Raquel se encontraba recostada sobre su sofá, ya había tomado una ducha y trataba de descansar, aunque esto le estaba resultado difícil, suspiró con pesadez y al cerrar sus ojos la imagen de Alexander llegó ante ella, agitó su mano para ahuyentar aquella imagen de él con su rostro angustiado. El sonido del teléfono que estaba sobre la mesa de centro de la sala hizo que Raquel se incorporara para responder la llamada, con algo de curiosidad al tener en cuenta que quizás ya pasaba de media noche, se sintió confundida al ver el nombre de Aurora en su teléfono.—¿Qué paso?, ¿por qué llamas a ...?... ¡¿Cómo…?! ¡Voy para allá!Raquel se incorporó rápidamente del sofá y apenas si se colocó las zapatillas que ese día había utilizado, se detuvo al pensar que se miraba algo extraña al estar vestida con pijama y zapatillas, pero no le dio más importancia, se acercó al lugar donde dejaba las llaves y tomó las llaves de su auto.Al bajar rápidamente al estacionamiento de su edificio, se dispuso a
El sonido del teléfono de Raquel hizo que Sara se despertara un poco desubicada, después de sacudir un poco su cabello sujetó el teléfono que estaba sobre la mesa de noche percatándose de que, quien llamaba, era Ana, la secretaria de Raquel. —¿Amiga? Raquel, que estaba boca abajo apenas si se quejó del movimiento de su cuerpo provocado por Sara al intentar despertarla. —Raquel, te llama Ana. Esto hizo que Raquel despertara rápidamente y tomara la llamada. —Buenos días... Dime. —Buenos días, Licenciada, disculpé que ayer ya no le pude hablar, era algo tarde y no quería molestarla. Explicó Ana. —No te preocupes, ¿pudiste agendarme la cita? —Sí, así es, el señor Prado la verá el lunes a las 9:00 de la mañana. Raquel resopló un poco aliviada de que el primer paso para solucionar el problema, haya resultado bien, ahora solo faltaba que él quisiera aceptar detener la compra. —Bien, ¡muchas gracias!, disculpa que hoy domingo te haya hecho que tú... —Licenciada, para mí siempre ha
Los ojos de Raquel estaban mirando fijamente al rostro de Carlos, que solo escuchaba lo que ella resumía de la reunión previa que había tenido con Guillermo Prado.El silencio inundó la pequeña oficina cuando Raquel terminó de hablar, Alexander se notaba preocupado por Raquel sabiendo que la empresa era algo que ella había levantado con mucho esfuerzo de su parte.—Bien.Soltó Carlos después de resoplar tratando de organizar sus ideas.—He revisado todos los datos de tu empresa y en efecto para él era un buen negocio, es una empresa muy rentable y ha crecido en el mercado muy bien, aún no hay un inversionista, pero eso no le resta importancia y valor al buen desempeñó de esta, a él se le presentó un buen negocio, ya que el valor por el cual está comprando es 4 veces menor al valor de la empresa.Todo el trabajo para levantar la empresa, que no solo era mío, sino de todas las personas que trabajaban arduamente en la empresa, estaba siendo pisoteado al venderla en esa humillante cifra q
Raquel recargaba su cabeza sobre la palma de su mano, su mirada se dirigía hacia el televisor que proyectaba una película, pero aunque su vista estaba en esta, su mente se encontraba perdida, pensando en los días anteriores y como habían tenido trabajo con el evento programado para esa noche.Después de varios minutos de estar perdida en mi mente simulando ver una película, observé el reloj de la pared de mi sala, sabiendo que debía comenzar a arreglarme para el evento de esa noche, así que con las pocas energías que tenía me levante del sofá.Raquel resopló cansada al ir en camino hacia el salón donde se llevaría a cabo el evento, recargó su cabeza sobre el cristal mirando hacia el exterior. Apartó su cabeza de este, solo cuando el celular dentro de la pequeña bolsa negra comenzó a sonar.—¿Bueno?... Buenas noches, abogado.Raquel saludó a Carlos, quien llamaba esa noche.—Dime, ¿qué noticias me tienes?Hubo un silencio en el interior del auto mientras que Raquel escuchaba con atenci
