Raquel suspiró un poco cansada debido a estar en la computadora por un largo tiempo, dirigió su vista hacia su muñeca que estaba decorado con un delicado reloj café. —Alex. Pronunció el nombre del chico que frotaba sus ojos, aparentemente también cansado. —¿Sí? —¿Estás listo? Él asintió suavemente mientras que Raquel se ponía de pie y guardaba su celular en su bolso. Alexander suspiró y también se puso de pie acercándose a Raquel, que lo esperaba. —Vamos. Soltó Alexander sonriendo tímidamente, mientras que Raquel sonreía dulcemente. —Chicas nos vemos más tarde. Raquel se despidió de las tres chicas para después irse junto a Alexander... —¿Aquí? Raquel observó el lugar cuando Alexander se estacionó frente a este. —¿Te molesta? Raquel dirigió su mirada hacia Alexander y negó con su cabeza. —No, solo que tenía mucho tiempo que no venía. —Me gusta este restaurante, hay alcohol y buena comida... También hace mucho que no vengo. Raquel sonrió. —Entonces, vamos... Sara rev
No sé por qué lo besé fue un impulso que surgió en mí y pues no me arrepiento, aunque esto generara en mí un poco de dolor con gusto, lo sentiría solo por el placer de sentir su suave piel y su delicioso aroma. Alexander realizaba la gráfica que le faltaba para poder terminar, pero se detuvo para poner una de sus manos sobre la mejilla que besó Raquel, sintiéndose un poco confundido por esto, pensó que meses antes ella apenas si podía mirarlo y cada día esto cambiaba, ella regresaba a ser la misma chica antes de su relación. Sin saber por qué una imagen de Samuel llegó a invadir su mente al recordar que también con él, ella actuaba diferente. Alexander se levantó de su silla y caminó un par de veces tratando de ahuyentar el sentimiento de celos que comenzaba a surgir desde muy profundo de él, suspiró un par de veces y sin estar convencido de lo que haría se acercó al teléfono que había en la sala de juntas; dudó un poco, pero finalmente marcó al número de la empresa de la persona qu
Raquel y Sara terminaban de cenar la pizza de peperonni que Sara había pedido. Raquel tomó el último sorbo de vino de su copa.—¿Sabes?, de las dos, tú siempre has sido muy fuerte.Sara tomó un poco de vino al escuchar esto de Raquel.—Creo que ahora te entiendo.—Todo estará bien ya verás—La verdad es que eso espero sin importar cuál sea el resultado de esto, espero que todo esté bien.Suspiró Sara.—¿Y tú...?Raquel mordió una de sus uñas.—Lo siguiente para mí, es que debo hablar con él.—¿Con Alex?Raquel asintió.—Creo que es hora de contarle sobre mi pasado, hablar sobre el nuestro y confesarle lo que hay en el presente, los sentimientos que existen en este momento.—¿Estás lista?—Si y también espero que todo salga bien, como tú dices... Sin importar el resultado.Sara tomó el último trago de vino.Después de ducharse, Raquel buscaba una pijama mientras estaba envuelta en su toalla, Sara que estaba recostada, miraba su teléfono revisando sus redes sociales.Entre las pijamas p
Samuel colocó sus manos sobre los brazos de Raquel haciendo que esta hiciera un pequeño gesto de dolor.—¿Te lastimaron?Preguntó preocupado Samuel tratando de encontrar el lugar de la herida.—¿Qué haces aquí?Preguntó Raquel sin saber por qué Samuel estaba frente a ella.—Esperé a que salieras, me distraje solo un minuto en mi teléfono sin darme cuenta lo que sucedía hasta que fije mis ojos en el exterior y te vi... Pero eso no es lo importante... Estás lastimada.Samuel apartó un mechón de cabello que estaba sobre el rostro sumamente mojado de Raquel.—Te llevaré al hospital.—¡No!...Raquel bajó su rostro.—Solo quiero irme, solo fue un rasguño... Pero... Ellos se llevaron todo.—Ahora vemos que hacemos. Vamos.Samuel sujetó el hombro de Raquel dirigiéndola hacia su auto que estaba a unos metros de ahí.Aunque no quería hacerlo, finalmente cedí en irme con él porque necesitaba hablar con alguien que abriera mi departamento, así que solo dejé que condujera. No cuestioné nada al lle
