Los ojos de Raquel estaban mirando fijamente al rostro de Carlos, que solo escuchaba lo que ella resumía de la reunión previa que había tenido con Guillermo Prado.El silencio inundó la pequeña oficina cuando Raquel terminó de hablar, Alexander se notaba preocupado por Raquel sabiendo que la empresa era algo que ella había levantado con mucho esfuerzo de su parte.—Bien.Soltó Carlos después de resoplar tratando de organizar sus ideas.—He revisado todos los datos de tu empresa y en efecto para él era un buen negocio, es una empresa muy rentable y ha crecido en el mercado muy bien, aún no hay un inversionista, pero eso no le resta importancia y valor al buen desempeñó de esta, a él se le presentó un buen negocio, ya que el valor por el cual está comprando es 4 veces menor al valor de la empresa.Todo el trabajo para levantar la empresa, que no solo era mío, sino de todas las personas que trabajaban arduamente en la empresa, estaba siendo pisoteado al venderla en esa humillante cifra q
Raquel recargaba su cabeza sobre la palma de su mano, su mirada se dirigía hacia el televisor que proyectaba una película, pero aunque su vista estaba en esta, su mente se encontraba perdida, pensando en los días anteriores y como habían tenido trabajo con el evento programado para esa noche.Después de varios minutos de estar perdida en mi mente simulando ver una película, observé el reloj de la pared de mi sala, sabiendo que debía comenzar a arreglarme para el evento de esa noche, así que con las pocas energías que tenía me levante del sofá.Raquel resopló cansada al ir en camino hacia el salón donde se llevaría a cabo el evento, recargó su cabeza sobre el cristal mirando hacia el exterior. Apartó su cabeza de este, solo cuando el celular dentro de la pequeña bolsa negra comenzó a sonar.—¿Bueno?... Buenas noches, abogado.Raquel saludó a Carlos, quien llamaba esa noche.—Dime, ¿qué noticias me tienes?Hubo un silencio en el interior del auto mientras que Raquel escuchaba con atenci
—¿Estás seguro? Cuestionó con tono preocupado y derrotada Raquel. Quería pensar que lo que me dijo Carlos una noche antes se trataba de un error que cambiara por la mañana, pero todo seguía igual... Tristemente, exactamente igual, no era un error, era una horrible realidad. —Sí, lo siento mucho, sé que no es la noticia que esperabas escuchar, pero aun así, a pesar de esto aún no hemos perdido, no se ha muerto la esperanza. —Detener las actividades de la empresa ¿No es haber perdido? Respondió con frustración Raquel. —Lamentablemente, no pude hacer mucho, el Licenciado Prado, se niega a ceder y dejar a un lado la compra de la empresa que prácticamente ya era de él. Raquel resopló molesta. —No sabía que se puede detener las actividades de una empresa, eso solo genera atrasos y muchos más problemas. Exclamó Raquel tratando de entender la situación frente a ella. —En realidad no es algo muy común, porque como dices detener las actividades de una empresa, genera más problemas, pe
Podía ver sus miradas expectantes sobre mí y mientras guardaba silencio, trataba de buscar las palabras correctas para explicar algo que ni yo entendía, o bueno, más bien me rehusaba a entender y aceptar.—Bueno, realmente no sé cómo comenzar esto, trataba de hacerlo de una forma de la cual no resultara tan desolador como realmente lo es, pero no se pueden maquillar las realidades, así que no serviría de nada mis palabras maquilladas.Soltó Raquel un poco desganada, pero manteniendo una firmeza característica de ella cuando estaba frente a su equipo de trabajo.—¿De qué se trata?Preguntó Pilar rompiendo el silencio de los integrantes de la junta.Raquel inhaló un poco de aire antes de explicar lo que estaba sucediendo.Fue una larga explicación de como dos personas a quienes le había entregado mi entera confianza me habían defraudado y se hizo más larga al explicarles que por dicho abuso la empresa se había puesto a la venta sin mi conocimiento y en ese momento habíamos perdido una b