—¿Estás seguro? Cuestionó con tono preocupado y derrotada Raquel. Quería pensar que lo que me dijo Carlos una noche antes se trataba de un error que cambiara por la mañana, pero todo seguía igual... Tristemente, exactamente igual, no era un error, era una horrible realidad. —Sí, lo siento mucho, sé que no es la noticia que esperabas escuchar, pero aun así, a pesar de esto aún no hemos perdido, no se ha muerto la esperanza. —Detener las actividades de la empresa ¿No es haber perdido? Respondió con frustración Raquel. —Lamentablemente, no pude hacer mucho, el Licenciado Prado, se niega a ceder y dejar a un lado la compra de la empresa que prácticamente ya era de él. Raquel resopló molesta. —No sabía que se puede detener las actividades de una empresa, eso solo genera atrasos y muchos más problemas. Exclamó Raquel tratando de entender la situación frente a ella. —En realidad no es algo muy común, porque como dices detener las actividades de una empresa, genera más problemas, pe
Podía ver sus miradas expectantes sobre mí y mientras guardaba silencio, trataba de buscar las palabras correctas para explicar algo que ni yo entendía, o bueno, más bien me rehusaba a entender y aceptar.—Bueno, realmente no sé cómo comenzar esto, trataba de hacerlo de una forma de la cual no resultara tan desolador como realmente lo es, pero no se pueden maquillar las realidades, así que no serviría de nada mis palabras maquilladas.Soltó Raquel un poco desganada, pero manteniendo una firmeza característica de ella cuando estaba frente a su equipo de trabajo.—¿De qué se trata?Preguntó Pilar rompiendo el silencio de los integrantes de la junta.Raquel inhaló un poco de aire antes de explicar lo que estaba sucediendo.Fue una larga explicación de como dos personas a quienes le había entregado mi entera confianza me habían defraudado y se hizo más larga al explicarles que por dicho abuso la empresa se había puesto a la venta sin mi conocimiento y en ese momento habíamos perdido una b
—¡Este es el tercero y aún nada! Resopló Exhausta Raquel, al sentarse en la mesa del café donde se habían detenido a descansar con Pilar. —Ellos están interesados en la empresa. —Aun así, sus propuestas no son buenas para la empresa, así que tampoco me servirían en la nueva. Trató de autoconsolarse Raquel. —¿Cuántos nos queda? Preguntó Raquel mientras observaba a Pilar revisar su agenda. —Nos quedan cuatro. —Bien, solo desayunaremos y continuaremos, necesito una respuesta antes de reunirme con Alex y mi abogado. —Tienes un día ocupado. Soltó suavemente Pilar. —Yo diría qué agotador... En verdad necesito ese capital, no quiero despedir a nadie, deseo que podamos conservar el mayor número de empleados, además no quiero defraudar a nuestros clientes. Pilar se sintió emocionalmente mal por la preocupación de su jefa. Aún sentía que tenía una ligera esperanza de encontrar un inversionista, me mataba la incertidumbre de no saber qué pasaría, de encontrarlo... Alexander vio lle
El sol entró por la enorme ventana haciendo que este molestara a Raquel, cubrió sus ojos y dio la espalda a este, encontrándose con el rostro perfecto, suspiró un poco al colocar su cabeza sobre la palma de su mano mientras su codo se recargaba sobre el colchón. —Buenos días. Soltó el hombre al abrir sus ojos y mirar los ojos de Raquel verlo fijamente. —Buenos días. Respondió Raquel un poco indiferente. —¿Cómo amaneciste hoy? –Me siento cansada y con dolor de cabeza. Soltó finalmente al incorporarse de la cama. —Me daré un baño. Exclamó Raquel al dirigirse al cuarto de baño. Al despojarse de la pijama abrió el flujo del agua caliente y lo observó por unos cuantos segundos antes de entrar a este, mientras enjabonaba su cuerpo se percató de los anillos que decoraban su dedo, chasqueo al pensar que había olvidado quitárselos para tomar la ducha, resopló al restarle importancia y continuó con su baño. El agua caliente caía sobre su cuerpo mientras disfrutaba de la sensación de