Blake metió sus manos en los bolsillos de su abrigo, mientras entraba al club. Xander se había encargado de que lo dejaran pasar sin tener que dar muchos datos, sólo dio su nombre y eso fue todo. Sus manos estaban temblando, y miraba todo con mucha curiosidad. Ni siquiera él mismo sabía porque había accedido en primer lugar a ir, pero ya lo había hecho.
Se sentó en la barra y el barman, le sirvió una bebida con poco alcohol. Se miró la vestimenta, y luego frunció la frente, no estaba vestido para la ocasión.
— Debes de ser Blake —Arthur llegó a su lado—. Soy Arthur.
— Creo que ya sabes mi nombre —sonrió—. Esto es extraño.
— De
Bastian, lo único que pudo hacer al día siguiente fue quejarse del dolor que se estaba instalando en su trasero. Ni el dolor en su cabeza podía ser igual a ese, lo primero que llegó a su mente fue que lo habían violado en ese bar o que Xander lo había dejado a su suerte.— Despierta —Xander dejó caer su mano en el rostro del mayor—. Ya es tarde e invades todo lo que me pertenece.Bastian se levantó rápidamente de la cama del menor y lo peor que pudo haber sentido aparte del dolor fue sentir semen saliendo de su entrada e ir bajando lentamente por sus piernas. Levantó su mirada para observar a Xander y ver en su cara esa pequeña sonrisa de maldad aclaró todo en su mente. El maldito mocoso lo había violado y no podía recordar cómo pudo dejar
Alex se cruzó de brazos mirando las calles iluminadas de la gran Bretaña, su hermano Zaid al fin esa noche dejaría de ser virgen, y se sentía como si él fuese la madre orgullosa de que sus hijos lograron algo. El tipo que estaba a su lado, después de salir del club comenzó a notarse tenso y ni hablar de que cada vez que Alex se giraba para verlo, éste se ponía más nervioso.— Bien, suelta la sopa —dijo en cuanto se detuvieron en un semáforo—. Sé muy bien que sabes que soy un vivo.— ¿Qué?— So —rodó los ojos—. No te hagas el estúpido, por el amor de Dios, sé que tu hermano también lo sabe. Por lo que sospecho que me llev
— Alexander, contrólate —Xander lo tomó por la oreja y lo arrastró hacia la casa de sus padres—. ¿Qué se supone que estabas haciendo en ese campamento? Te dije que no tenías permitido salir...llevo meses creyendo que estabas en la otra punta del mundo y hoy casi te matan.— Pero, mamá... —chilló—. Soy un lisiado, ¡Te demandaré con recursos humanos!— ¡Recursos humanos mis pelotas! —abrió la puerta de la casa de sus padres—. ¡Tus abuelos y tú, hacen lo que se les da la gana!— ¡Abuelo! ¡Abuelo Mikhail! ¡Por favor! — El menor se movió de un lado a otro para alejarse de Xander — ¡Mi mamá me quiere matar!
— ¿Se puede saber qué está pasando? —Bastian se colocó a su lado, cuando Xander dejó el teléfono en su lugar—. Has asustado a tu hijo. Por suerte lo llevé a su habitación y le dije que no se preocupara.— ¿Puedes quedarte con él esta noche? Sólo será esta vez...— ¿Qué ha pasado?— Yo... no sé —se pasó una mano por el cabello —. Se supone que esas dos personas ayudaron a mi hijo... una de ellas debía de estar muerta y...— Siéntate, estás muy alterado... ¿Quiénes son ellos?— Son los hijos de mis abuelos... los monarcas de
Xander dejó caer su cuerpo contra el colchón cuando estaba seguro de que no tenía la fuerza suficiente para decirle a Bastian que se detuviera. Ya tenía lo que por años había estado buscando, y algo le decía que ese papel que había firmado sería de lo que se arrepentiría después.— ¿Vas a violarme? —preguntó, con la mitad del rostro contra la almohada—. Es lo mínimo que me merezco después de lo que te oculté.— ¿Era una especie de venganza por lo que pasó hace ocho años?— Nunca utilizaría a mi hijo para algo tan bajo —le miró de mala gana—. Si va a reclamarle a alguien, házselo a Valentín no a mí... cierto, y
Bastian se giró boca arriba en la cama, y abrió los brazos, escuchando la risa estruendosa de Xander por alguna parte de la habitación. Tomó la primera almohada que encontró y la abrazó para seguir durmiendo. Se sentía muy bien estar en la cama, ni siquiera estando en la suya podía decirte que estaba cómodo.El salto detrás de él, hizo que las sábanas bajaran un poco de su cuerpo, pero lo tanto como para dejar su trasero libre.— Creo que fue mala idea venir —las cejas de Bastian se juntaron al escuchar la voz de Alexander se coló por sus oídos—. Ya lo mataste y soy parte del crimen.— No lo maté —Xander se sentó junto a su hijo—. Está durmiendo.
Xander salió de su casa, como todas las mañanas junto con Alexander. Iba a llevar a su hijo a la escuela y de paso iría al gimnasio para entrenarse en algo que no fuera la estupidez que iba a cometer. No era que no le interesara en lo más mínimo la vida de Bastian, pero se sentía cansado de que las personas terminaran por usarlo cuando necesitaban algo de él.Bueno, sacando a Blake, porque sin importar que ya tuviera un techo en el cual podía refugiarse, seguía mandándole mensajes y de vez en cuando se pasaban horas hablando, tanto en el gimnasio como por teléfono.Ya era libre de la universidad, por lo que dentro de poco se tomaría unas largas vacaciones fuera del país, y mandaría a la mierda a Bastian, junto con su perfecto cuerpo. Xander despertó y todo su cuerpo se sentía pesado e incómodo. Sus manos estaban atadas y su espalda dolía de puta madre, se movió un poco cuando escuchó la voz de Alex, en un lastimero gemido en busca de que él hiciera alguna señal de que estaba vivo. Se sentó como pudo y frunció el ceño al ver a su madre en esas condiciones tan deplorables.— Mamá —llamó al mayor—. ¿Qué está pasando?— Tu papá nos tiene aquí —sollozó—. Es mi culpa, todo lo hago mal.— ¿Papá Mikhail?— No, sabes de quien hablo —sollozó—. Siempre me meto en problemas, mira ahora donde estamos.Capítulo 15.