Todo estaba en silencio era un mausoleo de sombras y muerte. Aidan, exhausto tras su enfrentamiento con Edmund, permanecia de rodillas, jadeante y con la mente atrapada en una confusion de emociones. Habia herido al vampiro, pero la victoria se sentia vacia en su pecho. Elias...todo lo que habia hecho por el fue por el, por proteger a alguien que significaba mas de lo que estaba dispuesto a admitir, Pero ahora, con el peso del silencio, las dudas y los sentimientos reprimidos regresaban con la fuerza de una marea implacable. —Elias—susurro mientras se levantaba lentamente, tambaleandose hacia donde habia caido el lobo herido. A lo lejos, en la parte mas oscura del camino, Elias aun en su forma de licantropo, yacia inmovil. Su cuerpo masivo, cubierto de cicatrices y sangre, estaba retorcido en una postura de dolor. A pesar de su fuerza, el ataque de Edmund habia sido devastador. El corazon de Aidan se acelero, no solo por el peligro que corria Elias, sino tambien por el torbellino de
El aire aun olia a sangre y magia Aidan agotado se apoyo en una de los arboles que estaba cerca de la zona de pelea, las luces de su hechizo de curacion habian desapercido. Y aunque habia hecho todo lo posible para salvar a Steven y a Elias, una sensacion de inquietud lo perseguia. Algo no estaba bien. Steven, tendido a pocos metros de el, deberia estar descansando en su estado de convalecencia, pero lo que Aidan vio lo dejo perplejo. A pesar de las heridas graves que habia sufrido durante la batalla, Steven ya empezaba a moverse con facilidad. Su respiracion, que antes era erratica y dolorosa, se habia estabilizado, y las profundas heridas que habian desgarrado su carne ahora eran apenas cicatrices leves. Aidan entrecerro los ojos, observando como la piel de Steven se regeneraba ante sus propios ojos. —¿Como es posible?—se pregunto, aunque en el fondo ya sabia la respuesta. Steven poseia aquella magia de la cual y el su hermana Thalia fueron bendecidos, una magia antigua que no cu
El sol apenas se asomaba en el horizonte, sus rayos bañaban el bosque en tonos dorados y calidos, en un intento de borrar las sombras de la batalla reciente. Pero no importaba cuanto brillara el dia, en el corazon de Elias solo habia pesadez. De pie frente a los miembros de su manada, el lider licantropo sintio el peso de la decision que estaba a punto de tomar. Una que, aunque necesaria, lo desgarraba por dentro. Los supervivientes de la batalla se habian reunido en un claro cercano, sus rostros tensos, muchos de ellos aun cubiertos de vendas, cicatrices y dolor. Las miradas expectantes estaban fijas en el, cada uno esperando las palabras que los guiarian en los dias por venir. Sin embargo, Elias sabia que lo que estaba a punto de decirles no era lo que esperaban escuchar. —Gracias por estar aqui—comenzo, su voz grave y cargada de autoridad, pero tambien teñida de tristeza—Lo que ocurrio anoche fue un recordatorio brutal de las fuerzas con las que estamos lidiando. Edmund y Charlot
La luna llena brillaba sobre los antiguos bosques de Vermont, iluminando los restos de lo que alguna vez fue prospero refugio vampirico. Los altos pinos se cernian como silenciosos guardianes sobre el paisaje, mientras el viento susurraba entre las ramas, cargando con el los ecos de tiempos olvidados. Charlotte obervaba el paisaje desolado desde una colina rocosa, sus ojos centellenado con la determinacion de alguien que estaba a punto de desatar un poder prohibido. Vermont habia sido el hogar ancestral de los Sellers, su lugar de poder antes de que la guerra entre la familia Halmiton y los Sellers. Generaciones de vampiros habian sido borradas de la tierra, condenados al exilio por la mano de aquellos que temian su creciente influencia. Pero Charlotte, la ultima heredera visible de su estirpe, nunca habia olvidado el juramento que hizo cuando su familia fue expulsada. Y esa noche, estaba lista para cumplirlo. A sus pies, dispuesta en un circulo perfectamente alineado, se encontraba
