—Hemos pasado de largo toda la belleza que hay aquí, pero los jardines son una de mis cosas preferidas de la propiedad —indica Xavier cuando la lleva de regreso hacia los jardines traseros.Mientras él habla, avanzan por el camino repleto de flores brillantes. Una imagen que bien podría haber sido sacada de una historia de fantasía, de esas en las que hay dragones y criaturas mágicas que embellecen los bosques.Stacy no estaba segura de cuánto personal trabajaba en la casa, pero, después de prestarle atención al jardín, estaba convencida de que al menos en a esa parte, pertenecían bastante de ellos.La madreselva, dulce y potente le hace cosquillas a la rubia en la nariz, mientras que las nomeolvides le presentan un camino lleno de diferentes tonos de azules.—Oye ¿qué hay con ese granero? ¿por qué es tan sagrado para ti? Lo de tu habitación y despacho lo comprendo, necesitas intimidad en esos lugares uno para trabajar y otro para descansar ¿pero por qué debo mantenerme alejada de ese
—Stace, no te preocupes, mi hermano es de confianza —le explica Xavier cuando nota la confusión en el rostro de ella.Ella suelta un gran suspiro y, de forma automática, siente un enorme alivio en el pecho, como si le hubiesen quitado un peso de encima. Estrecha la mano de Javier durante un segundo, quizás más de lo necesario antes de separarse.—Mi nombre es Stacy.—No tienes que preocuparte cuando se trata de mí. Es todo un gusto conocerte, Stace.—Ella solía trabajar en ese café del que te comenté —le explica Xavier.El hecho de que él haya utilizado la palabra “solía” no le pasa por alto a la chica ¿Acaso tiene pensado que ella deje de trabajar para siempre?—Así que fuiste tú quien curó a mi querido hermano. Ese corte en el pecho era tremendo. Hiciste un excelente trabajo de sutura, por cierto. Tienes talento natural.—¿Eres doctor? —Javier asiente con su cabeza— Muchas gracias. Era lo menos que podía hacer por él en aquel momento.—Admito que me sorprende encontrarte aquí. Xavi
El timbre de voz de Xavier hace que un escalofrío le recorra por toda la espalda a Stacy, un escalofrío como nunca antes había experimentado.¿Cómo él la había encontrado? ¿Cómo sabía dónde estaba? Era imposible, se había asegurado de que nadie la viera, por eso había ido por la parte trasera, además, él acababa de marcharse al interior de la casa con su hermano ¿Había enviado a alguien para que la siguiera?Ella se da la vuelta y se lo encuentra acechándole lentamente, como un depredador a su presa haciéndose ver más temerario por las sombras del bosque de atrás que se ciernen sobre él. Nunca le había visto la mirada tan oscurecida.—¿Quieres saber qué les hago a los huéspedes que rompen mis reglas? —le pregunta en un tono bajo pero completamente amenazante, uno que hace que las piernas de Stacy comiencen a temblar.Incapaz de reunir las palabras para hablar y responderle, ella lo observa en silencio mientras él se acerca. Sus movimientos son extremadamente calculados, certeros. Avan
Los ojos de Stacy se abren como platos y su barbilla cae al suelo debido a la sorpresa. Si a la rubia le quedaba alguna duda de que las excusas que le había dado Xavier fueran ciertas, ahora acababa de confirmarlo.No tenía sentido que le prohibiera visitar el granero cuando él mismo estaba a punto de llevarla, pero, menos sentido tenía, permitir que ella lo viera si guardaba algo sospechoso ahí dentro. ¿Había visto ella fantasmas donde no los había? ¿Había armado una tormenta en vaso de agua? ¿Había juzgado a la única persona que le había brindado su ayuda, a la persona sin la cuál hubiese estado tras las rejas sin saber qué hacer con su vida?—Espera ¿estás hablando en serio? —le pregunta ella.El asombro no abandona sus entrañas, pero no puede negar que la oferta la hace sentir mucho mejor de forma inmediata.—Entraremos y podrás husmear y hacer todo lo que quieras, como si deseas fisgonear hasta hartarte, no pienso detenerte. Luego, cuando estés satisfecha, quiero que me prometas
