicho aquello cuando terminamos, lamento haber sido tan duro con mis palabras, palabras que, como ya dije eran mentiras, solo fue un fracaso de escudo para no salir lastimado. Sentí como su pecho se infló para tomar un poco de aire e inmediatamente soltarlo, después de ese suspiro profundo, mis brazos rodearon su cintura mientras aún mantenía mi misma posición de mi cabeza por encima de su pecho. —Los meses que estuvimos separados fueron eternos y duros, por esa misma razón no quiero que continuemos así... Te amo y quiero estar a tu lado pasar un día más
Al entrar a la empresa, o mejor dicho, lo que fue mi empresa tan solo un día atrás, fue realmente duro el no escuchar los saludos de los empleados como era costumbre todas las mañanas, fue nostálgico, camine un poco decaía hasta llegar a mi oficina, donde extrañé demasiado la dulce sonrisa de Ana, mi secretaria, trataba de tener un poco de fuerza para continuar lidiando con lo que era mi presente, así que al entrar a la oficina y ver a las únicas dos chicas, que resultaban ser mis mejores amigas, sonreí. Me acercaba ellas y podía ver sus rostros llenos de curiosidad por saber que había pasado la noche anterior con Alexander. —¡¿Qué paso?! ¡¿Se reconciliaron?! Preguntó ansiosa Aurora al ver acercarse a Raquel con una sutil, pero linda sonrisa. —Eh, bueno... —¿Estuvieron juntos por fin? Cuestionó también Sara, no permitiendo que Raquel lograra responder al cuestionamiento de Aurora. —Sí, nos reconciliamos y decidimos ser nuevamente pareja, eh... No nos acostamos, aleja esos pensam