Raquel observó por varios segundos el arreglo floral que dejó el chico de la florería sobre su escritorio al confirmar que eran para ella—¿De quién son?Preguntó Sara fingiendo no saber nada.Aurora se acercó a las flores y tomó la tarjeta que sobresalía de las hermosas rosas amarillas."Espero te encuentres mucho mejor, que tengas un hermoso día... Evan Ferreri Doria.Terminó de leer la tarjeta Aurora, Sara sonrió disimuladamente al ver la reacción de Alexander que había escuchado lo que decía la tarjeta. Su reacción era la misma que buscaban.—¿Evan? ¿No es el doctor que me atendió hace unos días?Preguntó confundida Raquel.—¡Así!, ¡es él!Soltó Sara.Raquel continuó observando las flores, pensando en la conversación que minutos antes había tenido con Samuel...—Contéstame.Soltó un poco impaciente Raquel ante el silencio de Samuel, sin dimensionar que en el interior de él había una lucha.—Ya te dije que no, solo quería saber.—Bien... Entonces olvidemos el tema.Soltó Raquel.—N
Lo que estaba viviendo era tan irreal para mí. Mientras estaba recostada sobre la camilla me sentía tan inquieta, tan sola. La ginecóloga hacía su trabajo en silencio y la angustia de los minutos que parecían horas, me invadía, las muestras de mi boca, las fotos de mi cuerpo me hacían sentir realmente invadida y ultrajada. —Listo, terminamos... Puede vestirse. —¿Es todo? Preguntó Raquel tímidamente. Había visitado el ginecólogo muchas veces y era algo que no me cohibía, pero las miradas de todos desde que entre a aquel lugar y dije que había sido drogada y necesitaba denunciar, solo me hacían sentir realmente como si me juzgaran y como si todo lo que hubiera sucedido esa noche fuese solo mi culpa por haber sido descuidada. —Conmigo sí, pero igual debe hacerse examen para ver si en caso de haber habido un abuso no haya sido contagiada de alguna enfermedad de transmisión sexual. El rostro de Raquel palideció y la ginecóloga pensó rápidamente en que aquel tono blanco no le restaba
Aunque parezca increíble, permanecí sentada en el balcón de mi departamento, escuchando solos los rayos, anunciando una lluvia que nunca llego. Cuando vi el sol asomarse, entré de nuevo a la habitación y decidí darme un baño, mi consciencia me lo pedía. Raquel se maquillaba un poco para tapar un poco las ligeras ojeras que había provocado su desvelo. —Buenos días. Saludó Aurora al levantarse de la cama. —Buenos días. Respondió Raquel continuando en lo suyo. Aurora miró a Sara que aún permanecía dormida y sonrió un poco al ver como esta abrazaba fuertemente una de las almohadas. —Sara es demasiado perezosa. Soltó Aurora cruzando sus brazos. —También la está pasando mal. Dijo Raquel al levantarse de su tocador. Aurora se inclinó y movió un poco el cuerpo de Sara, que solo se quejó. —¡Despierta!, hay que darnos un baño para irnos a la oficina. —Yo no me iré con ustedes... Ayer hablé con Alex y debo verlo en el banco. —¿Hay algún problema? Raquel suspiró un poco preocupada.
Evan se concentraba en retirar los puntos del brazo de Raquel, mientras que ella se mantenía en completo silencio. —Te daré una crema para que no quede cicatriz, aunque tu piel tiene buena cicatrización Raquel solo asintió sin mucho ánimo. —Perdona que haya venido tan temprano, hoy tengo un día muy ocupado en el trabajo, así que fue el único horario que podía utilizar para esto. Soltó finalmente Raquel después de varios minutos ausente. —No te preocupes, tuve guardia anoche, así que no hubo problema —Es algo pesado este trabajo, ¿Verdad? Continuó conversando Raquel. —Así es, pero me gusta... Ahora mismo vivo casi en el hospital porque estoy en una residencia para cirugía pediátrica, Así que entiendo los horarios apretados del trabajo. —¡Eso es genial! Soltó sorprendida Raquel. Evan dirigió sus ojos azules hacia los castaños de Raquel y observó cuidadosamente la herida sobre su labio inferior. —También te daré algo para tu labio Raquel bajó su mirada un poco avergonzada.
