Stacy se dispone a encender el auto cuando un golpe en su ventanilla la toma completamente por sorpresa haciendo que se sobresalte en gran medida.Al girar su cabeza hacia el lugar procedente del golpe, se encuentra a Xavier haciéndole señales para que bajara el cristal. Ella se queda pensativa por unos segundos, si continuaba molesto, no sabía lo que le haría. En estos momentos no sabía qué esperar de él, pero, finalmente, por el amor que le tenía, la bajó.—¿Qué quieres? —le pregunta con la voz más neutral que puede poner cuando todo lo que desea es explotar y preguntarle por qué tenía que ser un maldito loco. —No me dejes, Stace, no lo hagas corazón. Podemos hablar sobre esto, podemos discutirlo, Antes hemos tenido problemas y los hemos solucionado, esta vez no tiene que ser diferente —la voz de Xavier es casi una súplica y su rostro solo refleja el dolor que está sintiendo en medio de su pecho. El dolor físico se ha borrado por completo del cuerpo de él, ahora todo lo que sient
Stacy tiene los nudillos blancos de tanto apretar el volante cuando llega a la mansión. Entra sigilosamente por dónde mismo se había ido. Le había prometido a Xavier que regresaría y, aunque en verdad no tenía planeado hacerlo, no le había quedado otro remedio. Lo que menos necesitaba ahora era lidiar con él.Cada conversación, cada intercambio que ambos tenían, le resultaba a ella extremadamente doloroso. Lo amaba como no había amado a nadie y saber que no podía hacerlo, y que no podían estar juntos la mañana lentamente. Sin perder el tiempo, dije a toda prisa hacia su habitación donde no pierde ni un solo segundo. Agarra un bolso y mete ropa dentro de él mientras todo su cuerpo tiembla de pies a cabeza. Ella está decidida y quiera o no Javier irse con ella y ayudarla en ese momento, ella lo haría, no podía quedarse ahí por mucho más tiempo. Estaba corriendo contra el reloj, en una lucha contra el tiempo. Stacy mete un poco más de cosas dentro del bolso y cierra la cremallera, mie
Una sonrisa suave y triste se dibuja en el rostro de Ava cuando comienza a recordar.—Yo amaba a Xavier más de lo que nunca había amado a nadie ¿qué digo? Más de lo que nunca he amado o amararé a alguien, pero, para mi desgracia, no estaba hecha para él. simplemente no sabía cómo manejarlo. Los cambios de humor, las alucinaciones, todo fue demasiado para mí. Incluso después de casarnos, nunca lo entendí.Una sensación sombría se instala en el pecho de Stacy cuando escucha las palabras de Ava.—Javier siempre estaba allí para ayudar —continuó Ava—, era mi mejor amigo, así que le conté cada una de las peleas que tuve con su hermano. Digamos que él utilizó esa información a su favor y él y yo empezamos una relación.—Espera, ¿qué? —los ojos de Stacy se abren de par en par a causa de la sorpresa.Ava agacha la cabeza, no antes de que Stacy pudiera fijarse en cómo sus mejillas se sonrojan de la vergüenza. Evidentemente, no era un tema del que se sintiera orgullosa.—Javier tuvo la idea de
La calidez del calor corporal de Xavier envuelve a Stacy y siente su olor a cuero antes de girarse. Ella inclina la cabeza e inhala profundamente antes de darse la vuelta hacia él.—Pensé que estabas descansando.—Eso no responde a mi pregunta ¿Me estás evitando?—Sí, voy a salir ¿necesito permiso? —le dice con una voz que para nada proviene de su sentido común.—Ya hemos hablado de este tema antes.—Por si no te has dado cuenta, han cambiado muchas cosas desde ese entonces, Xavier.Él la mira fijamente mientras se acerca a ella, haciéndola retroceder contra la puerta todavía cerrada.—¿Sabes qué? No estoy contento contigo, Stacy.—¿Lo estás en algún momento? —lo continúa confrontando.La mandíbula de Xavier tiembla y se le ensanchan los orificios nasales. La vena de su frente palpita sin cesar, está muy molesto.—¿Por qué robaste mi diario?A esas alturas ya no tenía sentido que ella continuara mintiendo, era evidente que él acababa de atraparla con las manos en la masa y no se iba a
