Siempre he pensado que el amor es una pérdida de tiempo que me aleja de mis objetivos; mis estudios y el sueño de entrar a la universidad. No voy a negar que me gustan los chicos, sobre todos los galanes de telenovelas que lastimosamente no existen en la vida real, pero que te hacen estremecer y arrancar los más grandes suspiros de amor. En fin, pueden decir que soy una de esas chicas despreocupadas por la ausencia de cupido en su vida, que viven al máximo el día a día, tiene muchos amigos y siempre ha creído que el amor es secundario.
Hasta que en el campamento de año nuevo lo conocí ¡Carajo! El maldito cupido me flechó y mi mundo perfecto sin chicos se vino abajo, me enamoré a primera vista de un completo extraño y ¡Vaya que tipo! Un galán de esos de novelas que todos quisieran conocer. Se llama Adriel y es todo lo que busco en el hombre de mis sueños, no solo es guapo, con un cuerpazo de esos que te dejan babeando, tiene una gran personalidad y unos ojos marrones tan bonitos que junto a esa sonrisa de niño te dejan hipnotizada.Pero existe uno que otro problema, tiene veinticinco y estoy más que segura que no es soltero; lo peor que pude hacer es besarlo y enamorarme entre sus labios ¡Sí, sé que estuvo mal! Es una de esas jugarretas que te da la vida y piensas que puedes mentir y hacer lo que se te da la gana con un chico atractivo que invitas a tu campamento para pasar bien un rato olvidándote del mundo, porque crees que jamás lo volverás a ver.Sin embargo, el verdadero problema surge cuando el misterioso novio de mi hermana llega a casa para cenar y al fin formalizar su noviazgo virtual de algunos años. Karol se ha encargado de mantenerlo en secreto como el mayor de sus tesoros, sin nombre, ni rostro que ponerle a su famoso novio recién graduado en medicina. Eso no me preocupó, ni me quitó el sueño, pues los líos de amores me resbalan. Pero si tan solo la hubiese persuadido, estoy segura de que me hubiese evitado el tremendo golpe que recibiría al conocerlo.Cuando bajé para la cena, mi padre me llevó para presentarme a mi cuñadito y cuando se voltea ¡Oh Dios mío! Era mi Adriel, mi ángel, mi adonis, el papacito con esos labios de fuego que saboreé la noche anterior.“¡trágame mundo!” grité en mi interior al verlo.
Palidecí sorprendida, todo mi cuerpo tembló, pero traté de disimular con una sonrisa, aunque definitivamente él entró en shock y se notó. Ya durante la cena nos miramos un par de veces y soporté ciertos roces desagradables, el verlo con mi hermana estaba fastidiándome, sin duda ese maldito sentimiento llamado amor, estaba floreciendo despertando mis celos involuntarios, como cuando se besaron no pude evitar fruncir el ceño y voltear la cara, fue un movimiento irreflexivo que mamá lo tomó como desagrado al amor. Más me dice con dulzura que algún día yo estaré igual porque el amor es bonito e inevitable y no solo una pérdida de tiempo como creía.Entonces mi linda hermanita intentando ser graciosa, me delata otra vez.— Es que aún no ha nacido el chico que roce sus labios. —se burla.Adriel me mira y sonríe con picardía ¡Obvio! Quiso suponer que fue el primero, aunque no tenía como probarlo. Pero, eso no es el mayor de mis problemas, lo es, el que me guste demasiado y no solo tengo que verlo en casa, también en la academia.A finales del año pasado habían anunciado que este ciclo un maestro nuevo se uniría al grupo, un profesor de matemáticas.