—¡Ustedes dos son unos tontos! No es como que tu exnovia sea una villana de telenovela que tratara de envenenar a Raquel o que la madre de Samuel, la atropellara al salir de algún lugar. Explicó Sara con algo de frustración. —O que Samuel Dávila, secuestre a Raquel para alejarla de ti. Aurora aportó también un poco de su granito de arena. Alexander pensó en que hacía días no veía a Marcela, desde el momento en que él fue sincero al decirle que amaba a Raquel y eso no cambiaría, que no desperdiciara su tiempo y mejor buscará su felicidad. —Él le ofreció algo que le ayudara. Susurró Alexander mientras jugaba un poco con el vaso frente a él. —Raquel, hoy nos informó que la empresa, con las características que deseaba hacer, no se podrá formar... Eso quiere decir que... —Ella no aceptó. Concluyó Alexander —Alex, como te dije, te contaré una pequeña historia que para la mujer que amas fue tremendamente dolorosa y mentalmente desgastante. Sara suspiró tomando fuerza, sabiendo que
No quería alejarme del suave contacto de sus labios, eran tan tiernos, tan cálidos, que me hacían querer más, el sabor a licor de su aliento me parecía tan sensual y con mi tendencia a disfrutar de un buen trago, también era agradable... En verdad detestaba pensar que debía alejarme solo para hablar de lo que tuve con Samuel, de un tema que me parecía muy tedioso, tenía un poco de miedo al expresar lo que realmente fue mi relación con él y creo que por esa misma razón quería preservar aquel momento. —Debemos hablar, solo así me sentiré más tranquila. Susurró Raquel al alejarse suavemente de los labios de Alexander y acariciar dulcemente su mejilla izquierda. —Lo sé, aunque no es necesario que me cuentes qué pasó, yo no... —El no comunicarnos, nos llevó a esto y no quiero que sigamos de esa misma forma, no es algo de lo que estoy realmente orgullosa, pero quiero que entiendas que entre él y yo nunca va a ver nada más y si para eso debo contarte lo que sucedió, lo haré. Soltó Raque
Alexander sonrió ligeramente antes de retomar su seriedad. Alexander haló mi cuerpo hacia su pecho, mi oído derecho estaba directamente en su corazón y ese sonido que desde siempre me relajaba, me hacía sentir muy cobijada. —Raquel, entiendo todo lo que me dices y te agradezco por habérmelo contado, sé que es algo muy íntimo y duro para ti... Me duele que te hayas sentido de esa manera y si hubiera sabido lo que paso, jamás habría dicho aquello cuando terminamos, lamento haber sido tan duro con mis palabras, palabras que, como ya dije eran mentiras, solo fue un fracaso de escudo para no salir lastimado. Sentí como su pecho se infló para tomar un poco de aire e inmediatamente soltarlo, después de ese suspiro profundo, mis brazos rodearon su cintura mientras aún mantenía mi misma posición de mi cabeza por encima de su pecho. —Los meses que estuvimos separados fueron eternos y duros, por esa misma razón no quiero que continuemos así... Te amo y quiero estar a tu lado pasar un día más
Al entrar a la empresa, o mejor dicho, lo que fue mi empresa tan solo un día atrás, fue realmente duro el no escuchar los saludos de los empleados como era costumbre todas las mañanas, fue nostálgico, camine un poco decaía hasta llegar a mi oficina, donde extrañé demasiado la dulce sonrisa de Ana, mi secretaria, trataba de tener un poco de fuerza para continuar lidiando con lo que era mi presente, así que al entrar a la oficina y ver a las únicas dos chicas, que resultaban ser mis mejores amigas, sonreí. Me acercaba ellas y podía ver sus rostros llenos de curiosidad por saber que había pasado la noche anterior con Alexander. —¡¿Qué paso?! ¡¿Se reconciliaron?! Preguntó ansiosa Aurora al ver acercarse a Raquel con una sutil, pero linda sonrisa. —Eh, bueno... —¿Estuvieron juntos por fin? Cuestionó también Sara, no permitiendo que Raquel lograra responder al cuestionamiento de Aurora. —Sí, nos reconciliamos y decidimos ser nuevamente pareja, eh... No nos acostamos, aleja esos pensam
