"Toda una vida diciéndome que mentir está mal, excepto cuando se trata de ella" Siempre odié mentirle, esconderle quien era, su naturaleza, nuestra naturaleza, la cual amaba sin saber que era real. Me dolía mentirle cada día en su cara, más cuando me decía que confiaba al cien por ciento en mí porque sabía que no podía mentir. Cada vez que me decía eso me sentía la peor persona del universo, pero tenía que seguir mi papel en esto o jamás se solucionarían las cosas, eso era lo que me repetía día tras día.—Hermano Osmond, sé que le está dificultando su posición por todo lo que está pasando, pero le repito lo importante que es que sigamos como hasta ahora, cualquier mínimo error puede costarnos la vida a todos —dijo el hermano Noa.—Ella está asustada, hace muchas preguntas y si se llega a enterar por otra persona jamás me lo va a perdonar. Usted no tiene idea de cómo se pone cuando se enoja. No quiero perderla… —Me preocupaba que las cosas se estaban saliendo de mis manos y para mi
* —Tranquila, yo te espero aquí. Nada te va a pasar, en este lugar estás cien por ciento segura —Intenté calmarla para que entrara a bañarse. Estaba demasiado asustada. Cualquier mínimo ruido la alertaba y la ponía a temblar. Habían sido demasiados asesinatos seguidos a su alrededor para ser una chica "normal" —Ya pueden salir —susurré una vez me cercioré de que ella sí había entrado— ¿Cómo estás? —le pregunté al lobo frente a mí. —Está muy herido. No sabemos de qué eran esas balas, pero cada vez que vuelve a su forma humana comienza a sangrar —Me explicó Cristian mirándolo con molestia. —¿Y qué haces aquí si estás así? —pregunté igual de molesto y preocupado. —Quería ver con sus propios ojos que ella estuviera bien. Sabes que cuando se trata de ella, él no entiende con nada y es capaz de hacer cualquier locura —dijo Ariel —Creo que todos en este lugar haríamos lo que fuera por esa niña. Aquí el problema es que vamos a hacer ahora. A esta altura los viejos ya deben saber que N
Por muy cliché que suene, todo empezó en un viernes 13, viernes en el cuál había luna llena y para empeorarlo todo era Luna Roja. Para muchos eso no significaba nada, solo una noche con demasiada publicidad por las leyendas a su alrededor. Para otros era el día del año en que más hambre y fuerzas tenían. Habían unos terceros que se escondían, por si las dudas, no salían en todo el día y se mantenían alejados de cualquier puerta o ventana, estando alerta cada segundo que transcurría. Por otro lado estaba yo, para mí era otra noche de soledad, sin mis padres presentes por su trabajo, no tenía miedo ni creía en ninguna leyenda, pero tampoco me fiaba de las personas en este día en especial, solían ponerse algo locas, por lo que decidí quedarme en casa, o mejor dicho en el techo, admirando las estrellas y la transformación de la luna de un blanco brillante a un rojo carmesí más llamativo aún. En fracciones de segundos mi noche de tranquilidad y soledad terminó en una
"La ficción supera a la realidad... aunque a estas alturas no sé cuál es cuál" En ese momento no supe que hacer o por qué tenía tan mala suerte y ahora que lo sé, creo que fue mejor así, sino me hubiera puesto más nerviosa y no hubiera salido con vida de ese lugar. No sé cómo lo reconocí, solo que tenía que actuar lo más normal posible sin importar que no me quitara la mirada de encima. Por desgracia tuve que pasar por su lado y lo terminé de confirmar era el mismo chico que vi saliendo del callejón lleno de sangre, después de aquel lobo junto a uno de los chicos, mismo peinado, mismo estilo de vestir y esa aura fría que le rodeaba. Por primera vez en mi vida agradecí que el timbre para entrar a clases sonara. Entré a mi clase sintiéndome más segura desmoronándome en la silla, recosté mi cabeza en la mesa mientras esperaba a la profesora. No supe en qué momento me dormí hasta que sentí que tocan con suavidad mi brazo.—Uhmm...—Hice un sonido levantando la cabeza aún
