"No todo es lo que parece… Siempre nos dicen eso, pero para mí que viví toda una fachada mi vida entera, es mi completa realidad"
Luego de saber que toda mi vida era una completa mentira simplemente no pude hablar. Tenía mucho que procesar, demasiado para un solo día. Lo único que logré hacer fue salir al jardín.
Las plantas que de niña usé para esconderme de mis amigos entre risas ahora las usaba con el mismo propósito, pero entre llantos. Quise desaparecer, evitar toda la locura de la que me acababa de enterar.
Los recuerdos de risas, promesas, juegos, complicidades de niños, pasaron por mi mente. Pude ver cómo seis niños corrían por todo el jardín, todos amigos, sin maldad o división alguna. Todo era feli
"Voy a tener que empezar a cuidar lo que pido como deseo" En varias ocasiones de mi vida quise desaparecer e irme a un lugar nuevo, donde nadie me conociera y empezar de cero. Creo que todo adolescente en algún momento pensó en la clásica historia de lugar nuevo, vida nueva, nuevo look, nuevo todo y a mí me fascina esa idea, más por el hecho de que sería algo súper emocionante, no por supervivencia o por tener que huir de algo. Para mi desgracia ese deseo se me cumplió, pero no por las razones adecuadas… Después de intentar que Osmon me dijera quiénes eran esas cinco personas, él terminó diciéndome que era muy tarde que teníamos que dormir, que mañana sería un día largo. En todo el camino hacia las habitaciones seguí preguntándole, pero &eac
"Es horrible ver caos a tu alrededor, saber que de alguna forma es tu culpa, pero que nadie quiera decirte que pasa realmente" En dieciocho años que llevo viniendo a este lugar jamás los había visto salir de su zona de absoluta calma. Por un segundo pensé que de verdad se acercaba el Apocalipsis al verlos tan asustados, nerviosos y desorientados corriendo de un lado a otro buscando adelantar no sé qué. Miré a Osmon buscando respuestas, pero él estaba igual que el resto de los monjes. A diferencia de los otros estaba estático, pero su rostro hablaba más que mil palabras o gestos. Sus ojos abiertos de par en par, sus labios se movían tratando de decir algo, pero nada salía de ellos.—¿Osmo? ¿Qué está pasando? ¿Por qué rayos están todos así? &iqu
"A veces hay que tomar decisiones peligrosas para salir del peligro"—En ese caso vamos ya, antes de que se haga más tarde. Si tienes más preguntas las puede hacer en el camino —dijo el monje comenzando a caminar hacia el mismo lugar por el que había llegado el chico que nos avisó.—Vayan primero. Tengo que ir a buscar algo —nos dijo Osmon mientras caminaba en dirección contraria a los demás, pero antes de que se alejara lo tomé del brazo. Estaba más que claro que no me iría sin él—. Tranquila pelirojita, yo voy con ustedes solo tengo que ir a buscar algo importante. Dame unos minutos y estaré a tu lado nuevamente —Me aclaró mientras me besaba en la frente antes de salir corriendo. Resignada caminé hasta donde estaban los demás esperándome. A cada rato miraba hacia atrá
"Cuando pienso que las cosas no se pueden poner más raras y enredadas viene la vida, el karma o lo que sea y me dice "¿Ah no? Toma." Después de aquel encuentro con ese chico subimos al camión con las bolsas de lo que habíamos comprado. Estaba ansiosa porque nos fuéramos, pero no, tenía que venir el conductor y decirnos que nos quedaríamos unas horas porque el camión no quería arrancar y tenía que repararlo.—¿Se puede saber por qué rayos no me dejaste hablar? Voto de silencio ni voto de silencio —le peleé con tal de distraerme y no pensar que estaríamos más tiempo allí —. Puedo hacer cualquier cosa menos eso.—Créeme lo sé —Se río, llevándose un pequeño empujoncito mío —. Es que si hablas delante de alguien se da
"A veces es mejor quedarse con las ganas de saber algo, que desatar todo un caos en tu mente." Lo siguiente que me dijo Osmon me dejó sin palabras. Hubiera jurado que era cualquier otra cosa menos aquello.—Bien… El juramento consiste en su mayoría que entregaremos nuestra vida a… —Lo vi dudar por unos segundos, me hizo sentir mal por ello, hasta le fui a decir que no me contara nada, pero lo dijo —. A protegerte de todos los que te quieran hacer daño. No somos monjes normales por así decirse. En realidad, no estoy seguro de lo que somos. Yo solo sé que los que estamos aquí llegamos a este mundo con un solo propósito, protegerte hasta que cumplas tu destino. Nacemos con ciertas habilidades que nos permiten ser tus protectores, el templo nos ayuda a desarrollarlas y a controlarlas también. &nb
"A veces hay que dejar las cosas prohibidas, así como están, prohibidas" Osmon tomó los papeles e intentó leerlos. Luego me miró y siguió leyendo. Luego tomó mi mano para observar el tatuaje y siguió leyendo.—Entiendo algunas cosas, pero no todo. Aquí hay idiomas que ni idea de cuales son y otras cosas que no se entienden bien —dijo luego de un largo rato tratando de entender aquello.—Si tuviera mi celular sería mucho más fácil. Una foto, el traductor y listo —dije recordando que ya no tenía mi preciado aparato.—Fue por tu bien y lo sabes —Me recalcó Osmon antes de volver a intentar leer aquellos dos papeles—. Este está en latín por lo que entiendo algunas cosas, pero no todo. No soy bueno en idiomas y lo sabes, a parte esto esta difícil de l
"Cuando estás tan acostumbrado a que las cosas que pasan sean malas cualquier pequeño buen detalle puede llegar a ser la cosa más maravillosa del mundo" Corrí junto al chico hasta la cubierta del barco quedándome boquiabierta. No me lo podía creer, aquella imagen que antes era algo imposible, una fantasía, la tenía frente a mí. —¡Llegaste! Ven, agárrate fuerte, que se puede mover mucho —gritó Osmon, agarrándose de la barandilla con una mano y la otra extendiéndola hacia mí. Con algo de dificultad caminé hacia él. A medio camino el barco comenzó a moverse y como era de esperar me caí. Intenté pararme, pero volví a caerme por lo que simplemente me rendí y gateé hasta él, parándome una vez me pude agarrar de la barandilla. —Ni se te ocurra reírte —Le advertí. —Trataré… —murmuró mientras se aguantaba la risa —. ¿No es hermoso? A que nunca pensaste ver esto. —Nunca pensé estar en el océano, le tengo terror, pero esto… No hay nada que haya visto en mi vida que sea
"La imagen que las personas nos dan es una cosa y lo que pasa por sus mentes y vidas es otra." No supe qué más decirle o qué hacer por lo que simplemente me quedé ahí abrazándolo, deseando que sacara todo lo que tenía dentro. Nunca lo había visto llorar, tanto él como Nad eran del tipo de personas que nunca se mostraban "débiles" ante los demás. Pasará lo que pasara, ellos siempre tenían una sonrisa en su rostro dándole ánimos a los demás, ocultando todo el dolor que llevaban con ellos, para sí mismos. Ahora entendía muchas cosas y otras dudas que tenía se hacían más confusas. Las reacciones de Nad cuando le preguntaba por su lugar de origen o sobre el resto de su familia. A mi mente, la primera duda que vino, fue el día que Nad estaba discutiendo con sus padres. ¿Estaban hablando de su abuelo? No, no podía ser, él jamás defendería a alguien así, ¿o sí? Me negué a tan solo imaginar semejante locura. Nad sería incapaz de algo como eso.