Capítulo 9.

Alex se cruzó de brazos mirando las calles iluminadas de la gran Bretaña, su hermano Zaid al fin esa noche dejaría de ser virgen, y se sentía como si él fuese la madre orgullosa de que sus hijos lograron algo. El tipo que estaba a su lado, después de salir del club comenzó a notarse tenso y ni hablar de que cada vez que Alex se giraba para verlo, éste se ponía más nervioso.

— Bien, suelta la sopa —dijo en cuanto se detuvieron en un semáforo—. Sé muy bien que sabes que soy un vivo.

— ¿Qué?

— So —rodó los ojos—. No te hagas el estúpido, por el amor de Dios, sé que tu hermano también lo sabe. Por lo que sospecho que me llev

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