En las escaleras y a contra luz, la mujer imponente y autoritaria que siempre había recordado Luciana se acercaba con actitud prepotente, no era necesario verla, escuchar su voz había sido suficiente para saber que era ella.

Luciana se trataba de envarar,ella no la vería derrotada, ni triste, no la rompería.

— Entonces, Luciana — Dijo Luisa con un deje de desdén en la voz, al mismo tiempo que la luz frente a ella y a la misma altura de la silla se encendía— Se suponía que solo tenías una función en todo esto.

Luciana resistió su impulso por cuestionarla, por saber hasta qué punto estaba involucrada en todo el desastre que se había transformado su realidad, pero no fue necesario, por lo visto Luisa estaba encantada de declarar todo por sí misma.

— Sólo debías entregarnos a un pequeño bebé sano, esa era toda tu función en la ecuación. Mauricio y yo teníamos un trato que era sencillo, yo le daba un vientre seguro y sano para poder gestar al próximo primogénito de la Dinastía Contreras y