Quedé atónita ante la reacción del hombre, eso sí que no era nada normal. Miré a Lisa sorprendida y confundida, pero ella estaba igual o peor que yo. Ambas negamos, agarré mi dibujo y nos dispusimos a salir cuando entra una chica que también trabajaba ahí.—¿En qué les puedo ayudar? ¿Necesitan algo? —preguntó la chica sonriente. No pude evitar reír por lo bajo al identificar varios tatuajes de mis historias favoritas.—Estee... si... pero el señor me acaba de echar... Quería hacerme esto, pero se asustó y me echó de la tienda —comenté tímida sin querer buscarle problemas a nadie o meterme yo en uno.—Qué raro... bueno ni tanto... aquí entre nos, es muy supersticioso... ¿De dónde sacaste el dibujo si se puede saber? —Su tono de voz era divertido y a la vez se mostraba muy interesada en el tema.—De un sueño, no recuerdo haberlo visto en ningún otro lugar —Miré a Lisa a ver si ella recordaba algo, pero al igual que yo solo se encogió de hombros y negó.—Suele pasar, a veces t
"A veces es mejor soltar todo aquello que uno ha estado aguantándose por un tiempo. A veces es mejor romperse y liberarlo todo, solo que hay que tener cuidado con el lugar"—No sé qué decirte... perdón... Deberías contárselo a la policía pero si dices que están detrás de ti sería muy peligroso para ti... ¡Tremendo lío! —Se veía muy preocupada por mí. Ella solo buscaba soluciones para que saliera del pozo donde había caído, pero todas las sogas eran muy cortas, ninguna me proporcionaba una salida segura. Estaba destinada a tocar el fondo y no salir en mucho.—No se lo digas a nadie... Y-yo solo tengo la es-esperanza de que algún d-día se cansen de seguirme y vean que no pienso hablar... —comenté sin creerme lo que decía. Me costaba respirar por lo que callé unos segundos mirando hacia abajo. Las lágrimas continuaban cayendo silenciosas.—Ay amiga... ¿Segura que no dirás nada? Vivir con ese miedo hasta que ellos quieran no es nada lindo... Por lo menos llamemos a tus p
"De verdad, a veces me pregunto donde rayos estaban mis vecinos porque había que estar sordos y ciegos para no darse cuenta de nada de lo que estaba pasando" Bajar a la cocina fue lo peor que pudimos hacer, había sangre en todo el patio, signos de cuerpos arrastrados por todos lados, pedazos de carne, pelo... Lo verde de las hojas había pasado a ser rojo sangre. La textura dura del suelo estaba marcada por enormes charcos húmedos de sangre y trozos de carne creando una tétrica escena que me acompañaría el resto de mi vida. Corrimos hacia afuera de la casa, hacia la escuela, corrimos y no miramos atrás. Pensamos que ahí estaríamos a salvo, que no nos podrían hacer daño o por lo menos no cómo el que pensaban hacer anoche. Al llegar a la escuela esta estaba completamente vacía por lo que corrimos hacía los baños y nos encerramos en estos.—P-por favor dime que eso fue una alucinación por no dormir... Que el rojo era parte de mi loca mente y que ahí había el verde brilla
"En ese momento juré que todas las deidades del universo estaban en mi contra o se les había olvidado el significado de ayuda" En ese momento estuve a punto de llorar de la impotencia que me daba esta situación, acorralada entre esos dos. Sus miradas llenas de odio, como si se quisieran matar. Los gruñidos por parte del chico que me impedía el paso y la sonrisa de ironía de Peter me tenían temblando. No tengo idea de que se traían esos dos, solo que no quiero ser parte de ello.—¿Ustedes nunca se rinden? Deberían aceptar su derrota, ella es nuestra, perro —dijo con enojo y desdén Peter. De un jalón Peter me sacó de donde estaba para dejarme detrás suyo. Había sido tan rápido que ni me había dado cuenta cuando me agarró hasta que estuve del otro lado, libre...—No creo que ella quiera permanecer a su lado cuando sepa que es lo que ustedes quieren con ella. ¡¡Devuélvemela!! —Gruñó el chico, de quien aún no sabía su nombre, intentando llegar a mí, pero el mismo Peter se