Xavier sonríe con suavidad y la lleva fuera del dichoso granero y de vuelta a la mansión. El personal anda de un lado para otro, pero la casa está en silencio, casi solitaria.—¿Cómo fue la reunión con tu hermano? —le pregunta ella.—Mejor ni hablar de ello. Ninguna conversación con mi hermano termina en nada bueno.El personal continúa de un lado para otro sin mirar siquiera para los lados, totalmente enfocados en su trabajo, casi como si temieran ser regañados si se distraían.—¿Y qué hay del personal? ¿Vino con la casa?—Algunos sí, aquí han trabajado generaciones enteras, como te expliqué, esta propiedad ha estado a nombre de mi familia por mucho tiempo. La mayoría de ellos trabajaba para mis padres cuando yo era pequeño.—¿Desde hace tanto tiempo? Te deben conocer muy bien.—Sí, saben lo que me gusta y lo que no. Han estado conmigo la mayor parte de mi vida. Tras la muerte de mis padres, quise asegurarme de que estaban en buenas manos. Familias enteras dependen del trabajo en est
En esa ocasión, no fueron solo los ojos de Xavier los que brillaron con malicia, los de Stacy también lo hicieron cuando dio un paso más, uno que la llevó a estar todo lo cerca que podía del cuerpo de él y uno que le permitió sentir su miembro duro a través de sus pantalones.De pronto, ella sintió un hambre voraz. El deseo se adueñó de su cuerpo impidiéndole pensar en nada más, impidiéndole pensar en toda la pesadilla que estaba viviendo.De un momento a otro, lo único que deseaba era sentirlo a él, sentir sus cuerpos el uno contra el otro y olvidarse de lo mierda que se había convertido su vida. Si eso la ayudaba a olvidar, sería bienvenido.—Corazón —ahí estaba, esa forma de llamarla que la volvía loca— voy a necesitar que me digas de una maldita vez lo que quieres.—Lo quiero todo. A ti, los látigos, las cadenas, los juguetes, las palabras de seguridad, todo, y quiero empezar ahora.Si necesitaba un castigo por lo que había hecho, que fuera en ese sótano, proporcionado por el homb
Las manos de él se acercan a ella y elevan la falda de su vestido hasta dejar expuesto su trasero y las bragas de encaje que traía puestas. A pesar de estar tan expuesta, ella no se siente tímida, ni con necesidad de cubrirse, algo en él siempre le ha infundido confianza, aunque parezca extraño porque hacía solo minutos estaba desconfiando de él.Stacy no se explicaba el por qué, pero ella nunca dudó de estar segura con Xavier, simplemente dudaba de lo que podía haber hecho él en el pasado.La fuerte respiración de Xavier resuena en la habitación cuando las ve las bragas y el trasero de ella.Los ojos de Stacy se abren de par en par. Si a eso era a lo que él se refería por comenzar suave, no quería saber cuando avanzaran más, a pesar de eso, ella asiente con su cabeza y, de forma inmediata, su estómago se revuelve de excitación.De un momento a otro, sin advertencia alguna, la fusta se eleva y azota el trasero de la rubia con fuerza. Para sorpresa de ella, el golpe le resulta doloros
La mano derecha de Xavier se estira hacia delante con la palma mirando hacia arriba esperando por la de ella.—Vamos, sígueme.—¿Otra vez? ¿A dónde nos dirigimos ahora?—¿Quieres hacer preguntas o quieres confiar en mí?—De acuerdo, de acuerdo —le dijo ella y, finalmente, tomó su mano.Él le dedica una sonrisa perversa, una de esas que ya se está convirtiendo en una de las preferidas de ella y, sin decir nada, la conduce hasta la cocina. Para sorpresa de la rubia, la habitación está sumida en completo silencio, no hay asomo de un solo trabajador.—¿Qué vamos a hacer aquí? —pregunta ella sospechando que él solo quiera alargar lo que estaban haciendo en el sótano.—¿Tú qué crees? —le pregunta él sugerente.La tensión fue visible en el cuerpo de ella. No le molestaba continuar sus prácticas en el mundo el BSDM con él, pero hacerlo de forma tan expuesta no era algo que le llamara la atención.No estaba preparada para que alguno de los trabajadores se pasara por ahí y los vieran en medio d