—¡Este es el tercero y aún nada! Resopló Exhausta Raquel, al sentarse en la mesa del café donde se habían detenido a descansar con Pilar. —Ellos están interesados en la empresa. —Aun así, sus propuestas no son buenas para la empresa, así que tampoco me servirían en la nueva. Trató de autoconsolarse Raquel. —¿Cuántos nos queda? Preguntó Raquel mientras observaba a Pilar revisar su agenda. —Nos quedan cuatro. —Bien, solo desayunaremos y continuaremos, necesito una respuesta antes de reunirme con Alex y mi abogado. —Tienes un día ocupado. Soltó suavemente Pilar. —Yo diría qué agotador... En verdad necesito ese capital, no quiero despedir a nadie, deseo que podamos conservar el mayor número de empleados, además no quiero defraudar a nuestros clientes. Pilar se sintió emocionalmente mal por la preocupación de su jefa. Aún sentía que tenía una ligera esperanza de encontrar un inversionista, me mataba la incertidumbre de no saber qué pasaría, de encontrarlo... Alexander vio lle
El sol entró por la enorme ventana haciendo que este molestara a Raquel, cubrió sus ojos y dio la espalda a este, encontrándose con el rostro perfecto, suspiró un poco al colocar su cabeza sobre la palma de su mano mientras su codo se recargaba sobre el colchón. —Buenos días. Soltó el hombre al abrir sus ojos y mirar los ojos de Raquel verlo fijamente. —Buenos días. Respondió Raquel un poco indiferente. —¿Cómo amaneciste hoy? –Me siento cansada y con dolor de cabeza. Soltó finalmente al incorporarse de la cama. —Me daré un baño. Exclamó Raquel al dirigirse al cuarto de baño. Al despojarse de la pijama abrió el flujo del agua caliente y lo observó por unos cuantos segundos antes de entrar a este, mientras enjabonaba su cuerpo se percató de los anillos que decoraban su dedo, chasqueo al pensar que había olvidado quitárselos para tomar la ducha, resopló al restarle importancia y continuó con su baño. El agua caliente caía sobre su cuerpo mientras disfrutaba de la sensación de
Raquel limpió sus lágrimas después de haber llorado por un largo tiempo, su nariz roja evidenciaba el llanto previo.Al dirigirse de nuevo a su oficina, tomó su celular y realizó una búsqueda rápida encontrando el número que necesitaba en ese momento.Sara entraba sonriendo con Pilar y Verónica, detrás de ellas caminaba Jaime utilizando su teléfono. Sara se percató de como Raquel guardaba su teléfono en su bolso negro.—¿A dónde vas?Preguntó Sara al acercarse a Raquel.—Tengo algo que hacer.Soltó Raquel evadiendo la mirada de Sara, y así evitar que se percatara del previo llanto.—Regresaré en dos horas, cuando lo haga nos pondremos a trabajar.Soltó apresuradamente dirigiéndose a Jaime que se comenzaba a organizar sus papeles.—¡Oh!, está bien.—Bueno, los veo más tarde.Exclamó Raquel al tomar su bolso rápidamente y alejarse, Sara no entendía mucho el comportamiento de Raquel, pero antes de que comenzará a cuestionarse sintió el dulce beso sobre su mejilla derecha.—Nos vemos más
Raquel revisaba los mensajes de su teléfono esperando alguna buena noticia de Carlos, su abogado, pero la decepción fue su compañera esa mañana al no tener una sola noticia de este.Comía cereal esa mañana, ya estaba lista para irme a la empresa, solo que sabía que ese día sería sumamente importante para mi futuro y el futuro de muchas personas. El sonido de su teléfono sobre la barra, notificando un mensaje, se hizo presente en el silencioso departamento.Cuando vi el mensaje de la mamá de Alexander, recordé que no había tenido la gentileza de preguntarle como se encontraba después del fallecimiento de su esposo, pensé que había estado tan sumergida en mis problemas que olvidé casi todo a mi alrededor."Hija, no he sabido de ti desde que viniste ¿Estás bien? ¿Hablaste con Alex?... Él me dijo que hablarían.La derrota de Raquel era notoria en los ojos de Raquel y agradecía estar sola en ese momento y que nadie pudiera ver el estado de ánimo tan deplorable que esa mañana la evidenciab