Steffi
Han pasado tres meses desde que lo vi en el hospital por última vez, no me ha llamado, ni me ha enviado un mensaje de texto, supongo que aún está molesto conmigo. Yo también lo estaría si hubiese hecho lo que le hice ¡Qué estúpida fui! Renuncié a su amor así porque sí; no se merecía eso, yo tampoco.¿En qué pensaba? Pues, en que Karol, estaba sufriendo, creí que alejarme de él era necesario para que se sintiera mejor y ya no me odiara. No pensé en mí, ni en lo que Adriel estaba viviendo en esos momentos, no quise ver que ese día también fue el peor de su vida.Lo amo y cada minuto que transcurre es un verdadero martirio, sufro tanto, solo dios sabe cuánto duele, pensar en él, cuanto duele amanecer y anochecer sin un mensaje suyo, sin una llamada inesperada, sSteffiA las siete de la noche mis amigos estuvieron en la puerta de mi casa para llevarme a la fiesta de mis sueños, ellos como siempre se veían muy emocionado, por no decir que felices. No sé si fue mi enorme tristeza lo que me hacía desencajar en ese grupo alegre. Me despedí de mis padres y subo a la camioneta de Sandro. Como es costumbre durante el recorrido hay música que acompaña nuestras locas ocurrencias y de repente una balada triste se cola entre el repertorio haciendo que todos guarden silencio.— Querecontrainoportuno eres Sandro — se molesta Luca.— Lo sientoSteffi. Voy a pasarla —expresa, Sandroun poco avergonzado.— ¡No! Déjala, no pasa nada ¿Por qué&nb
Sin duda fue una noche inesperada, llena de emociones y sorpresas grandes, como queAdrise uniera al grupo de locos de mis amigos que se lanzaron desnudos a las aguas heladasen la madrugada.¡Oh mi Dios! No quiero describir lo que vieron mis ojitos porque mi piel se pone chinita, chinita, mi corazón se acelera y exploto en largo e incontenibles suspiros. Sin duda una anécdota para la historia familiar, si agregamos que las chicas y yo les escondimos la ropa y los obligamos a correr desnudos varios metros hasta sus autos,porquenuestras risas delataban la pequeña travesura. — ¿Y nuestra ropa? —gritan los chicos buscandosus prendasen el auto deAdriel. —Vengan por ella, papacitos. —Grita Claudia señalando a la camioneta de Sandro. —Les gusta el espectáculo ¿Verdad? —Grita Luca a lo lejos. —Queremos ver más—gritaKarolmeneando la camisa de Sergio en alto.—D
Después de un reconfortantesueñito, entramos a casa a eso de las diez de la mañana, la familia nos recibía con un gran desayuno, nuestros padres platicaba de lo más amigable y me hizo sentir tan bien, parece que congenian y se llevaran de maravilla, veo a mi alrededor y me doy cuenta de que tengo una gran familia, mis amigos son mis hermanos locos y despistados que ríen como si estuviesen en una escuela de payasos y lo más importante de todo, es que ahoraKarolestá feliz, parece que al fin ha encontrado a su alma gemela y lo sé porque puedo ver esa misma luz radiante en los ojos de Sergio. Aunque están saliendo, pero el que lo haya presentado a toda la familia como su pretendiente ya es un paso importarme.Y si hablamos de las inesperadas historias de amor, sin duda la de ellos es la mejor. Semanas después del día en la playa. Una noche mientrasKarol
Siempre he pensado que el amor es una pérdida de tiempo que me aleja de mis objetivos; mis estudios y el sueño de entrar a la universidad. No voy a negar que me gustan los chicos, sobre todos los galanes de telenovelas que lastimosamente no existen en la vida real, pero que te hacen estremecer y arrancar los más grandes suspiros de amor. En fin, pueden decir que soy una de esas chicas despreocupadas por la ausencia de cupido en su vida, que viven al máximo el día a día, tiene muchos amigos y siempre ha creído que el amor es secundario. Hasta que en el campamento de año nuevo lo conocí ¡Carajo! El maldito cupido me flechó y mi mundo perfecto sin chicos se vino abajo, me enamoré a primera vista de un completo extraño y ¡Vaya que tipo! Un galán de esos de novelas que todos quisieran conocer. Se llamaAdriely es todo lo que busco en el hombre de mis sueños, no solo es guapo, con un cuerpazo de esos que te dejan babeando, tiene una gran personalidad y unos ojos mar