Alexander revisaba varios documentos junto con Aurora y Sara. Llevaban unas tres horas trabajando arduamente, tratando de ayudar a Raquel, en todo lo que estuviera en sus manos; el sonido de los zapatos al entrar a la oficina hizo que los ojos de los tres chicos se desviaran de los papeles llenos de cifras, solo para ver al hombre bien vestido que se acercaba a ellos, el malestar que le generaba la presencia de este hombre, comenzó a surgir en Alexander. —Buenas tardes, esperaba encontrarme con Raquel, pero por lo evidente, ella no se encuentra aquí. Soltó el hombre deteniéndose cerca del escritorio donde estaban trabajando los tres chicos. —Así es, no está... Alex, tú que estuviste anoche con ella, ¿sabes si Raquel tenía una cita con...?¿El Licenciado Dávila? Soltó Sara un poco molesta, ya que al igual que Alexander, la presencia de Samuel generaba en ella un fastidio inmediato. Alexander dirigió su mirada hacia Sara, entendiendo que lo que acaba de decir era para molestar a Sam
Resoplé un poco al dejarme caer sobre mi sofá, había estado todo el día ocupada y necesitaba de ese pequeño momento de descanso. Froté mis ojos antes de levantarme y dirigirme a la barra de la cocina, donde al sacar algunos papeles de mi bolso, me senté a revisarlos durante algunos minutos.Estuve por algunos minutos reuniendo algunos documentos que requería y solo me detuve cuando encontré aquella pequeña caja de regalo que estaba destinada para Alexander en nuestra celebración de nuestro primer aniversario. La admiré por un breve tiempo, antes de que mi atención fuera interrumpida por el sonido del celular guardado en mi bolso.Raquel sacó de su bolso el celular que anunciaba con una canción, el mensaje que había recibido.Antes de cualquier cosa, pude percatarme que en efecto ya era algo tarde, cuando mi teléfono marcaba las 6:00 de la tarde.Raquel suspiró con cansancio cuando leyó el nombre de Samuel, en aquel mensaje."Raquel... Es realmente difícil escribirte esto, hubiese quer
Después de haber hecho el amor, por no sé cuanto tiempo, no podría decir si fue mucho o poco el tiempo en el cual estuvimos unidos solo por nuestro amor, me sentía tan bien que solo me concentre en el sentimiento que brotaba de mí, con cada beso y cada caricia. Mi cabeza se encontraba recargada sobre su pecho y el silencio había reinado la habitación después de que los sonidos de excitación de ambos cesaran. Raquel mordió su labio cuando las lágrimas se presentaron sin previo aviso y aunque trató de no lastimarse, estaba fracasando en el intento, así que decidió soltar todas aquellas lágrimas, haciendo que Alexander, rápidamente dirigiera su mirada hacia Raquel. —¿Qué sucede? Preguntó temeroso, Alexander, al pensar que aún sentía miedo de que Raquel se arrepintiera, detestaba cargar con ese sentimiento. —No es nada... Raquel abrazó más fuerte a Alexander. —Bueno... Solo que estoy muy feliz, que no puedo controlarlo. La hermosa sonrisa de Alex se asomó cuando escucho mis palabra
El sol provocó que despertara, a pesar de que me sentía muy cómoda en los brazos de Alexander, sabía perfectamente que debía levantarme y comenzar a trabajar, debido a que me esperaba un camino complicado al crear una nueva empresa. Antes de terminar de levantarme sigilosamente para no despertar a Alexander, sentí como él me detuvo de la muñeca para después halarme nuevamente hacia su cuerpo cálido. —Buenos días. Susurró la suave voz de Alexander mientras abrazaba fuertemente a Raquel. —Buenos días, no quería despertarte. Dijo Raquel mientras disfrutaba el calor de Alexander. —No necesito preguntarte el porqué te levantaste temprano, cuando sé que es por qué comenzaras a trabajar, ¿no es así? —Sí, tienes razón. —¡Bien! Alexander soltó a Raquel para después levantarse de la cama. —Dije que te apoyaría en todo, así que, ¡comenzamos a trabajar! Raquel, que se encontraba recostada, sonrió al ver el ánimo de Alexander. —Vale, solo necesito llamar a las chicas para que vengan y c