"Las mentiras y los secretos siempre van a doler, pero hay algunos que duelen hasta cientos de vidas posteriores" Los miré a todos separándome de Kylian, acercándome a él. Mis ojos estaban tan abiertos que en cualquier momento se saldrían de sus cuencas. Había olvidado cómo se respiraba. Mis manos temblorosas fueron a parar a su rostro tocándolo para ver si era real, si no era un sueño. Pellizque sus mejillas, él hizo una mueca de dolor. Nadie dijo nada. Luego me pellizqué en el antebrazo, lo hice con tanta fuerza que me hubiera salido un morado muy feo si no fuera porque una mano me detuvo. Volví a levantar la vista y ahí estaba aquella sonrisa traviesa que me había acompañado durante toda mi vida.—Soy real, enana. Estoy vivo, más o menos en realidad, pero eso ahora no importa. Ven y dame un abrazo que te extrañé, fue demasiado tiempo sin ti —Abrazándome con fuerza y por unos pequeños segundos correspondí.—Suéltame. ¿Cómo rayos es que estás aquí? Yo escuché como te golpeab
"Los tiempos cambian, las personas también y las consecuencias no son las mismas." No entiendo por qué hay personas que depositan toda su felicidad en papeles que otras personas escribieron hace milenios. Ellos no te conocían, ni sabían que ibas a nacer en algún momento. Que a ellos les haya funcionado no significa que a ti también. Esperé a que Kylian me respondiera. Un minuto. Dos minutos. Tres minutos. Nada. Me paré del sofá en un suspiro cansado. Lo miré una última vez esperando, aunque fuera una respuesta monosílaba, pero él ni siquiera me estaba mirando.—Bien, si eso deseas y te hace sentir bien... —susurré antes de salir de la casa. Afuera la nieve se derretía. El blanco desaparecía, dejando ver a los árboles completamente desnudos otra vez. Los frutos rojos seguían intactos como si el tiempo no pasara, excepto que cada vez se veían más hermosos y deliciosos. Estaba sentada en los escalones que llevaban al patio, con las piernas estiradas y
"La venganza no es buena. El ojo por ojo tampoco. ¿Pero y si esto no se cumple y más seres terminan sufriendo? No es venganza, no es romper las reglas, es supervivencia, en este mundo de locos" Sabía que ahora era mi turno, aunque seguía sin saber que tenía que hacer. No quería preguntar y acabar con la hermosa atmósfera que había. Estábamos abrazados. Sonriendo. Sintiendo un cúmulo de emociones. La luna alumbrándonos con intensidad. Sentía como su sed crecía y como él intentaba contenerse.—No hagas eso —susurré dejando mi cuello al descubierto otra vez.—¿Qué no haga que cosa? —preguntó separándose un poco, como si no supiera de qué hablaba.—No te contengas.—Te toca a ti, no a mí —dijo mirándome a los ojos con una dulce y nerviosa sonrisa.—Yo no puedo hacer lo mismo que tú, mis colmillos apenas se ven —Negué nerviosa.—Eso lo se flamita —susurró riendo. Pasó una uña por su cuello apretando con fuerza para hacerse una herida profunda, de la cuál empezó a
"Pensar que las cosas simplemente acaban por eliminar un obstáculo es lo más erróneo que te puede pasar por la cabeza. Ese final era el comienzo de nuevos obstáculos y tal vez peores" Han pasado veinte años desde que la guerra entre bandos se acabó y la caza por mi sangre y Kylian terminó. Algunos, a pesar de que al principio habían dicho que, si aceptaban todas las condiciones, comenzaron a dar problemas. Como todo nuevo comienzo, el caos estuvo presente en nuestro día a día hasta que cada uno se acostumbró a las nuevas reglas, a la nueva vida. Ya nadie vivía con miedo de ser asesinado por un par de locos. Las especies que antes estaban al desaparecer comenzaron a crecer. La extinción era algo del pasado. Nacieron nuevas especies de las mezclas de las ya conocidas. Lo más importante era que había paz y armonía. ¿Lo mejor? Huir se había convertido en una leyenda, algo sin sentido. Cada día crecíamos mucho más, ya no éramos unos pocos miles, ahora ér
