Sin duda alguna la cara se me iba caer de la vergüenza con la confesión de Oscar ahora sí me quería morir.

— ¡Tienes novia! — grite como maniática no lo podía creer lo que estaba escuchando.

— Lo siento mucho Michi eres una gran persona pero yo aún sigo enamorado de Sandy mi novia y no quería seguir engañándote de esta manera porque la verdad no te lo mereces.

—Bueno gracias por tu sinceridad. — respondí con ironía.

— Bueno me tengo que ir , hablamos otro día.

— Claro Oscar y suerte con tu novia, espero que no vuelvas hacer esta locura de buscar una cita a ciegas.

— Descuida no pasara, Gracias por todo

No podía ser me sentía tan mal cuando pensé que había encontrado al hombre perfecto sucede esto, bueno ya debería de estar acostumbrada a esto.

Tomé bolso y me subí a mi auto hoy tenía una reunión y para ser sincera no tenía humor de  hablar y de hacer algo sólo quería estar en mi casa y ver Crepúsculo por octava vez.

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—Bueno eso es todo amigo y la próxima vez no vuelva a imitar portada de otras revistas por favor.

— Si Michelle.

Lo bueno de esta reunión es que no demoramos mucho, estaba guardando mi carpeta cuando se acercó Julio y Archie mis dos mejores amigos del mundo además de mi ser mis "Padres adoptivos".

—Qué cara más terrible Michi ¿has comido bien? — preguntó Archie como madre preocupada.

—Ya dejalo en paz cariño ella está bien ¿Verdad Michi?

— ¡Por supuesto!.- Sonreí para calmarlo.- felicidades a ambos por sus columnas me gustó mucho el de viaje a Argentina como destino turístico.

—Muchas gracias el viaje fue muy maravilloso.

—Si y sabes que Michi hay que celebrarlo porque no vamos a un bar a tomar por la amistad.

—Sabes no tengo hu..... — Pero mis quejas se fueron como el viento

……..

¡Rayos! Como hace el infeliz de Julio para convencerme en sus locuras  lo bueno es que no estaba sola, a mi lado estaba Lía y su esposo, Loren y quien sabe quién, Julio y Archie y yo forever alone.

— ¿A dónde demonio vamos?

— Tranquila en unos de los mejores Bares de todo Detroit.

— Espero que no sea un prostíbulo como la última ve — Ambos rieron y yo solo rodé los ojos

El bar quedaba a 45 minutos y la verdad era algo muy..... Horrible parecía bar de mala muerte había mucha gente de mala calaña y la verdad no me sentía muy segura aquí.

—Archie de todos los bares de Detroit escogiste este que no sé cómo se llama y es de dudosa procedencia.

—Tranquila — dijo Loren con toda la tranquilidad del mundo sin importarle el ambiente del lugar. — se llama; "Ángeles y Demonios" es el más increíble que te puedas imaginar.

—Vaya que nombre más peculiar. — En eso llegó Julio y nos dijo que entráramos al lugar.

La verdad estar adentro no era ni comparado con la estructura de afuera , el lugar era muy lujoso con sillones de cuero, grandes pantallas, bailarinas en cada mesa bailando vestida igual al nombre del lugar y había un Dj reconocido y era nada más y nada menos qué... Steven Aoki y Afrojack sin duda el lugar era estúpidamente exclusivo para esto simples mortales.

Nos sentamos en una mesa y llevaron las primeras bebidas, se sentia tan relajante sentir ese trago caliente bajando por mi garganta, al tercer tragó empecé a bailar nunca había sido muy fiestera pero hoy quería ser otra persona.

La verdad ya había perdido la cuenta de cuantos tragos o más bien de cuantas botellas había bebido no me sentía muy bien que digamos la música me era insoportable  Loren no estaba en la mesa, Lía y su esposo estaban bailando, y Julio y Archie no me imagino que deben estar haciendo esos ninfómanas.

Tanta gente hizo que quisiera ir a vomitar todo me levante casi tropezando con todo el mundo, salí por la parte detrás y Expulse TODO lo que había bebido.

—Rayos nunca más volveré a beber en mi desgraciada vida.-dije mientras me limpiaba con un pañuelo la boca.

Estaba caminando de nuevo para entrar al bar, quería buscar a los chicos y desaparecer de este lugar porque la verdad no me sentía muy bien.

De pronto escuche unas voces que se encontraban en un callejón no muy lejos del bar, me acerque cuidadosamente y eran cuatros hombres uno alto y moreno con ropa de guarda de seguridad, el otro era un hombre con el rostro cubierto de tatuaje al igual que sus dos brazos, el otro era un hombre con gafas oscuras casi no vi bien su figura y el otro era un joven alto de buen parecer y con un cigarro en la mano.

El buen mozo le dio un paquete al hombre de gafas y se miraron con mirada cómplice, cuando vi esa escena empecé a caminar a paso lento hasta que tropecé con un barril.

—¿Quién demonios anda ahí? — dijo el hombre con tatuaje en su cara.

No sé porque no me podía levantar, aún me sentía mareada en eso sentí una pistola en mi cabeza, Dios sin duda alguna iba a morir aquí.

— ¡Oye! ¿Tú eres un agente encubierto de la policía? — dijo el tatuado sin bajar el arma.

— No, yo solo estaba caminando por ahí sólo eso no me maten.

—No te creó, sabes lo mejor será matarte para que no hayan testigo es una lástima porque eres muy bonita.- dijo el de gafa.

La verdad jamás pensé que moriría de esta manera, sin querer pequeñas lágrimas salieron y vi mi vida como una película cuando pensé que todo acabaría se acercó el chico del cigarro de mirada amenazante.

—Cariño te dije que me esperarás adentro — dijo el mientras me tomaba de mi cintura.

— ¿Es tu novia Sean? — preguntó el tatuado que estaba en estado de shock al igual que yo.- ¿Tú con novia?, el hombre más mujeriego de todo Detroit

— Esas son sólo mis amigas de un rato, esta belleza que ven aquí es la fija y no quiero que la toquen entendido — hablo con voz fuerte estos chasquearon los dientes y se fueron.

— ¿Esta bien? — preguntó el Gánster.

 —Yo creo que voy a vomitar.

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Me dolía la cabeza, ayer si me había pasado trago, para ser sincera no me acuerdo de nada solo de unos hombres y un chico guapo.

Vaya mi habitación es muy grande

"que esta no es mi habitación, donde estoy, porque tengo una camisa de béisbol de Detroit y mi ropa". Pensé

Busque mi ropa que al parecer no estaba , a lado de la cama estaba mi teléfono y tenía casi 69 llamadas de todos y 39 mensaje, cuando seguía buscando apareció un hombre recién bañado con una toalla en su cintura y esa persona era.

— Buenos días nena.

— ¡Sean!