Capítulo 41
—¿Te equivocaste de habitación?— Alicia parecía incrédula. —Más bien parece que lo hiciste a propósito. Entrar a medianoche en la habitación de alguien y meterse desnuda en su cama... ¿qué intenciones tenías?

—No es así... de verdad me equivoqué...— Milena sollozaba entrecortadamente, sintiéndose muy agraviada.

Viéndola así, Santiago no quiso seguir reprendiéndola.

—Abuela, es mi culpa. Es la primera vez que Milena viene, es normal que no conozca bien la casa.

Alicia hizo una mueca.

—Muchacho tonto, traes a cualquiera a casa.

Milena se mordió el labio, con un destello de desprecio en los ojos. Algún día echaría a esta Alicia de aquí y le mostraría quién era la verdadera señora de la casa.

Después de calmar a Alicia, Santiago se volvió hacia Milena:

—Es tarde, deberías ir a descansar.

Milena lo miró con ojos llorosos.

—Señor Cruz, lo siento mucho, de verdad no fue mi intención...

—Lo sé—dijo Santiago frotándose las sienes. —Ve a descansar.

—Sí—Milena se levantó, pero al pasar junto
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