Alexander se encontraba recargado sobre la pared y sus brazos se mantenían cruzados, dirigía su mirada hacia las dos chicas que se encontraban sentadas en las sillas blancas del consultorio.—¿Te duele?Preguntó tiernamente Aurora, con lo cual Raquel solo se negó, aunque esto fuera una mentira al sentir como su brazo palpitaba de dolor.—¡Buenas tardes! Soy Evan Ferrari Doria, seré su médico esta tarde.Saludó el médico al entrar al consultorio.Cuando lo vi instantáneamente mis mejillas se ruborizaron, lo pude sentir, sentí como estas comenzaron a arder al encontrarme con aquel chico que me vio en el momento más vulnerable para mí, quien vio con una perfecta extraña lloraba frente a él, aunque la música sonara dando un ambiente lejos de uno deprimente.El chico vestido con una bata blanca se sentó frente a las dos chicas y al levantar su mirada hacia la chica con las mejillas a punto de estallar y que desviaba su mirada, pudo reconocerla.—Ah, ¿qué pequeño es el mundo no?Soltó con u
Raquel giró su cuerpo hacia su lado izquierdo y el dolor en su brazo herido hizo que despertara nuevamente en la oscuridad de su departamento. Después de que Alexander la dejara en este, ella se dio una ducha, se vistió con una pijama y finalmente se recostó en el sofá para esperar, ver nuevamente a Alexander y hablar de todo lo que había evadido desde que Samuel apareció en su vida nuevamente.Raquel se levantó del sofá y al encender la luz de la sala, dirigió su mirada hacia el reloj colocado en la pared, suspiró al ver que eran las 11:00 de la noche y que de Alexander no había rastros.Por un momento pensé que Alexander no quería hablar conmigo y que solo había dicho que si lo haría para después no aparecer, pero rápidamente agité mi cabeza expulsando ese pensamiento.Raquel se dirigió hacia donde estaba su bolso para buscar en este su celular. Después de sacar algunas de sus cosas, por fin logró ubicar el celular y rápidamente se percató de las 20 llamadas perdidas que tenía de Al
Raquel tomaba un trozo de fruta del plato frente a ella, su rostro se encontraba recargado sobre los nudillos de su mano izquierda.—¿Te regresaste por la llamada de nuestro nuevo cliente?Preguntó Aurora que estaba frente a Raquel, que solo desvió su atención de la fruta para prestarle atención a su amiga.—Mmm, por una parte, así lo hice, pero también influyó mucho la presencia de ella.—¿De Marcela?Raquel asintió.—¿Pero qué sucedió?Preguntó esta vez Sara.—Bueno...Raquel tomó otro trozo de fruta y la introdujo en su boca.—Verán todo paso así...Raquel se levantó de donde está sentada y soltó la mano de Alexander cuando esté también se levantó al ver a su madre regresar de firmar los documentos que minutos antes le habían pedido que firmara para la entrega del cuerpo de su esposo.—Está listo, la funeraria se hará cargo.Soltó Martha.—¿En cuánto tiempo ellos...?—Tardarán 2 horas.—Entonces iré a vestirme, por qué no puedo estar así.Soltó Raquel que hasta ese momento había gu
Alexander movió sus labios suavemente y Raquel, que aún estaba sin poder creer lo que pasaba, no pudo resistirse más a lo que había deseado por mucho tiempo. Raquel permitió el acceso de la suave lengua de Alexander y cuando rozó la suya, la deliciosa sensación invadió su cuerpo.Al tocar sus labios inevitablemente sentí temor, por qué me había costado sobrevivir sin ellos y sentía que la resignación ya había hecho su trabajo y al besarlo caía nuevamente en aquel proceso doloroso que devoró mi alma e hizo que llorara muchas noches, pero... Por ese beso estaba dispuesta a volver a caer en las profundidades del dolor.Alexander sujetó las manos de Raquel mientras aún la besaba y las colocó estas sobre sus hombros.—Raquel ¿Me abrazarías?Susurró Alexander al alejar un poco sus labios de los de Raquel y mirando con ternura los ojos de Raquel que aún tenían lágrimas en ellos.—Claro que sí.Raquel, que mantenía sus brazos por encima de los hombros de Alexander, acercó su cuerpo al de él y