El atardecer teñía los cielos de tonos purpuras y anaranjados cuando Steven se adentro en el aquelarre de su hermana Thalia, el aire dentro de la casa era denso, cargado de varias miradas muy preocupantes de aquellas hechiceras podian sentir la gran energia que poseia el pelinegro. En ocasiones las luces parpadeaban, al fondo de la sala entre algunos muebles estaba Thalia. Su cabello oscuro caia en rizos salvajes sobre sus hombros, y sus ojos azules brillaban como si pudieran atravesar las sombras. Steven noto que su hermana sostenia un grimorio entre sus manos, uno que no logro reconocer al instante. Se notaba que era muy antiguo y escrito por generaciones pasadas de hechiceros de su linaje. —Pense que no ibas a venir—dijo Thalia sin levantar la vista, aunque una leve sonrisa asomo en la comisura de sus labios. —Nunca romperia una promesa contigo—respondio Steven mientras se acercaba y la rodeaba con un fuerte abrazo—Despues de lo que paso con Edmund, no podia esperar mas para enco
Steven no se encontraba muy contento al saber que tenía que mudarse a un "pueblo" anteriormente sus padres y él vivían en la ciudad de Nueva York, pero tras un cambio de residencia de su padre su trabajo le exigía que viviera en Vermont por un tiempo indefinido.Vermont da frontera con Canadá y Nueva york, su padre ya se había adelantado mientras que Steven y su madre les tocaba irse ellos aparte con la mudanza, mientras que su madre tenía la mirada fija hacia el camino él escuchaba música alternativa para relajarse y observar el paisaje.Sarah gira su mirada hacia su hijo para observarlo y le toca el rostro haciendo que Steven la observara algo confundido, ella sonríe y le dice: —Ya estamos en Stowe cariño, te encantará además podrás hacer nuevos amigos en la secundaria si es eso lo que tanto te preocupa.Steven por otro lado le responde de manera cálida: —Madre yo no tengo problema en cambiarme de secundaria, en nueva york tenía todo y este gran cambio me afecto un poco, ni siquiera
Sarah y su hijo se encontraban recorriendo el pueblo para conocerlo más a fondo incluyendo sus costumbres peculiares, por otro lado Steven escuchaba la historia del puente Emily el chico parecía muy interesado en aquella trágica historia de amor. Tras una larga mañana de recorridos ambos se topan con una librería, no dudaron en entrar a dicho lugar ambos amaban la lectura; Sarah se dirigió a los libros de romance mientras que su hijo fue a los de suspenso y misterio.Steven necesitaba comprar un libro siempre los terminaba en dos días, eso también dependía del autor y trama del libro desde hace ya un tiempo el buscaba un libro en especifico llamado "La Sombra" de John Katzenbach mientras buscaba se topo con un libro de color rojo carmesí que decía lo siguiente: "La inmortalidad vendrá por ti" el ti
Ya había pasado una semana de la repentina y extraña muerte del profesor, la policía no podía entender porque su cuerpo fue drenado toda su sangre no le encontraban una explicación tardaron días para entregarle el cuerpo a su familia, decidieron dejar el caso abierto para seguir investigando.Steven dejo de correr en las mañanas por temor a ver aquella sombra escalofriante, pasaron semanas en la no que se ejercito pero decidió tomar el riesgo paso una media exactamente pero no sucedió nada al llegar a la puerta de su casa sintió un alivio grande.Al parecer aquella sombra había desaparecido pero no debía confiarse del todo, decidió guardarse el secreto porque no quería que se burlaran de él. A las afuera del pueblo había una casa cerca del bosque, estaba habitada por mujeres era muy raro cuando un hombre vivía allí nadie sabia que ese casa era un aquelarre, la suprema había decidido construir la casa ahí porque en la época de Salem muchas brujas fueron quemadas y destruidas por usar m