Adriel Preparaba mi equipaje cuando Amelia; el ama de llaves, llama a mi puerta anunciando que Roxana estaba en casa para despedirse. Eran las tres de la tarde y ayer en la noche unos amigos de la universidad me hicieron una fiesta sorpresa de despedida. Recuerdo que la llamé para que me acompañara y se negó, justificando que no se encontraba en laciudad, cuando no era así. Desde que supo de mi viaje a Perú se ha distanciado un poco, han pasado varios meses comparándose muy extraña, debo suponer que lo que pasó entre los dos hace algunos años está debilitando nuestra amistad; aunque para ella eso nunca tuvo importancia sentimental.Volviendo al presente bajo a prisa a verla, después de todo, siempre es grato tenerla cerca. Amelia se pierde en la cocina y nos deja solos. —Creí que no volvería a verte—le digo, bajando los últimos escalones. —Estás loco si pensaste que te irás sin despedirte de mí—se apresura a ab
Adriel Después de diez años me dispongo a volver a casa con una maleta llena de sueños y una promesa por cumplir. Valió la pena cada lágrima, cada noche en desvelo, cada caída, me siento seguro y muy optimista. Respiro hondo y dibujo una enorme sonrisa en mi cara al sentarme junto a la ventana, es tiempo de contar las horas que faltan para abrazar a mis padres, a mi hermano y al fin conocer a mi linda sobrinaBrittany.Pero algo me inquieta, cada vez que miro mi futuro no veo aKarol, como si fuera una señal de que no es la mujer indicada. ¿Y si la musa de mis sueños era Roxana?¡No! Ya no debo complicarme la vida debo apartar de mi cabeza la idea de que lo que sentí por Roxana ella fue amor. Si estoy en este vuelo, es porque estoy seguro de lo que siento, el amor deKaroles lo más real que tengo, sé que me ama y está esperando por mí desde hace tres años. Estoy tomando esta oportunidad en el amor, aunque creo
Steffi Camino al mismo campamento de playa desde hace ya tres años, mis alocados amigos y yo estamos más que dispuestos a llevarnos la mejor experiencia de nuestras vidas. Digamos que estamos entrando a la etapa de la madurez emocional y buscamos más que una aventura. Como siempre el hermano mayor de Luca nos lleva en su camioneta, essolotres años mayor su hermano, pero el más infantil de todos, con veintiún años lidera la pandilla más fresca de toda la academia, eso decimos siempre.Pasado los minutos los cantos y risas empiezan a mostrar la mejor cara del grupo, somos unos locos de remate. Esta noche en particular la nostalgia está invadiéndome, soy la única del grupo que hasta ahora no ha besado a nadie, soy la virgen neta de toda ciudad, sé que no quiero enamorarme y perder la cabeza como mis amigos, pero me encantaría sentir alguna vez esas sensaciones inexplicables que solo el amor provoca. — Que pasaSteffi&n
Steffi Me toma de la mano para llevarme de vuelta al grupo alrededor de la fogata, dondeAdriely los chicos están atentos a la historia de André. Se encarga de sentarme justo frente a él, no pude evita su mirada en cuanto lo hice, ni perderme en sus ojos cada vez que me recorría de arriba abajo involuntariamente, acelerando mi corazón.Pasada las historias, la música empieza a oírse más fuerte y Claudia nos empareja para la hora de baile infaltable, ella toma el control para seleccionar las canciones así que nos esperaría una rueda de baile interesante, por no decir intensa, movida y un tanto penosa, pues aAdrielse le nota las pocas ganas de menearse frente a un grupo de extraños. —Debes perdonarme estoy un poco tieso, hace mucho que no bailo. —se excusa un tanto avergonzado, mientras desliza sus manos por mi cintura en la primera canción que elige mi gran amiga.—no te preocupes, tampoco suelo ba