Raquel desvió su mirada hacia su teléfono y rápidamente contestó aquella llamada.—¿Bueno?... Licenciado, dígame.Raquel observó los ojos de Alexander mientras prestaba atención a la llamada, con unas de sus manos limpió tiernamente la mejilla de este.—Bien, estaré al pendiente... Gracias.Soltó Raquel al terminar la llamada.—¿Quién es?Preguntó con suma seriedad Alexander.—El Licenciado de la procuraduría.Respondió Raquel dejando nuevamente el teléfono sobre aquella orilla.—Me refiero a quien te...Alexander apretó su puño.—Lo buscaré y...Raquel abrazó fuertemente a Alexander.—No, ¡por favor!, ¡déjalo así!... Yo me estoy encargando.—Pero... Dime, ¿qué paso?Raquel se alejó tímidamente del cuerpo de Alexander bajando su mirada hacia el suelo.—Yo... No...Raquel resopló.—Creo que entiendo. No quieres decírmelo, ¿verdad?—Lo siento.Alexander suspiró profundamente.—Sé que es difícil y respetaré que no quieras hablar de eso conmigo ahora.—Estoy abrumada por todos los temas q
Raquel se encontraba recostada sobre su sofá, ya había tomado una ducha y trataba de descansar, aunque esto le estaba resultado difícil, suspiró con pesadez y al cerrar sus ojos la imagen de Alexander llegó ante ella, agitó su mano para ahuyentar aquella imagen de él con su rostro angustiado. El sonido del teléfono que estaba sobre la mesa de centro de la sala hizo que Raquel se incorporara para responder la llamada, con algo de curiosidad al tener en cuenta que quizás ya pasaba de media noche, se sintió confundida al ver el nombre de Aurora en su teléfono.—¿Qué paso?, ¿por qué llamas a ...?... ¡¿Cómo…?! ¡Voy para allá!Raquel se incorporó rápidamente del sofá y apenas si se colocó las zapatillas que ese día había utilizado, se detuvo al pensar que se miraba algo extraña al estar vestida con pijama y zapatillas, pero no le dio más importancia, se acercó al lugar donde dejaba las llaves y tomó las llaves de su auto.Al bajar rápidamente al estacionamiento de su edificio, se dispuso a
El sonido del teléfono de Raquel hizo que Sara se despertara un poco desubicada, después de sacudir un poco su cabello sujetó el teléfono que estaba sobre la mesa de noche percatándose de que, quien llamaba, era Ana, la secretaria de Raquel. —¿Amiga? Raquel, que estaba boca abajo apenas si se quejó del movimiento de su cuerpo provocado por Sara al intentar despertarla. —Raquel, te llama Ana. Esto hizo que Raquel despertara rápidamente y tomara la llamada. —Buenos días... Dime. —Buenos días, Licenciada, disculpé que ayer ya no le pude hablar, era algo tarde y no quería molestarla. Explicó Ana. —No te preocupes, ¿pudiste agendarme la cita? —Sí, así es, el señor Prado la verá el lunes a las 9:00 de la mañana. Raquel resopló un poco aliviada de que el primer paso para solucionar el problema, haya resultado bien, ahora solo faltaba que él quisiera aceptar detener la compra. —Bien, ¡muchas gracias!, disculpa que hoy domingo te haya hecho que tú... —Licenciada, para mí siempre ha
Los ojos de Raquel estaban mirando fijamente al rostro de Carlos, que solo escuchaba lo que ella resumía de la reunión previa que había tenido con Guillermo Prado.El silencio inundó la pequeña oficina cuando Raquel terminó de hablar, Alexander se notaba preocupado por Raquel sabiendo que la empresa era algo que ella había levantado con mucho esfuerzo de su parte.—Bien.Soltó Carlos después de resoplar tratando de organizar sus ideas.—He revisado todos los datos de tu empresa y en efecto para él era un buen negocio, es una empresa muy rentable y ha crecido en el mercado muy bien, aún no hay un inversionista, pero eso no le resta importancia y valor al buen desempeñó de esta, a él se le presentó un buen negocio, ya que el valor por el cual está comprando es 4 veces menor al valor de la empresa.Todo el trabajo para levantar la empresa, que no solo era mío, sino de todas las personas que trabajaban arduamente en la empresa, estaba siendo pisoteado al venderla en esa humillante cifra q