Capítulo 147
Y luego añadió: —Milena, este restaurante es muy caro. Si no somos moderados, este mes solo podremos comer pan.

Lucía soltó una carcajada.

—¿Quién te dijo que todas las chicas están a dieta? ¿Cómo te atreves a comer a costa de mi hermana y usar su dinero?

Habló sin rodeos, dejando clara su postura.

El ambiente se tornó incómodo.

—Lucía... —exclamó Milena.

Luis tomó la mano de Milena, adoptando una postura protectora.

—Lucía, yo soy directo, no sé hablar con sutilezas. Si dije algo inapropiado, dímelo sin rodeos.

—¿Acaso no he sido lo suficientemente clara? Mantenido, ¿a los treinta años todavía necesitas que una chica de apenas veintiuno te mantenga?

Lucía no podía entenderlo. ¿Cómo podían los padres de Milena presentarle semejante individuo a su hija? Por más que lo miraba, no veía ninguna cualidad que lo redimiera.

Ana permaneció en silencio.

Su mirada se mantuvo fija en el rostro de Luis, captando cada sutil cambio en sus emociones. Calculador, manipulador... no parecía buena person
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