Stacy da unos torpes pasos hacia atrás y Xavier la agarra de los brazos para estabilizarla.—No, no es necesario, esto seguramente solo es un virus estomacal —le dice ella con el terror reflejándose en su tono de voz.—Hay una forma fácil de averiguar si estás en lo correcto, corazón —ante el silencio de la rubia, Xavier suspira frotándose la mandíbula— Si te haces una prueba, te explicaré por qué mi hermano y yo somos como somos.Una pizca de intriga hace que los ojos de Stacy vuelvan a brillar solo un poco más allá de la neblina que se estaba formando en ellos. Xavier la conoce ya demasiado bien como para saber que ella siempre está hambrienta de información y que le encanta conocer más detalles sobre su vida y su pasado, así que ha jugado la carta necesaria para que ambos salgan de dudas.—¿No escatimarás en detalles? —le pregunta ella en un hilo de voz.—Ni uno solo.Stacy tiene la cabeza como loca, por un lado se está muriendo de miedo al pensar que podría estar embarazada, pero
Stacy apenas escucha las palabras que Xavier le dice. Se queda mirando las dos líneas que hay dibujadas claramente en la prueba que él sostiene en sus manos, las mira sin cesar como si eso las hiciera desaparecer, pero, ahí están, devolviéndole la mirada, desafiándola.—Quizás sea un falso positivo —dice ella aferrándose a sus últimas esperanzas.—Acabas de decirme que has estado sintiéndote mal durante una semana, así que dudo que esto se trate de un falso positivo.—No importa, creo que lo mejor es hacer más de una prueba ¿cierto?Xavier se queda mirándola durante un rato antes de salir del baño, dejándola sola sin pronunciar una sola palabra. Stacy se mira fijamente en el espejo, a pesar del agotamiento y las náuseas, se ve radiante. No es que deteste la idea de ser madre, es solo que no está en el momento adecuado de su vida para hacerlo. No tiene un trabajo estable, su madre se está recuperando del daño que su padre le había causado, recién acaba de formalizar su relación con X
A pesar de lo mucho que Stacy quiere darle una respuesta a Xavier, no puede hacerlo. No tiene idea de cómo hacer funcionar su vida.― ¿Puedo pensármelo un poco? No creo que debamos tomar una decisión precipitada. Para un gran cambio de vida como este, necesitamos un plan ―le dice ella con timidez en su mirada.― Por mí, no hay problema ―la toma de la barbilla con su dedo índice y pulgar y la obliga a levantar la mirada hacia la de él― Stace, te dije que me gustaría que tengamos un bebé, pero también te dije que cualquier decisión que tomaras tenías mi completo apoyo. Es tu cuerpo, es tu decisión. Estaré encantado de hablar sobre cualquier plan. Yo solo quiero hacer lo que sea más fácil para ti.Las palabras de Xavier hacen que el estrés de la rubia se calme un poco y, a la vez, consigue que las lágrimas comiencen a aflorar en sus ojos. Se siente más vulnerable que nunca porque un embarazo no estaba en el plan de su vida, al menos, no en los próximos años.Saber que cuenta con el apoyo
La mañana siguiente llega rápido, aún Stacy está medio dormida cuando Xavier la saca de la mansión.―Tenemos que tomar un avión ―le dice él de la nada.― ¿Cómo? ¿Por qué no me lo dijiste antes? Ni siquiera accediste a decirme qué tipo de ropa tenía que guardar, por eso he tenido que cargar con más de la que probablemente necesite ―le responde ella fingiendo molestia a la vez que cruza los brazos sobre su pecho.―Eso no me resulta un problema en lo absoluto ―le responde él sonriendo divertido.― ¿Al menos piensas decirme ya a dónde vamos?Xavier le sonríe con toda su confianza y fanfarronería y luego le guiña un ojo.―Si quieres saberlo, vas a tener que adivinarlo.― ¿En serio? Estás más divertido que nunca esta mañana ―le dice ella porque, en efecto nunca antes lo había visto tan ligero, tan feliz, tan divertido, es como si hubiese vuelto a su niñez― De acuerdo, puedo jugar este juego ¿Me estás llevando a la playa? Para relajarnos quizás. Arena blanca, paisajes hermosos, frutos fresco