¡Qué carajos! ¿Por qué, acaso no hay más profesores en el mundo? Porque el maldito destino sigue persiguiéndome, haciendo esta casualidad un verdadero tormento.Tal vez si en la cena hubiese puesto más atención, quizás habría conectado su llegada, su nuevo trabajo que no era como médico por ese año y que era muy bueno en matemáticas. Aunque siendo sincera jamás se me habría ocurrido pensar que, de todas las academias del mundo, tendría que ir a la mía.¿Qué puedo hacer?Adriel Preparaba mi equipaje cuando Amelia; el ama de llaves, llama a mi puerta anunciando que Roxana estaba en casa para despedirse. Eran las tres de la tarde y ayer en la noche unos amigos de la universidad me hicieron una fiesta sorpresa de despedida. Recuerdo que la llamé para que me acompañara y se negó, justificando que no se encontraba en laciudad, cuando no era así. Desde que supo de mi viaje a Perú se ha distanciado un poco, han pasado varios meses comparándose muy extraña, debo suponer que lo que pasó entre los dos hace algunos años está debilitando nuestra amistad; aunque para ella eso nunca tuvo importancia sentimental.Volviendo al presente bajo a prisa a verla, después de todo, siempre es grato tenerla cerca. Amelia se pierde en la cocina y nos deja solos. —Creí que no volvería a verte—le digo, bajando los últimos escalones. —Estás loco si pensaste que te irás sin despedirte de mí—se apresura a ab
Adriel Después de diez años me dispongo a volver a casa con una maleta llena de sueños y una promesa por cumplir. Valió la pena cada lágrima, cada noche en desvelo, cada caída, me siento seguro y muy optimista. Respiro hondo y dibujo una enorme sonrisa en mi cara al sentarme junto a la ventana, es tiempo de contar las horas que faltan para abrazar a mis padres, a mi hermano y al fin conocer a mi linda sobrinaBrittany.Pero algo me inquieta, cada vez que miro mi futuro no veo aKarol, como si fuera una señal de que no es la mujer indicada. ¿Y si la musa de mis sueños era Roxana?¡No! Ya no debo complicarme la vida debo apartar de mi cabeza la idea de que lo que sentí por Roxana ella fue amor. Si estoy en este vuelo, es porque estoy seguro de lo que siento, el amor deKaroles lo más real que tengo, sé que me ama y está esperando por mí desde hace tres años. Estoy tomando esta oportunidad en el amor, aunque creo
Steffi Camino al mismo campamento de playa desde hace ya tres años, mis alocados amigos y yo estamos más que dispuestos a llevarnos la mejor experiencia de nuestras vidas. Digamos que estamos entrando a la etapa de la madurez emocional y buscamos más que una aventura. Como siempre el hermano mayor de Luca nos lleva en su camioneta, essolotres años mayor su hermano, pero el más infantil de todos, con veintiún años lidera la pandilla más fresca de toda la academia, eso decimos siempre.Pasado los minutos los cantos y risas empiezan a mostrar la mejor cara del grupo, somos unos locos de remate. Esta noche en particular la nostalgia está invadiéndome, soy la única del grupo que hasta ahora no ha besado a nadie, soy la virgen neta de toda ciudad, sé que no quiero enamorarme y perder la cabeza como mis amigos, pero me encantaría sentir alguna vez esas sensaciones inexplicables que solo el amor provoca. — Que pasaSteffi&n
Steffi Me toma de la mano para llevarme de vuelta al grupo alrededor de la fogata, dondeAdriely los chicos están atentos a la historia de André. Se encarga de sentarme justo frente a él, no pude evita su mirada en cuanto lo hice, ni perderme en sus ojos cada vez que me recorría de arriba abajo involuntariamente, acelerando mi corazón.Pasada las historias, la música empieza a oírse más fuerte y Claudia nos empareja para la hora de baile infaltable, ella toma el control para seleccionar las canciones así que nos esperaría una rueda de baile interesante, por no decir intensa, movida y un tanto penosa, pues aAdrielse le nota las pocas ganas de menearse frente a un grupo de extraños. —Debes perdonarme estoy un poco tieso, hace mucho que no bailo. —se excusa un tanto avergonzado, mientras desliza sus manos por mi cintura en la primera canción que elige mi gran amiga.—no te preocupes, tampoco suelo ba