Antes que tenga tiempo de esconderse, Xavier sale a la vista. Continúa caminando, pero cuando pasa por el lado de ella, no se detiene, ni siquiera la reconoce. Está sonámbulo.Xavier se detiene un momento en el vestíbulo, mirando a la derecha y luego a la izquierda. Tiene puesta otra ropa y no lleva el vendaje en el brazo. Tiene los ojos vidriosos y desenfocados. Un marcado contraste con la versión de él que Stacy vio en el sótano.—¿Qué está haciendo? —pregunta ella en un susurro.—No lo sé, pero ven conmigo —le responde Javier.Él la acompaña a la sala y se asoman por los grandes ventanales del fondo. Juntos ven como Xavier forcejea con la cerradura del granero y luego desaparece en su interior.—¿Qué está haciendo? —vuelve a preguntar ella.—No tengo idea, pero solo hay una manera de averiguarlo. Los episodios maniacos de mi hermano son cada vez más frecuentes. He estado vigilándolo, pero no quería alertarlo.Unos pocos minutos después, Xavier sale cojeando del granero con la ropa
Stacy llega a la mansión y, sin dudarlo, baja bruscamente al sótano y agarra sus cosas. Cuando vuelve al piso principal, se escucha un gruñido procedente de la sala.Sin dudarlo por un segundo, ella busca el objeto que tiene más cerca y agarra un jarrón del aparador del pasillo sin hacer un solo ruido. Se cuelga su bolso al hombro y avanza hacia la sala, solo para encontrársela vacía.Justo cuando ya ella pensaba que habían sido imaginaciones suyas, un quejido hace que se llene de adrenalina y busque la fuente del sonido. A través de la ventana trasera ve que Xavier ha regresado… y se está peleando con su hermano.Sus voces se filtran en el aire.—Te advertí que no siguieras con esto, hermano —gruñe Xavier.—No estás en tus cabales, Xavi. No sabes lo que estás haciendo.—Soy perfectamente consciente de lo que está pasando.Xavier toma impulso e, instantes después, su puño choca contra la mandíbula de Javier, este último se lanza hacia su hermano, pero es
Respirando con dificultad, Stacy rebusca entre las llaves de antes y saca unas en concreto. Las agarra y corre hacia el muelle y la lancha. Para su suerte, Xavier la había enseñado a manejar una lancha, sin saberlo, le había ofrecido una salida.Stacy respira hondo y prepara la lancha, imitando los movimientos de Xavier en Ciudad del Cabo. AL girar la llave en el contacto, el motor chasquea una vez, dos veces.—Stace, espera.A la rubia se le revuelve el estómago al escuchar la voz de Xavier, así que vuelve a girar la llave y, esa vez, el motor gira y arranca.—¡Stacy! —la llamada de él es más desesperada esa vez.Lentamente, ella comienza a alejarse del muelle. El timón es complicado de manejar, pero ella se las arregla para dominarlo. Entonces, de repente, la lancha se balancea de lado a lado, rociando agua.Xavier saltó al interior y Stacy no lo piensa dos veces antes de girar con fuerza el volante.—¡¿Estás loca?! —grita él.—¡Déjame de una vez!
Bajo el granero, Javier tiene a su hermano y a Stacy secuestrados. El encanto dulce y juvenil de antaño no aparece por ninguna parte. Javier se ha vuelto todo un desquiciado.—Stace, mírame —le pide Xavier, haciendo caso omiso de su hermano y observándola fijamente lleno de remordimiento— Lamento mucho no haberme dado cuenta antes.—Xavier… —exhala ella su nombre casi en un suspiro.—Tenía mis sospechas, pero necesitaba estar seguro y, cuando lo estuve…Antes de que pueda terminar la frase, Javier aplaude lentamente. Su risa malvada flota en el aire interrumpiendo a su hermano.—Lo que mi hermanito aquí está tratando de decirte es que una vez que descubrió la verdad, intentó contártelo, pero te asustó tanto que pensaste que él era el asesino.Las lágrimas corren a montones por las mejillas de Stacy quien respira entrecortadamente, pensando en lo que había hecho. Una vez más, había acusado a Xavier, ella había elegido no creerle y traicionarle cuando había jurado que no lo haría más.—