"Toda una vida diciéndome que mentir está mal, excepto cuando se trata de ella" Siempre odié mentirle, esconderle quien era, su naturaleza, nuestra naturaleza, la cual amaba sin saber que era real. Me dolía mentirle cada día en su cara, más cuando me decía que confiaba al cien por ciento en mí porque sabía que no podía mentir. Cada vez que me decía eso me sentía la peor persona del universo, pero tenía que seguir mi papel en esto o jamás se solucionarían las cosas, eso era lo que me repetía día tras día.—Hermano Osmond, sé que le está dificultando su posición por todo lo que está pasando, pero le repito lo importante que es que sigamos como hasta ahora, cualquier mínimo error puede costarnos la vida a todos —dijo el hermano Noa.—Ella está asustada, hace muchas preguntas y si se llega a enterar por otra persona jamás me lo va a perdonar. Usted no tiene idea de cómo se pone cuando se enoja. No quiero perderla… —Me preocupaba que las cosas se estaban saliendo de mis manos y para mi
* —Tranquila, yo te espero aquí. Nada te va a pasar, en este lugar estás cien por ciento segura —Intenté calmarla para que entrara a bañarse. Estaba demasiado asustada. Cualquier mínimo ruido la alertaba y la ponía a temblar. Habían sido demasiados asesinatos seguidos a su alrededor para ser una chica "normal" —Ya pueden salir —susurré una vez me cercioré de que ella sí había entrado— ¿Cómo estás? —le pregunté al lobo frente a mí. —Está muy herido. No sabemos de qué eran esas balas, pero cada vez que vuelve a su forma humana comienza a sangrar —Me explicó Cristian mirándolo con molestia. —¿Y qué haces aquí si estás así? —pregunté igual de molesto y preocupado. —Quería ver con sus propios ojos que ella estuviera bien. Sabes que cuando se trata de ella, él no entiende con nada y es capaz de hacer cualquier locura —dijo Ariel —Creo que todos en este lugar haríamos lo que fuera por esa niña. Aquí el problema es que vamos a hacer ahora. A esta altura los viejos ya deben saber que N
Por muy cliché que suene, todo empezó en un viernes 13, viernes en el cuál había luna llena y para empeorarlo todo era Luna Roja. Para muchos eso no significaba nada, solo una noche con demasiada publicidad por las leyendas a su alrededor. Para otros era el día del año en que más hambre y fuerzas tenían. Habían unos terceros que se escondían, por si las dudas, no salían en todo el día y se mantenían alejados de cualquier puerta o ventana, estando alerta cada segundo que transcurría. Por otro lado estaba yo, para mí era otra noche de soledad, sin mis padres presentes por su trabajo, no tenía miedo ni creía en ninguna leyenda, pero tampoco me fiaba de las personas en este día en especial, solían ponerse algo locas, por lo que decidí quedarme en casa, o mejor dicho en el techo, admirando las estrellas y la transformación de la luna de un blanco brillante a un rojo carmesí más llamativo aún. En fracciones de segundos mi noche de tranquilidad y soledad terminó en una
"La ficción supera a la realidad... aunque a estas alturas no sé cuál es cuál" En ese momento no supe que hacer o por qué tenía tan mala suerte y ahora que lo sé, creo que fue mejor así, sino me hubiera puesto más nerviosa y no hubiera salido con vida de ese lugar. No sé cómo lo reconocí, solo que tenía que actuar lo más normal posible sin importar que no me quitara la mirada de encima. Por desgracia tuve que pasar por su lado y lo terminé de confirmar era el mismo chico que vi saliendo del callejón lleno de sangre, después de aquel lobo junto a uno de los chicos, mismo peinado, mismo estilo de vestir y esa aura fría que le rodeaba. Por primera vez en mi vida agradecí que el timbre para entrar a clases sonara. Entré a mi clase sintiéndome más segura desmoronándome en la silla, recosté mi cabeza en la mesa mientras esperaba a la profesora. No supe en qué momento me dormí hasta que sentí que tocan con suavidad mi brazo.—Uhmm...—Hice un sonido levantando la cabeza aún