Stacy se queda dudando un poco antes de decidirse por completo. Nunca antes había estado en una lancha, así que conducir una, no entraba en sus planes cercanos, ni futuros, pero, Dios le estaba brindando la oportunidad de conocer cosas nuevas, de experimentar y ¿quién era ella para rechazarla?―Por supuesto, nací lista para enfrentar cualquier cosa. Enséñamelo todo ―dejando atrás su asiento de cuero, se levanta y se coloca al lado de Xavier.―Es parecido a conducir un auto, pero hay que tener en cuenta algunas cosas de más. En primer lugar, el volante es sensible, muy sensible, para girar, basta con moverlo lo más mínimo ―le indica él y procede a demostrárselo mientras la rubia guarda toda la información en su cabeza― En segundo lugar, cuando estés atracando la lancha, querrás ponerla en neutro, de lo contrario, te estrellarás.―De acuerdo, puedes dar por hecho que entre todo, ese detalle no se me olvidará nunca ―dice ella con los ojos bien abiertos.Él la mira y se queda observándola
La situación en la que ambos se encontraban era muy difícil, tanto para el uno, como para el otro. Xavier se sentía solo, pensaba que la única que lo comprendía y le creía en el mundo era Stacy, pero con sus preguntas, acababa de demostrar que no era así. Por el otro lado, estaba ella intentando descifrar todos los secretos que le impedían ver la claridad del sol. Ella amaba a Xavier, pero necesitaba que él fue transparente con ella, algo que él no podía hacer.—Lo siento, pero sí, tengo más preguntas, muchas más, pero comencemos por una a la vez. El cuerpo de Emy fue encontrado en el mismo estado de Ali, descuartizado ¿no te parece eso demasiado extraño? ¿quizás demasiado coincidencia? —Tal vez haya un asesino en serie suelto —le responde él sin poder creer todas las preguntas que Stacy le está haciendo.—¿Con qué modus operandi? No hay absolutamente nada parecido entre ellas. No se conocían, no trabajan juntas, no había nada que las conectara, nada más allá que yo, el asesino de A
La mente de Stacy comenzó a trabajar a toda velocidad. Todavía no era una enfermera certificada, pero había aprendido unas cuantas cosas por su cuenta y estaba decidida a ponerlas en prácticas para ayudar a Xavier.Con mucho cuidado para no hacer ruidos fuertes, ella se mueve a su lado. El objetivo principal es no sobresaltarlo.—¿Xavier? Soy Stace, estoy aquí contigo —con ternura, ella lo agarra del hombro, un suave roce, no más que eso y, de pronto, el cuerpo de él se detiene y el grito se apaga.—Esto no está bien. Esto no está bien. Esto no está bien —continúa pronunciando él, pero esta vez, en un tono de voz bajo, uno que hace que su voz se quiebre.—No tengo ni idea de lo que estás hablando, pero no me iré a ningún lado, Xavi. Estoy aquí para ayudarte —con la mano libre, ella acaricia suavemente el rostro de él, pasándole las uñas por la línea de la barbilla donde la barba incipiente le hace cosquillas.El cuerpo de Xavier se estremece y suspira ante el tacto de ella. La rigidez
La respiración de Stacy se dispara, su estómago parece que está llevando una revolución, las piernas le tiemblan, todo su cuerpo está entrando en pánico y, por más que lo intenta, no lo puede evitar.Está enamorada de Xavier y se juró a sí misma que nunca más dudaría de él, pero era muy difícil hacerlo cuando cada vez, encontraba más y más pruebas que lo señalaban como el asesino de su mejor amiga.Una parte de ella quería gritar, gritar de terror, de ira, de confusión, pero sabía que eso no le aportaría nada positivo. De tanto resistir, su cuerpo se reveló contra ella misma. Las arcadas comienzan a apoderarse de ella y hace todo lo posible por tragarse la bilis mientras respira profunda y temblorosamente.El collar le pesa en la mano, recordándole que está ahí poniendo de cabeza su vida nuevamente. La rubia siente la garganta amarga. De pronto, escucha cómo el chorro de la ducha se cierra y la puerta cruje al abrirse.A pesar de que todo dentro de ella le gritaba que se apresurara, q