Adriel Mientras me alejo de la playa no puedo dejar de pensarla y sonreír como un niño emocionado con un nuevo juguete ¿De dónde eraSteffi? ¿Cómo podía existir una criatura tan perfecta como ella? Tan dulce, tierna, tan madura de mente y espíritu, tan natural y bella. Aún la siento entre mis brazos, su respiración sigue golpeando mi cara provocándome suspiros inevitables que aceleran mi corazón, el calor de sus manos sigue en las mías, aún siento sus labios recorrer mi boca, su aroma sigue impregnado en mi nariz, la suavidad de su pelo y su piel se han grabado en mi memoria, que a ciegas podría saber que es ella.Con un solo beso me sentí caminar en el cielo, me perdí de la realidad y deseando que nunca se aparta de mis labios. Nunca me sentí más feliz que cuando la besé. Sé que este encuentro no es casual. Estuve en el momento correcto, a la hora correcta. El destino me llevo a ahí, porque tenía que conocerla. ¿Por qué ahora? Cuando estoy compromet
Steffi Despertamos pasado el mediodía, el sol estaba quemaba fuerte; así que era el momento de dejar la pereza y levantar el campamento. En tanto guardábamos las pertenencias evitamos mencionar lo que paso hace unas horas, pero las miradas y risas decían mucho. Cuando estuvimos listos, subimos las cosas a la camioneta ynos acomodamosplácidamente en ella para volver a casa. Al alejarnos de la playa lanzamos un suspiro mirándonos y riendo cómplices de esa loca nochecita. Sandro enciende la radio y suena esa bendita canción que tanto amaba… puñalada al corazón y dilema abierto. ♪♪♪Fueun día como cualquieraNunca olvidaré la fechaCoincidimos sin pensar en tiempo y en lugarAlgo mágicopasó♪♪♪Tusonrisa me atrapóSin permiso me robaste el corazónY así sin decirnos nada♪♪♪Conuna simple mir
AdrielPensaba en leer los mensajes que me ha enviadoKarolcuandoBrittanyaparece para decirme que mis padres han llegado. Volver a verlos fue lo mejor del día. Las horas pasan rápido y después del almuerzo, recuerdo que tengo que responder uno de los cientos de mensajes preocupantes deKarol. Solo echo una vista rápida a todos sin leerlo. Solo me detuve en los últimos mensajes del móvil."Hola,mi amor, estuve esperando tus mensajes y nada, espero que estés bien. Estoy angustiada, llámame""Amor, llegó la noche y sigo sin noticias tuyas, sé queestásbien, pero al menos quisiera que mis mensajes estén en visto. Tal vez no tengas batería, bueno, llámame""Mi vida, Volví a llamar y no contestaste. Por favor escríbeme, quiero saber si est
Steffi Me despierto después de una corta siesta, y lo primero que veo son las prendas que traía puestas la noche anterior. Como una demente, las tomo y las abrazo suspirando por la buena suerte que me dieron. Tras unas vueltas en la cama, la abandono, de un brinco y empiezo a menearme imaginado que bailo conAdri.“¡vaya nochecita!” me digo, antes de tirar las prendas al cesto de ropa sucia y encender la radio, no sé por qué, pero tengo ganas de bailar y cantar.Yes lo que hago mientras me arreglo para la gran cena de unas horas. Me había olvidado del teléfono hasta que lo escucho vibrar. ¡No puede ser, estos chicos no descasan! Hay más mil mensajes en el grupo. ¡No! No pienso leer tanto, lo dejo a un lado y continúo peinándome.— ¿Qué haces loca? —ingresaKarolemocionada. —Pues poniéndome guapa para la cena. —¿Ypor quéesa carita tan feliz? —Q